García Calvo ha vuelto a España

Se reincorporará a su cátedra madrileña en esta semana

Agustín García Calvo, catedrático de Filología Latina de la Universidad Complutense, expedientado en su cátedra por los sucesos universitarios de 1965,junto con Aranguren y Tierno Galván, exiliado en París y reincorporado al cuerpo de catedráticos numerarios de universidad por orden del Ministerio de Educación y Ciencia de 7 de agosto del presente año, se encuentra en España desde hace unos días y, todo parece indicarlo, se reincorporará a su cátedra en el transcurso de la presente semana.Con la vuelta de Agustín García Calvo la Universidad Complutense recupera a todos los «cerebros perdidos»...

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Agustín García Calvo, catedrático de Filología Latina de la Universidad Complutense, expedientado en su cátedra por los sucesos universitarios de 1965,junto con Aranguren y Tierno Galván, exiliado en París y reincorporado al cuerpo de catedráticos numerarios de universidad por orden del Ministerio de Educación y Ciencia de 7 de agosto del presente año, se encuentra en España desde hace unos días y, todo parece indicarlo, se reincorporará a su cátedra en el transcurso de la presente semana.Con la vuelta de Agustín García Calvo la Universidad Complutense recupera a todos los «cerebros perdidos» en una precipitada decisión. La cultura española reintegra en su cuerpo físico a uno de sus representantes más cualificados y la vida social española tiene la posibilidad de reanudar uno de los retos dialécticos más originales y atractivos: el que cotidianamente lanzará García Calvo desde dondequiera que se encuentre y desenvuelva.

En una reciente entrevista publicada con el catedrático, apuntaba éste el deseo de volver a España «para continuar incordiando». Este incordio supone, entre otras cosas, el replanteamiento constante de las verdades aceptadas; la crítica -discutible o no, pero rigurosa- de todos los programas políticos al uso, el ataque lúcido a los autocomplacientes y, en definitiva, la búsqueda de nuevas insatisfacciones.

Durante su exilio en París, García Calvo continuó vinculado al devenir español a través, fundamentalmente, de su tertulia diaria en La Boule d'Or, epicentro de la contracultura hispánica y, desde entonces, nuevo concepto y práctica de centro de ayuda al exiliado. En aquellas mesas de café se hablaba de los presocráticos y de la recogida de firmas en favor de Puig Antich indistintamente, en una demostración palpable de que las torres de cristal -respetables por otra parte- sólo surgen en aquellos que así lo desean.

El contacto continuó a través de sus textos: desde los ciclostilados (La comuna zamorana, Contra el despilfarro, etcétera) a densos e imaginativos ensayos de lingüística, pasando por esas espléndidas Cartas de negocios a José Requejo de difícil clasificación.

En la actualidad García Calvo está a punto de publicar dos extensas obras de teatro (de siete y cinco horas de duración, respectivamente), una Gramática, para Revista de Occidente y su Lectura de los presocráticos.

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