Reportaje:Elecciones al Parlamento Europeo

La energía nuclear y el medio ambiente movilizan al elector holandés

La problemática nuclear, la contaminación del Rhin, el control democrático por vía parlamentaria de las instituciones comunitaria del Mercado Común, son los principales temas en los debates televisados.La ampliación del Mercado Común hacia el Sur, con la entrada de Grecia, España y Portugal, no figura en las polémicas electorales en un país donde la amplia mayoría es favorable a la futura CEE de los doce. Sólo hay temores por parte de los industrializados agricultores de «petrotomates» en los grandes invernaderos de la zona de Westland.

«Todos los holandeses defienden Europa, aun...

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La problemática nuclear, la contaminación del Rhin, el control democrático por vía parlamentaria de las instituciones comunitaria del Mercado Común, son los principales temas en los debates televisados.La ampliación del Mercado Común hacia el Sur, con la entrada de Grecia, España y Portugal, no figura en las polémicas electorales en un país donde la amplia mayoría es favorable a la futura CEE de los doce. Sólo hay temores por parte de los industrializados agricultores de «petrotomates» en los grandes invernaderos de la zona de Westland.

«Todos los holandeses defienden Europa, aunque sigue siendo una idea abstracta que no moviliza a las masas», reconoce Henry C. Faas, director de los servicios de la CEE en Holanda. A pesar de la apatía que caracteriza en Holanda, como en otros países, esta primera campaña electoral europea, el sentido cívico llevará a las urnas a una amplia mayoría de holandeses, el 78%, a juzgar por los últimos sondeos.

Bicicletas, tranvías y automóviles se disputan cordialmente las calzadas y puentes sobre los canales de Amsterdam, donde el peatón tiene el raro privilegio de ver respetar, en general, los pasos cebra. El ambiente relajado de los Países Bajos no se ve perturbado por las próximas elecciones. Sólo los partidos políticos activan su labor, con un objetivo visible de aprovechar la consulta europea para un recuento del equilibrio de fuerzas.

Los últimos sondeos electorales, publicados por el diario De Telegraaf, dan el 32% de votos para lo democristianos y el 31% para los socialdemócratas. Escaso margen que puede variar tras el veredicto de las urnas. Siguen los liberales con el 19% y los progresistas con el 12%. Se reparten el 6% restante diferentes formaciones: los que piden votar en contra, los ecologistas -desbordados en esa campaña por los partidos clásicos, que incluyen la defensa del medio ambiente en sus programas en situación prioritaria- o los socialistas pacifistas, cuyo candidato principal es Bouwe Kalma, ex inspector general de la policía de Rotterdam, dimitido por sus simpatías con los grupos de manifestantes que protestaron en Holanda contra las condiciones de detención de Andreas Baader, en la vecina República Federal de Alemania.

Salvar el Rin

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Lanzar el debate parlamentario sobre la energía nuclear, salvar el río Rin de su muerte ecológica, proponer un respeto para los objetores de conciencia al servicio militar y reforzar el control democrático de las instituciones del Mercado Común a través del Parlamento Europeo pueden parecer, a primera vista, objetivos de un programa político de una formación de extrema izquierda. Todo lo contrario es el temario que dice planteará en Estrasburgo el candidato número uno del partido gubernamental de la CDA, democristianos, Bouke Beumer. «Si restamos importancia al Parlamento Europeo retrocedemos el nivel democrático en Europa», declara a EL PAÍS el señor Beumer, en la sede de la CDA en La Haya.

Con palabras casi idénticas se expresan en Amsterdam, en la central del PVDA, partido social demócrata. «En cada país, el Gobierno está controlado por el par lamento, principio democrático que debe aplicarse a nivel europeo sobre las instituciones de la CEE», dice Oebele de Jong, responsable de relaciones con la prensa.

Otro punto común a todos los partidos, reflejo de la voluntad popular en este país, es la reserva ante la energía nuclear. El Gobierno decidió hace poco una moratoria de dos años para reflexionar sobre el átomo, antes de continuar su programa de centrales nucleares. Postura que tiene en cuenta la oposición ciudadana, sin olvidar que la economía holandesa se abastece de energía gracias a sus importantes yacimientos en gas natural, unos de los más ricos del mundo. En materia de defensa militar la oposición del público es aún más radical cuando se trata de armamento atómico. Más de un millón de firmas y manifestaciones de unos 50.000 miembros se oponen al proyecto de fabricación de «bombas de neutrones» para la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Polémica que puede avivarse y abrir una crisis política seria si Holanda debe aceptar en su territorio armamento nuclear. Tema que, según resolución del último congreso del Partido Socialdemócrata, podría originar la salida de Holanda de la OTAN.

Democracia, átomo y contaminación, por encima de crisis económica, en un país donde el desplazamiento en bicicleta sigue siendo popular, a pesar de los 7.000 dólares anuales de renta per capita, son los tres elementos clave que se espera movilizarán al elector holandés el próximo jueves, 7 de junio. Los resultados no serán oficiales hasta el lunes día 11, porque los partidos políticos protestantes prohíben trabajar, incluso para contar votos, durante el domingo, día que se contabilizará en los demás Estados del Mercado Común el resultado oficial del primer «eurovoto».

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