Jesús Ramírez: “A Vela no se le va a olvidar hacer cosas extraordinarias por dejar Europa”

El entrenador que hizo campeón a México sub 17 en 2005 analiza a sus dos pupilos, Giovani Dos Santos y Carlos Vela

Ramírez delante de un cuadro con la generación de 2005.Alicia Fernández (El País)

Hay un punto de ruptura en el fútbol mexicano, data de 2005. Jesús Ramírez (Ciudad de México, 1957) fue un caza talentos sagaz. Chucho, como le apodan, se dispuso a reclutar futbolistas desde los 13 años en cada uno de los 32 Estados de México. Su encomienda fue competir en el Mundial de menores de 17 años. Competir. “¿Qué es lo más alto que se puede aspirar? ¡Pues ser campeones! Vamos a pensar en ser campeo...

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Hay un punto de ruptura en el fútbol mexicano, data de 2005. Jesús Ramírez (Ciudad de México, 1957) fue un caza talentos sagaz. Chucho, como le apodan, se dispuso a reclutar futbolistas desde los 13 años en cada uno de los 32 Estados de México. Su encomienda fue competir en el Mundial de menores de 17 años. Competir. “¿Qué es lo más alto que se puede aspirar? ¡Pues ser campeones! Vamos a pensar en ser campeones del mundo”, pidió. Nadie le creyó, hasta que sus jugadores levantaron la copa.

Chucho Ramírez fue el primer entrenador de Carlos Vela, Giovani Dos Santos, Javier Chicharito Hernández y de Héctor Moreno. Eran unos adolescentes a los que les pedía jugar bien al fútbol y les hacía énfasis en trabajar en la mentalidad. “Eso nos permitió tener la autoestima de decir ‘yo puedo”, comenta el estratega en su oficina. De frente no deja de mirar la fotografía del día en que México llegó al olimpo al liquidar a Brasil 3-0.

Pregunta. ¿Ganar ese mundial juvenil fue un punto de ruptura?

Respuesta. Sí, sin duda. No fue algo que salió porque jugaban bien, obviamente jugaban bien. Para mí lo más importante fue la parte mental. La transformación mental de un proceso de varios años fue lo más sólido. Eso nos permitió decir “Yo soy capaz, puedo ganar una Copa del Mundo”, obviamente acompañado de un trabajo. No nada más es pensar o soñarlo.

P. ¿Lo más difícil fue la confianza hacia su trabajo?

R. En el camino te encuentras muchas problemáticas que vencer. El primero fue la incredulidad. El entorno nos decía: “no puedes”. Esos son los partidos más difíciles de jugar. Poco a poco se va generando un ADN, una filosofía y generar nuevos hábitos, todo eso es mentalidad. Rebasar los límites, generar un compromiso. En esa preparación me acuerdo perfecto que la idea era jugar contra Brasil. Era el sueño. Dijimos que íbamos a llegar y le íbamos a ganar. Y así fue, de película.

P. ¿Ustedes no tenía el apoyo suficiente como ahora sí las divisiones inferiores?

R. No había tanto presupuesto, claro. No había esa filosofía de una división sub 13, 15, 17… Sin problema ahora ya lo puedes pensar. En ese momento era con lo que había. Le doy más valor porque a pesar de quizás no tener los elementos o el dinero o las giras.

P. ¿Le ayudó que su equipo era de adolescentes, un libro en blanco?

R. A pesar de que están más abiertos a escuchar también cuando están chavos, mantener el interés, comprometerlos a algo, ¡híjole! No es tan fácil. Busqué el mecanismo para que cada uno dijera “esto es para mí”. Como entrenador induces, propones, pero al final les decía: “¿Quién se tiene que convencer? Lo vas a hacer tú”. Empezamos a crear esta filosofía en la selección. Nuevos integrantes llegaban a ella y les costaba trabajo quedarse porque ya había cierto estatus de exigencia interna.

P. De 21 jugadores que fueron a ese Mundial, ocho se mantienen en Primera División y de ellos sólo tres están en selección: Carlos Vela (LA FC), Giovani Dos Santos (Galaxy) y Héctor Moreno (Real Sociedad). ¿Cuál es su diagnóstico?

R. Lo veo desde otro punto de vista. En ese proceso hablamos de 21, pero también te puedo decir que ahí estaba Oswaldo Alanís. El Chicharito también estaba. Hugo Ayala, Marco Fabián… Algunos jugaron el Mundial Sub 17, otros el 20, otros Juegos Olímpicos. Ahí el porcentaje se eleva. En el caso del Chícharo no lo llevé, pero sí al 20. Él estuvo desde el inicio. Alanís no llegó a ninguna, pero sí a selección mayor. Si te das cuenta que son procesos en el que el desarrollo de los jugadores es individual. Algunos crecieron rapidísimo como Vela o Giovani. Pum. Otros ahí la llevan y algunos no llegaron a nada.

P. ¿Qué pasó con los futbolistas que no trascendieron? Por ejemplo el portero que fue titular en el campeonato, Sergio Arias.

