Carter nombra a un moderado para dirigir las negociaciones nucleares con la URSS

El presidente Carter, que afirmó que el desarme mundial es una de las principales metas de su política, puede verse enfrentado nuevamente al Congreso a causa de la persona por él designada para dirigir las negociaciones de limitación de armamentos con la Unión Soviética.Durante su primera charla junto a la chimenea, televisada la noche del miércoles a todo el país, definió las bases de su política exterior de] siguiente modo: Una estrecha cooperación con nuestros aliados, el respeto a los derechos humanos y la reducción en los armamentos mundiales.

Pocas horas antes...

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El presidente Carter, que afirmó que el desarme mundial es una de las principales metas de su política, puede verse enfrentado nuevamente al Congreso a causa de la persona por él designada para dirigir las negociaciones de limitación de armamentos con la Unión Soviética.Durante su primera charla junto a la chimenea, televisada la noche del miércoles a todo el país, definió las bases de su política exterior de] siguiente modo: Una estrecha cooperación con nuestros aliados, el respeto a los derechos humanos y la reducción en los armamentos mundiales.

Pocas horas antes de aparecer en las pantallas de televisión, el presidente anunció su intención de nombrar a Paul C. Warnke director de la Agencia de Control de Armamento y Desarme, y jefe de la delegación norteamericana encargada de negociar la limitación de armas estratégicas con la URSS (conversaciones SALT II). La elección de Warnke, que ya se rumoreaba en los últimos días, provocó la reacción de varios miembros del Senado, quien debe confirmar todos los nombramientos realizados por el presidente. Incluso se puso en circulación un memorándum anónimo, de cuatro páginas, en el que se le acusa de ser un partidario del desarma unilateral, lo que dejaría a Norteamérica en inferioridad de condiciones. frente a la potencia militar soviética.

Paul C. Warnke, de 57 años, es un prestigioso abogado de Washington, que ya trabajó como consejero del Pentágono para Asuntos Internacionales, entre 1967 y 1969. Warnke está considerado como paloma en el espectro político norteamericano, lo que ha motivado la reacción contra su nombramiento de los sectores más conservadores del poder legislativo.

La campaña contra él, recuerda en muchos detalles a la que se desencadenó hace unas semanas contra Theodore Sorensen, otro político calificado como paloma, que fue designado por Carter director de la CIA (Agencia Central de Espionaje), y que se vio obligado a presentar su renuncia ante a oposición del comité del Senado encargado de ratificar su nombramiento. Carter conocía la creciente oposición a Warnke entre los congresistas más conservadores, pero pese al antecedente Sorensen parece decidido a seguir adelante. Si bien parece más que probable que el nombramiento de Warnke sería ratificado por el Comité de Relaciones Internacionales del Senado, sus detractores intentan que intervenga también en las audiencias el Comité de Servicios Armados, donde la resistencia será mucho mayor y podría negar a una decisión negativa.

Warnke es partidario del desarme por restricción mutua, y en una ocasión propuso que Estados Unidos suspendiera la fabricación del bombardero B-1 y esperara seis meses, hasta ver si la Unión Soviética correspondía a esta medida con otra análoga.

Si la tormenta pasa sin novedad, es más que probable que el nuevo director de la Agencia de Control de Armamento y Desarme acompañe al secretario de Estado, Cyrus Vance, en su viaje a Moscú, programado para finales de marzo, e inicie las negociaciones para las próximas conversaciones de limitación de armamento entre las dos potencias.

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Carter enfatizó la preocupación norteamericana por el respeto de los derechos humanos, pero dejó a salvo su intervención cuando ésta perjudicara las relaciones estadounidenses con otros países.

Refiriéndose a las iniciativas internacionales de su Administración, aludió a los viajes del secretario de Estado, Vance, a Oriente Próximo, y del embajador en la ONU, Young, a Africa, como muestra de dos intentos para solucionar pacíficamente conflictos muy peligrosos.

En otro pasaje de su alocución, el presidente apeló al espíritu de solidaridad de sus compatriotas para superar la crisis energética y económica, la peor en los últimos cuarenta años, según sus palabras.

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