Crítica:CINE

Un Galdós, clásico

Publicada en 1876, al tiempo que alguno de los Episodios nacionales, Doña Perfecta supone, en cierta medida, un episodio más en el que el personaje principal y su entorno hubiera cobrado mayor importancia que en sus libros anteriores. Hasta la pequeña ciudad donde la acción sucede llegan los ecos de una guerra civil que, apenas apagada, ya se adivina presta a alzarse de nuevo, y en ella, en esta ciudad, vieja y decrépita, se entablará otra guerra pequeña y particular cuyos hilos principales moverá desde la sombra doña Perfecta.Más que novela de costumbres, esta historia de la protagonis...

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Publicada en 1876, al tiempo que alguno de los Episodios nacionales, Doña Perfecta supone, en cierta medida, un episodio más en el que el personaje principal y su entorno hubiera cobrado mayor importancia que en sus libros anteriores. Hasta la pequeña ciudad donde la acción sucede llegan los ecos de una guerra civil que, apenas apagada, ya se adivina presta a alzarse de nuevo, y en ella, en esta ciudad, vieja y decrépita, se entablará otra guerra pequeña y particular cuyos hilos principales moverá desde la sombra doña Perfecta.Más que novela de costumbres, esta historia de la protagonista y su pequeña corte suponen el retrato de un reducto concreto, a la vez reaccionario y clerical, en lucha contra las luces del progreso encarnado, muy al estilo del siglo, por el joven ingeniero recién llegado y de cuya muerte todos a la postre, en mayor o menor medida, resultarán culpables.

Doña Perfecta

Según la obra de Benito Pérez Galdós. Guión y dirección: César Fernáñdez Ardavín. Fotografía: José F. Aguayo. Música: Angel Arteaga. Intérpretes: Julia Gutiérrez Caba, José Luis López Vázquez, Victoria Abril, Manolo Sierra. España. Dramática. 1977. Local de estreno: Palafox.

César Fernández Ardavín ha tomado los elementos clave de la obra para recrear un Galdós clásico, no sólo en lo que a la anécdota se refiere sino en lo tocante a esa vena dramática que el mismo novelista reconoce, en su afición por las estructuras teatrales. por resolver problemas o explicar ideologías con la ayuda del diálogo.

En esta Doña Perfecta de hoy se ha limado hasta donde era posible tal coincidencia, aunque aún quede algún resabio de ella en algunos de los actores principales. Rodada casi toda en exteriores e interiores naturales, el saber hacer de Ardavín en lo que se refiere a nuestros clásicos, ya evidenciado en un Lazarillo de Tormes, Oso de Oro en Berlín hace años, se confirma una vez más en esta historia quizá vestida y ambientada demasiado lujosamente, para lo que cierta burguesía era en tiempos del autor e incluso la capital de sus siguientes novelas. Sin embargo, ello no viene a ser lo más importante, sino el trabajo de Julia Gutiérrez Caba, cuyo arte, voz y presencia llenan y dan peso al filme, bien secundada por José Luis López Vázquez en su papel de confesor, amigo y confidente, torvo y oscuro, entre el odio de la fe y la miseria de los intereses materiales.; Pugna en la que aparecen claramente mezclados religión y lucro personal, Galdós nos la ofrece en esta ocasión en un ambiente provinciano, en uno de esos pueblos grandes, lejos de las capitales, no tranquilos, sino vacíos; no muertos, sino vivos de rencor, de odio hacia todo lo nuevo, enquistados en sí mismos y dispuestos a sacrificar el amor y la vida de esta entrañable Rosarito, encarnada por Victoria Abril de un modo a la vez sincero y admirable.

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