El régimen brasileño, condenado por la Iglesia
La Iglesia católica de Brasil ha lanzado esta semana la más dura condena que ha recibido el régimen derechista que preside desde 1974 el general Ernesto Geisel. En un informe publicado por la Conferencia Episcopal Nacional, los obispos acusan al Gobierno de dejar impunes a los policías que han torturado y asesinado, de promover una injusta distribución de la tierra y de no proteger a la población india contra los desmanes y la codicia de los terratenientes.Desde que los militares se hicieron con el poder en 1964, el Gobierno ha recibido reiteradas críticas por la violación de los derechos huma...
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La Iglesia católica de Brasil ha lanzado esta semana la más dura condena que ha recibido el régimen derechista que preside desde 1974 el general Ernesto Geisel. En un informe publicado por la Conferencia Episcopal Nacional, los obispos acusan al Gobierno de dejar impunes a los policías que han torturado y asesinado, de promover una injusta distribución de la tierra y de no proteger a la población india contra los desmanes y la codicia de los terratenientes.Desde que los militares se hicieron con el poder en 1964, el Gobierno ha recibido reiteradas críticas por la violación de los derechos humanos. Pero el último documento de los obispos resulta una acusación especialmente significativa, porque representa una bofetada al Gobierno del general Geisel, que había llegado a la presidencia con la expresa intención de mejorar las relaciones con la Iglesia.
Los obispos le censuran que la preocupación de su Gobierno por la seguridad interior «ha reducido el pueblo al silencio» y ha creado un ambiente de miedo.
La única concesión que han hecho los obispos al Gobierno ha sido el posponer la publicación de su documento hasta después de las elecciones municipales, con el fin de no incidir sobre sus resultados.
El documento de la Iglesia brasileña ha sido acelerado por una serie de incidentes violentos, como el asesinato del padre Rodolfo Lukenbein por colonos blancos en julio pasado.
Los obispos critican especialmente a la Policía Militar y acusaron a algunos de sus miembros de practicar la violencia y la arbitrariedad.