El Consejo de Europa, en pro de la remuneración al ama de casa

«La filosofía del Consejo de Europa es la defensa de los derechos y libertades fundamentales del hombre, no sólo a través de las disposiciones generales de su estatuto, firmado durante la convención de Roma en 1950, sino también a través de la Carta Social Europea, firmada en Turín en 1961», ha dicho el catedrático de Derecho Internacional Antonio Marín López, durante su intervención en la Semana Social Europea, que, organizada por el Aula de Estudios Europeos del Instituto Experimental Padre Manjón, se viene desarrollando en Granada desde el pasado lunes, en colaboración con el Consejo de...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

«La filosofía del Consejo de Europa es la defensa de los derechos y libertades fundamentales del hombre, no sólo a través de las disposiciones generales de su estatuto, firmado durante la convención de Roma en 1950, sino también a través de la Carta Social Europea, firmada en Turín en 1961», ha dicho el catedrático de Derecho Internacional Antonio Marín López, durante su intervención en la Semana Social Europea, que, organizada por el Aula de Estudios Europeos del Instituto Experimental Padre Manjón, se viene desarrollando en Granada desde el pasado lunes, en colaboración con el Consejo de Europa y la Universidad granadina.

La principal diferencia entre la Carta Europea y la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, aprobada por la ONU en 1948, estriba, según el profesor Marín López, en que esta última es una mera declaración de principios que no contiene obligación jurídica alguna, mientras que la Carta Europea, aunque en principio no obliga a un compromiso total, sí lo hace, al menos, respecto a un mínimo de su contenido. «La aceptación de sus disposiciones varían, sin embargo, desde el 80% de Francia e Italia, al 34% de Dinamarca y Chipre. Por otro lado, los derechos no son absolutos, en tanto que admiten derogaciones y restricciones legales. Pero, en cualquier caso, no cabe duda que el espíritu de la Carta es el de un instrumento de progreso social y de superación internacional, del que España no puede quedar ausente.»

Por su parte, el profesor italiano y jefe de la Seguridad Social del Consejo de Europa, Franco Marziale, habló ayer sobre el tema La protección de la mujer en Europa, y dijo «que lo que trata de hacer el Consejo en este sentido es proteger a la mujer en el hogar, para que llegue a ser reconocido el valor económico de su trabajo en el mismo y se instituya oficialmente un salario.

Archivado En