Checoslovaquia endurece la represión contra los disidentes de "Carta 77"

Las autoridades checoslovacas parecen dispuestas en los últimos días a asestar un golpe definitivo al movimiento disidente Carta 77, a través de continuas detenciones -más de sesenta, según Associated Press- y el inicio de procesos «por subversión» contra diez destacados miembros de la oposición, que podrían ser condenados de uno a cinco años de prisión en las próximas semanas.Si bien es cierto que Carta 77, movimiento disidente reconocido por los partidos comunistas de España e Italia, que reivindica sólo el cumplimiento de las leyes vigentes en Checoslovaquia y los tratados internacionales s...

Las autoridades checoslovacas parecen dispuestas en los últimos días a asestar un golpe definitivo al movimiento disidente Carta 77, a través de continuas detenciones -más de sesenta, según Associated Press- y el inicio de procesos «por subversión» contra diez destacados miembros de la oposición, que podrían ser condenados de uno a cinco años de prisión en las próximas semanas.Si bien es cierto que Carta 77, movimiento disidente reconocido por los partidos comunistas de España e Italia, que reivindica sólo el cumplimiento de las leyes vigentes en Checoslovaquia y los tratados internacionales suscritos por Praga, como el Acta de Helsinki, tuvo serias dificultades internas a finales del pasado año, el nuevo equipo de portavoces está dispuesto a hacer renacer el movimiento, de tal forma que el pasado día 14 dirigió un mensaje al director de la Unesco, para solicitar su mediación ante el Gobierno de Gustav Husak para la liberación de diez destacados disidentes.

"Sensibilizar" a la opinión

Como ya había ocurrido en anteriores ocasiones, una de las figuras más reconocidas de Carta 77, Zdena Tomonova, fue agredida por un desconocido y ha recibido anónimos amenazándola de muerte.Asimismo, las medidas concretas contra los disidentes, caso de Jiri Hacek, ex ministro de Exteriores con Alexander Dubcek, que está virtualmente bajo arresto domiciliario, han sido extendidas por las autoridades de Praga, que están «sensibilizando» a la opinión pública para que restrinja al máximo el contacto con los extranjeros y den cuenta de los mismos a la policía en un plazo no superior a las 48 horas.