El canciller austriaco rechaza la tecnología atómica alemana

El canciller austríaco Bruno Kreisky ha insistido en la negativa de su país a introducir centrales nucleares, en una conversación de dos horas mantenida en la localidad veraniega de Zell Amsee con su colega de la República Federal de Alemania, Helmut Schmidt. El encuentro de fin de semana se había programado, en principio, con el fin de que ambos políticos socialdemócratas intercambiasen impresiones sobre las conferencias para la reducción de tropas, de Viena, y la de reducción de armamentos estratégicos, SALT.La oportunidad del encuentro se ha puesto en duda en los medios de prensa austríacos...

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El canciller austríaco Bruno Kreisky ha insistido en la negativa de su país a introducir centrales nucleares, en una conversación de dos horas mantenida en la localidad veraniega de Zell Amsee con su colega de la República Federal de Alemania, Helmut Schmidt. El encuentro de fin de semana se había programado, en principio, con el fin de que ambos políticos socialdemócratas intercambiasen impresiones sobre las conferencias para la reducción de tropas, de Viena, y la de reducción de armamentos estratégicos, SALT.La oportunidad del encuentro se ha puesto en duda en los medios de prensa austríacos, aunque el canciller Kreisky parece haber resuelto la situación recordando en unas declaraciones a los medios de información que el pasado 5 de noviembre el pueblo austríaco ya se expresó claramente en referéndum al rechazar el programa atómico del Gobierno. Kreisky no dimitió entonces, como se había especulado al conocerse los resultados de la consulta, pero interpretó aquel resultado como una derrota.

A pocos días de las elecciones generales austríacas, que se celebrarán el próximo 6 de mayo, el encuentro de los dos cancilleres ha significado una nueva ocasión para una nueva oferta alemana de tecnología nuclear. El referéndum de noviembre planteó la cuestión de si Austria procedía o no a la construcción de su primera central nuclear. Según Kreisky, en Zell Arnsee no se ha hablado concretamente de energía atómica, sino de la imposibilidad de solucionar la crisis energética con los recursos actuales.

A su regreso de Austria, ayer, el canciller alemán y el portavoz del Gobierno, Klaus Boelling, han reiterado separadamente que, a pesar del accidente de Harrisburg, la República Federal de Alemania está dispuesta a mantener su programa energetico en los actuales términos, también en lo relativo a la energía nuclear. El ministro de Investigación y Tecnología, Volker Hauff ha dicho, a su vez, en una conferencia de prensa, que se buscará por todos los medios dedicar más tiempo y más dinero a la investigación de un código de seguridad de modo que no se produzcan en la RFA accidentes como el de la central norteamericana, pero que es de todo punto inevitable el re curso a la energía atómica como base de crecimiento económico. En el mejor de los casos, para el año 2000 los otros sistemas energéticos, con excepción del petróleo, cubrirán tan sólo el 5% del consumo energético alemán.

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