R. En el caso de Arias es complicado porque cuando regresamos del Mundial de Perú en Chivas jugaba Oswaldo Sánchez, los suplentes eran Michel y Talavera. Entonces, ¿cómo podía jugar? Sergio tuvo que emigrar al descenso [Segunda División] y de ahí no pudo pasar a Primera. Es el desarrollo de cada persona. Algunos ya no hicieron nada. Y es la vida misma: alcanzas un peldaño o dos y ya no da para más. Me quedaría más con que este logro creó un puente más largo y ancho por el que muchos jóvenes transitan. Ellos beneficiaron al fútbol mexicano.

P. ¿Es difícil ver que esos pupilos que tanto prometían no llegaron a nada?

Jesús Ramírez tras la entrevista con este diario.Alicia Fernández (El País)

R. Creí en todos. A cada uno le vi un gran potencial. Después van cambiando las circunstancias. Algunos siguen entendiendo que es a base de preparación porque luego cuando tienes un logro pareciera que ese logro te va alcanzar para todo lo demás, y no alcanza.

P. ¿Algunos se abrumaron por el éxito a los 17 años?

R. Fíjate que no. Veo al grupo muy humildad. Conociéndolos a fondo yo diría que nadie rebasó esa línea tan delgada.

P. Pero sí que fue una sacudida ser campeones tan pequeños, ¿no?

R. Sí, aquí va implícito el deporte y la educación, la gente en tu casa que te acompañe para darle una continuidad… Son muchos factores, no sólo es jugar bien.

P. ¿La Federación debió cobijarlos?

R. Es una cuestión chistosa: los clubes no tienen nada que ver con la selección, suena un poco loco esto que te digo, pero el club se preocupa por sí mismo, no por la selección. Al contrario: te los quitan. Formar una selección sub-20, después de ese campeonato, fue complicado porque muchos de estos chavos jugaban en Primera.

P. ¿Cuál es su diagnóstico de Giovani Dos Santos?

R. Con base en su calidad se ha quedado corto porque me acuerdo que agarraba y se llevaba a todos. Era impresionante lo que hacían él y Vela. Su potencial es alto, pero creo que lo ha guardado un poco.

P. Usted dijo a este diario que Carlos Vela era un jugador descomunal, ¿por qué?

R. Carlos es de una cuestión sentimental muy especial. Me dijeron “es que se va a ir a Estados Unidos”, pero ¿hace cuánto dejó el fútbol de Europa? ¡Pues casi nada! ¿Apoco se le van a olvidar hacer cosas extraordinarias? Ha jugado tres meses. Es más: hemos visto goles extraordinarios. Si su estado mental es bueno está contento y su creatividad se ve beneficiada.

P. ¿Qué destaca de él?

R. Es un jugador diferente: veloz, hábil, con una buena ejecución y buen remate. Sus cualidades muy pronto se destacaron. Eso lo llevó a Europa.

P. ¿Es uno de los más virtuosos de México?

R. Sí, sin duda. Tienen una facilidad natural para la conducción, velocidad, la frenada y el rito. Es un tipo súper completo.

Vela, durante uno de los entrenamientos de México.H. Vivas (Getty Images)

P. ¿Qué opina de que los hermanos Dos Santos y Vela hayan elegido a la MLS para jugar?

R. Tienes que valorar tus ofertas con la familia. Hay que ver todo. No necesariamente sólo es el dinero, sino donde te sientes bien. Es una buena decisión porque los veo contentos.

P. ¿Se les ha criticado por esa elección?

R. Incluso para tomar esas decisiones se necesita valor, como cuando Vela dijo que no quería ir a la selección. Les valoro su honestidad.

P. ¿Qué opina de Héctor Moreno?

R. De este grupo, Moreno fue el más regular porque mantuvo un buen nivel en selecciones. Es un jugador que sabe leer las jugadas. Es tiempista: siempre está ahí. Tiene una zurda muy importante y va bien por arriba.

P. ¿Será el momento para que se junten estas generaciones que aparentan ser promisorias?

R. Estos chavos tienen más de 10 años jugando en selección, han tenido logros. Quién mejor que ellos que dé el golpe de calidad, ese paso firme para ser campeones.

P. ¿Qué hay del papel de Rafael Márquez como el líder?

R. Lo hemos visto con un Osorio que le pregunta a Márquez, se acerca a un jugador de jerarquía. El entrenador no pierde liderazgo, sólo escucha una opinión.

P. ¿Qué jugador le entusiasma más?

R. Vela por su forma de hacer las cosas cuando está conectado. Tiene todo. Verlo es un deleite.

P. Muchos de estos jugadores dicen que quieren ser campeones del Mundo

R. Creo que es la única forma de pensar. Si vas a competir algo, ¿con qué mentalidad vas? ¿A cumplir? Los equipos campeones llegan con esa idea y sí lo piensan. No veo mal que estos chavos sean grandes transmisores de esto que ya vivieron.

P. ¿Por qué no está usted en la Federación Mexicana de Fútbol?

R. Estuve 10 años. Me fui al América. Trabajé a Japón. Regresé al América en 2012 por un año. Me encantaría regresar. Tuve una propuesta de un equipo japonés. Me encantaría volver a dirigir.

P. ¿No le parece que es una contradicción que el entrenador que hizo campeón a México no tenga empleo en la Federación?

R. Sucede. Me han dicho que mi trabajo es de chavos. Y mi trabajo es universal: lo puede hacer un chavo o un adulto. La mente no tiene edad. Si tú quieres generar un hábito es cuestión de que lo pienses.

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