Piden ayuda estatal para la Real Fábrica de Tapices

Ayuda estatal para la Real Fábrica de Tapices, actualmente en un serio peligro de desaparición, pidieron ayer el comité de empresa de la Real Fábrica y la dirección de la Asociación Sindical de Artistas Plásticos, en una rueda de prensa que habían convocado conjuntamente. Ante los informadores, el comité de empresa, con el que habían colaborado las centrales sindicales en la elaboración de un plan alternativo de salvación de la Real Fábrica de Tapices, expresó la situación en que se encuentra en estos momentos esta empresa con más de 250 años de existencia.Efectivamente, la Real Fábrica, que h...

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Ayuda estatal para la Real Fábrica de Tapices, actualmente en un serio peligro de desaparición, pidieron ayer el comité de empresa de la Real Fábrica y la dirección de la Asociación Sindical de Artistas Plásticos, en una rueda de prensa que habían convocado conjuntamente. Ante los informadores, el comité de empresa, con el que habían colaborado las centrales sindicales en la elaboración de un plan alternativo de salvación de la Real Fábrica de Tapices, expresó la situación en que se encuentra en estos momentos esta empresa con más de 250 años de existencia.Efectivamente, la Real Fábrica, que hoy es una empresa familiar y privada con un centenar de trabajadores, fue fundada en 1721 cuando Felipe V llamó a una familia de bordadores para asumir la dirección de una casa que dependería de la Casa Real. Desde entonces, y durante nueve generaciones, la Real Fábrica de Tapices se mantuvo con un estatuto mixto: suministraba tapices a los palacios de la Corona, así como alfombras, y surtía, además, a determinados entes privados.

Si en su primera etapa la dependencia de la Corona fue casi completamente directa, a mediados del siglo XIX en la Real Fábrica de Tapices comienza a desarrollarse una actividad empresarial privada que coexiste durante todo un siglo con el servicio a la Corona.

Esta actividad, que todavía se mantendrá mediante contratos con la República termina bruscamente con la aparición en los años cincuenta de la Fundación Generalísimo Franco, que se va haciendo cargo progresivamente tanto de la construcción como de la restauración de alfombras y tapices paralas entidades oficiales.

La situación en este momento es precaria. Por lo costoso del trabajo y lo especial del tema no parece que sin algún modo de protección pueda seguir adelante una casa de artesanía altamente especializada como es esta mundialmente conocida. En el plan de alternativa de las centrales sindicales y la Asociación de Artistas Plásticos se mencionan como posibilidades las subvenciones para la artesanía del Ministerio de Cultura y del de Industria, la desaparición del monopolio por parte de la Fundación Francisco Franco de los encargos oficiales y el apoyo por parte del Ministerio de Cultura al costoso y largo aprendizaje que los tapiceros deben llevar a cabo.

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