Cartas al director

En defensa de Marías

En la sección de Cartas al director de EL PAIS del día 18 leo una del señor Grau que hace referencia al artículo de Julián Marías Voto final, publicado en el mismo diario del día 9.El señor Grau hace sólo «unas observaciones de un catalán no separatista- no para el incorregible señor Marías, sino para los lectores de habla castellana-que quieran comprender y respetar a los otros pueblos peninsulares».

Quiero hacer al señor Grau, dado que se dirige a un número tan considerable de posibles lectores -«los de habla castellana», esto es, los hispanohablantes-, unas preguntas y ...

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En la sección de Cartas al director de EL PAIS del día 18 leo una del señor Grau que hace referencia al artículo de Julián Marías Voto final, publicado en el mismo diario del día 9.El señor Grau hace sólo «unas observaciones de un catalán no separatista- no para el incorregible señor Marías, sino para los lectores de habla castellana-que quieran comprender y respetar a los otros pueblos peninsulares».

Quiero hacer al señor Grau, dado que se dirige a un número tan considerable de posibles lectores -«los de habla castellana», esto es, los hispanohablantes-, unas preguntas y una manifestación.

Las preguntas: ¿Por qué emplea el término «pueblos peninsulares»? ¿Se refiere a España y Portugal?; si no es así, ¿por qué utiliza la expresión pueblos de España, como escribe en un párrafo posterior? ¿Le resulta acaso incómodo emplear las palabras España, español?

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La manifestación: creo que somos muchos los españoles que queremos comprender más y mejor nuestra realidad española. Creo también que no somos menos los que queremos que el respeto sea un componente esencial de nuestra convivencia. ¿Cree sinceramente el señor Grau que sus observaciones nos van a ayudar a comprender mejor nuestra realidad? Lo dudo. Lo que no dudo es que «el incorregible señor Marías» nos ha ofrecido a los españoles -y no sólo a los españoles-, entre otros muchos de no escaso interés, libros como: Consideración de Cataluña, Nuestra Andalucía, Meditaciones sobre la sociedad española, Los españoles, La España real, La devolución de España, España en nuestras manos. Todos ellos apuntando directamente a la realidad española. En ellos se respira la veracidad, el entusiasmo por lo español, por todo lo español, el respeto a su múltiple y rica realidad, la esperanza en sus posibilidades, el afán de potenciarlas.

¿Ha leído el señor Grau alguno con espíritu abierto? De ser así, ¿podría decir, como dice, refiriéndose a un párrafo del artículo de Julian Marías, que «roza los límites o bien de la estupidez o bien de la infamia»?

Señor Grau, para intentar enseñar a «comprender y respetar» hay que saber entender y respetar primero.

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