Subsisten aún serias diferencias sobre las SALT II

El silencio oficial que rodeó las conversaciones entre los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética y Estados Unidos, Cyrus Vance y Andrei Gromiko, fue roto ayer por un comunicado conjunto que, en cuanto a la limitación de armas estratégicas (SALT) trata de cuestiones formales pero soslaya cualquier acuerdo concreto.En el comunicado, Vance y Gromiko señalan que «se han reducido las diferencias», y hablan de «ciertos progresos con vistas a establecer un cuadro común», que serviría de base a una fórmula Salt II sobre limitación de armas estratégicas. Se decidió asimismo proseguir la...

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El silencio oficial que rodeó las conversaciones entre los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética y Estados Unidos, Cyrus Vance y Andrei Gromiko, fue roto ayer por un comunicado conjunto que, en cuanto a la limitación de armas estratégicas (SALT) trata de cuestiones formales pero soslaya cualquier acuerdo concreto.En el comunicado, Vance y Gromiko señalan que «se han reducido las diferencias», y hablan de «ciertos progresos con vistas a establecer un cuadro común», que serviría de base a una fórmula Salt II sobre limitación de armas estratégicas. Se decidió asimismo proseguir las discusiones sobre los puntos pendientes en el Salt I, que data de 1972.

En la rueda de prensa sostenida con los periodistas, Vance habló de «serias diferencias», indicando que la URSS no se compromete a aceptar el principio de reducción del número de misiles intercontinentales. Aunque no lo dijo expresamente, el nuevo tratado se basaría en el acuerdo de VIadivostock (2.400 misiles por potencia) y entrarían en vigor de 1977 a 1985.

En cuanto al protocolo adicional, sería en referencia a los misiles cruceros norteamericanos (cruiser) y a los aviones bombarderos soviéticos (back fire) y el mismo tendría una vigencia de tres años.

Gromiko habló de ciertos progresos en la solución de algunas cuestiones principales, pero acusó a los norteamericanos de no renunciar a imponer en el futuro tratado ventajas unilaterales, que atenten contra la seguridad de la Unión Soviética.

Concerniente al Oriente Próximo, ambas partes coinciden en la necesidad de convocar una conferencia en Ginebra «para lograr una paz justa, durable y estable» así como se comprometen a realizar todos los esfuerzos para que ésta se celebre en el otoño próximo.

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