"El libro de Juan Benet está en la línea de las reflexiones de Montaigne"

«El libro de Juan Benet El ángel del Señor abandona a Tobías- es una larga meditación a la manera benetiana sobre la correspondencia entre lenguaje y epistemología, entre el continuo del existir y el discontínuo del lenguaje, y en el fondo es también una búsqueda y una afirmación de una posición escéptica respecto a la posibilidad de que la lingüística descriptiva llegue algún día a convertirse en una ciencia totalizadora de los saberes del habla y de los significados», declaró a EL PAIS Carlos Barral, que actuó de presentador del libro editado por La Gaya Ciencia, celebrada ayer en una...

«El libro de Juan Benet El ángel del Señor abandona a Tobías- es una larga meditación a la manera benetiana sobre la correspondencia entre lenguaje y epistemología, entre el continuo del existir y el discontínuo del lenguaje, y en el fondo es también una búsqueda y una afirmación de una posición escéptica respecto a la posibilidad de que la lingüística descriptiva llegue algún día a convertirse en una ciencia totalizadora de los saberes del habla y de los significados», declaró a EL PAIS Carlos Barral, que actuó de presentador del libro editado por La Gaya Ciencia, celebrada ayer en una discoteca de Madrid.«Todo esto no está escrito -añadió Barral- como un ensayo científico, si no como una meditación literaria cuya excusa es la imagen pictórica del cuadro de Rembrandt, de igual nombre que el libro, y de la historia bíblica de Tobías. La meditación arranca y termina a raíz de la manipulación de esta excusa literaria, lo que permite las derivaciones más insospechadas.»

«Lo que me parece más importante del libro de Benet es el intento de resurrección de un género estrictamente literario, que es el de la reflexión o meditación a la manera de Montaigne, que dio lugar a una forma de expresarse muy frecuente en el siglo XVI.»

Siete capítulos y 203 páginas del autor de los ensayos, entre otros, La inspiración y el estilo, Sub rosa y premio Biblioteca Breve de 1969 por su novela Una meditación.

El mismo autor señala a modo de advertencia previa que ,«he de reconocer sin ambages que acerca del tema o los temas que se tratan en este texto, se ha escrito tanto y con tanta erudición y perspicacia que resulta insensato suponer alguna novedad a un apuntamiento cuyas inferencias sin duda obran en poder del público culto -no ya de algunos especialistas- desde hace muchos años o tal vez siglos».

Pero con ello se cierra un círculo vicioso, exponente de uno de tantos males que aquejan al momento actual de nuestras letras. Si no me he atenido -y en rigor no puedo hacerlo por falta de fuerzas- al precepto, sólo es debido a que la masa de saber sobre los temas aquí tratados.