Cuarenta y cinco mil agricultores protestan por la situación del campo valenciano

Cerca de 45.000 agricultores valencianos se concentraron ayer a partir de las siete menos cuarto en la Alameda para expresar su disconformidad con la situación del campo en el País Valenciano. Flanqueados por los autobuses aparcados en los laterales del paseo, realizaron un pequeño recorrido de un cuarto de hora, ya que la longitud del paseo no permite mayor movilidad, concentrándose en torno a una tarima habilitada sobre un tractor, frente a las dependencias de la policía municipal.

Las limitaciones que contenía el permiso gubernativo fue interpretado como que había prohibido la ma...

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Cerca de 45.000 agricultores valencianos se concentraron ayer a partir de las siete menos cuarto en la Alameda para expresar su disconformidad con la situación del campo en el País Valenciano. Flanqueados por los autobuses aparcados en los laterales del paseo, realizaron un pequeño recorrido de un cuarto de hora, ya que la longitud del paseo no permite mayor movilidad, concentrándose en torno a una tarima habilitada sobre un tractor, frente a las dependencias de la policía municipal.

Las limitaciones que contenía el permiso gubernativo fue interpretado como que había prohibido la manifestación. Este fue el motivo para que parte de los manifestantes lanzando el grito de A Caudillo iniciaran a las 8 el recorrido hacia la plaza más céntrica de la capital. El intento fue frustrado por la continua intervención de la fuerza pública con bombas de humo y gases lacrimógenos que dejó el grueso de la manifestación en varios centenares al llegar ésta a la plaza del Caudillo.Fue leido un telegrama dirigido al presidente del Gobierno en los siguientes términos: «Reunidos en la Alameda de Valencia, la auténtica representación del pueblo agrícola valenciano integrado por cooperativismo agrícola, afectados canal cuarta planta, arrendatarios de la huerta, jornaleros y hombres del campo en general, elevan a VE por medio de los organizadores del acto la más enérgica protesta de la situación de las diferentes agriculturas valencianas y de la ausencia de una política agrícola mínimamente eficaz». Finaliza rogando transmita al Rey estas peticiones que vienen avaladas por 30.000 firmas.

Entre la multitud de pancartas traídas desde las distintas comarcas valencianas, figuraban banderas valencianas con las cuatro barras rojas sobre fondo amarillo. La intervención de un comandante de la Policía Armada hizo que estas fuesen plegadas aduciendo que eran banderas catalanas, prohibición que trató de hacer respetar a lo largo del acto. Del mismo modo la pancarta alusiva al Sindicato Agrícola, Independiente, Unitario y Democrático, fue plegada por la policía en la manifestación ante la plaza del Caudillo.

Intervinieron cuatro oradores. El secretario de la Uteco, que se expresó en castellano en nombre de las comarcas vitivinícolas del interior, mostrando su disconformidad con la entrega vínica obligatoria y exigiendo un sindicato representativo. Un labrador de Carlet acusó a los fabricantes, vendedores, exportadores e intermediarios que recogen los beneficios del trabajo del agricultor. Por su parte, el vicepresidente de la Hermandad de Riola, calificó el acto de encerrona, ya que la autoridad gubernativa había apartado a los manifestantes del centro de la capital. «No queremos ser ciudadanos de tercera -dijo-, y exigimos el derecho que, tenemos todos los españoles de manifestarnos libre y pacíficamente». Estos dos oradores, que se expresaron en catalán, dieron paso al discurso final del presidente de la Uteco.

El señor Font de Mora recordó que «el nivel de vida del agricultor medio apenas rebasa la tercera parte del nivel de quienes se encuadran en los otros sectores productivos». «Hoy es un día de manifestación teórica -siguió diciendo-. La jornada queda impregnada de seriedad y dolor».

El ruego de disolverse hecho al final del acto por el presidente de la Uteco no fue escuchado, iniciándose por el puente del Real la entrada en la circunvalación de la ciudad y arterias más importantes. A la altura del final de la calle de la Paz la policía intervino, después de haber realizado detrás de los manifestantes idéntico recorrido durante diez minutos. En la plaza del Caudillo consiguieron reunirse diversos grupos que fueron finalmente disueltos.

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