Treinta y un países se comprometen a acabar con la doble imposición por derechos de autor

Conclusiones de una conferencia internacional sobre el tema

Treinta y un países firmaron ayer en Madrid el texto de una convención multilateral por la que se pretende terminar con la doble Imposición de las regalías por derechos de autor sobre obras literarias, artísticas o científicas. Como argumento más sólido para adoptar esta medida, los países participantes en esta Conferencia Internacional de Estados sobre «La doble imposición de regalías transferidas de un país a otro en concepto de derechos de autor», han aducido la necesidad de un acceso más amplio a las obras de creación del ingenio humano en la esfera de la cultura, de la ciencia y de la edu...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Treinta y un países firmaron ayer en Madrid el texto de una convención multilateral por la que se pretende terminar con la doble Imposición de las regalías por derechos de autor sobre obras literarias, artísticas o científicas. Como argumento más sólido para adoptar esta medida, los países participantes en esta Conferencia Internacional de Estados sobre «La doble imposición de regalías transferidas de un país a otro en concepto de derechos de autor», han aducido la necesidad de un acceso más amplio a las obras de creación del ingenio humano en la esfera de la cultura, de la ciencia y de la educación.

La doble imposición de las regalías por derechos de autor, además de redundar -según se ha defendido en la convención- en detrimento de los intereses de, los autores o creadores de obras literarias, artísticas o científicas, entorpece la difusión de las obras protegidas por ese derecho de autor, la cual es factor esencial del desarrollo de la cultura.A partir de esta convención se entiende por «regalías por derechos de autor» las remuneraciones de toda índole pagadas sobre la base de la legislación interna sobre derecho de autor del Estado contratante, donde las regalías se deben originariamente a la utilización o a la autorización de utilizar un derecho de autor existente sobre las obras ya enumeradas. Han quedado excluidas del campo de aplicación de esta convención las regalías pagadas por la explotación de obras cinematográficas o aquellas que se expresen por un procedimiento análogo.

Las disposiciones de esta convención, que serán incorporadas a las legislaciones de los países firmantes (entre ellos se encuentra España) se aplicarán también a la imposición de las regalías pagadas a los artistas, intérpretes o ejecutantes, a los productores de fonogramas o a los organismos de radiodifusión en concepto de los derechos llamados conexos o vecinos del derecho de autor.

La conferencia, celebrada del 26 de noviembre hasta ayer, 13 de diciembre, y que había sido convocada conjuntamente por la Unesco y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), no ha tenido un desarrollo uniforme. Desde el primer momento han aflorado las tensiones entre países de la OCDE, es decir, los desarrollados y los que se hallan en vías de desarrollo. Para estos últimos se presenta como vital, desde el punto de vista de la importación de productos culturales, el tema de la tributación.

En este concierto, España ha ejercido, a través, sobre todo, de las intervenciones del jefe de su delegación y presidente a su vez de la conferencia, Juan Luis Pan de Soraluce, un papel mediador entre las dos tendencias. Aunque este tema pertenece al bloque de países desarrollados, España mantiene excelentes relaciones con países tercermundistas, especialmente de Latinoamérica.

La incidencia que las conclusiones de esta conferencia pueden tener en la situación española cobra particular importancia por cuanto se está preparando un borrador de proyecto de ley sobre la propiedad intelectual que sustituirá a la actual ley, vigente todavía, y que data del 10 de enero de 1879. Esta ley recogerá, de alguna manera, las recomendaciones y los acuerdos formales, así como las ideas de fondo emanadas de la convención.

«En principio se habla pensado tener el borrador listo para este año, que coincidía con el centenario de la ley», ha dicho a EL PAIS. Milagros del Corral, directora del gabinete técnico de la Dirección General del Libro y de las Bibliotecas y miembro de la comisión encargada de redactar la nueva ley. «Pero hemos preferido un estudio con más calma y reflexión, porque el tema ofrece muchas complicaciones e interconexiones con competencias de otros ministerios y sectores sociales. Este ritmo lento viene impuesto también debido a que no han contestado algunos sectores implicados en la futura ley -como es el caso de los editores- a nuestros requerimientos informativos.»

« Efectivamente », añade Milagros del Corral, «la vigente ley de Propiedad Intelectual, aunque en su tiempo fue muy valiosa e incluso se adelantó a las necesidades del momento en que entró en vigor, ya no puede servir para es tos tiempos. Y tampoco puede corregirse este defecto con los parches de unas disposiciones aislada. El futuro bloque legislativo deberá recoger, además de las disposiciones. internacionales suscritas por España, incluidas las conclusiones de la convención que se acaba de celebrar en Madrid sobre «La doble imposición de regalías por derechos de autor», las incidencias del desarrollo de las nuevas tecnologías aplicadas al proceso de creación artística, científica y musical. »

Según Milagros del Corral, uno de los puntos básicos de la nueva ley de Propiedad Intelectual será la extensión del concepto de derecho de autor a los llamados conexos o vecinos (autores intérpretes o ejecutantes). «No se puede seguir manteniendo, por ejemplo, que sólo cobre el autor de un disco y no cobre nada el intérprete. Los intérpretes de una creación artística también tienen una participación esencial en la difusión de esa obra cultural. »

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En