Tribuna

El único y su espejo

«La psicosis y la creatividad pueden ser las dos caras de la misma moneda. Ambas son, en algún sentido, autodestructivas. Pero mientras el creador puede absorber la temporal descomposición de su ego en el ritmo de la creatividad y consigue autorregenerarse, el psicótico se queda en la primera fase, esquizoide, de la creatividad, porque no ha aprendido a desdiferenciar los dispersos fragmentos de la superficie del ego.» Partiendo de esta afirmación de Ehrenzeig (El orden oculto del arte) y de otra del mismo Gordillo refiriéndose a su pintura: «Crear un antídoto mágico contra la di...

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«La psicosis y la creatividad pueden ser las dos caras de la misma moneda. Ambas son, en algún sentido, autodestructivas. Pero mientras el creador puede absorber la temporal descomposición de su ego en el ritmo de la creatividad y consigue autorregenerarse, el psicótico se queda en la primera fase, esquizoide, de la creatividad, porque no ha aprendido a desdiferenciar los dispersos fragmentos de la superficie del ego.» Partiendo de esta afirmación de Ehrenzeig (El orden oculto del arte) y de otra del mismo Gordillo refiriéndose a su pintura: «Crear un antídoto mágico contra la dispersión de una personalidad», quizá tengamos una pista sugerente para comprender uno de los recursos más utilizados por el mismo Gordillo en los últimos años y sobre el que, extrañamente, he observado un silencio casi completo en la ya abundante literatura que sobre su obra se ha escrito. Me estoy refiriendo a la repetición del tema en un mismo cuadro en forma de duplex (Fumando duplex, Melchor voyeur duplex, Baño duplex ... ), de Triplex o, simplemente, mediante la repetición múltiple y casi obsesiva de una misma imagen.La producción del espacio pictórico constituye el elemento ordenador fundamental que reintroyecta en el nivel de la conciencia los materiales (en el caso de Gordillo fundamentalmente las imágenes) indiferenciadas y fragmentadas procedentes de un estadio anterior -proceso primario- esquizoide. Este juego de espejos en que se convierte muchas obras de Gordillo indica, en primer lugar, que la obsesión ordenadora actúa aquí de una forma determinante. El espejo como antídoto ante la disolución del «yo».

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El recurso al espejo -y como espejos creo que, se deben interpretar los duplex y triplex de Gordillo- ya he dicho que implica un acto de repetición de la imagen sobre la tela. Repetición obsesiva. Por tanto, acto defensivo contra los propios fantasmas que produce la activación del inconsciente, al igual que en muchas tribus primitivas se utilizaba el mismo «truco» para protegerse de los animales, espíritus o fuerzas malignas. Se neutraliza lo que se representa. ¿La doble o múltiple representación indica una desconfianza consciente en la eficacia del recurso? Los últimos dibujos, mucho más caóticos, ¿preludian una quiebra del recurso ordenador?

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