El simbólico abrazo de los Reyes a las cabezas de Plensa en el estand de EL PAÍS
El artista ha ideado un conjunto de ocho cabezas para denunciar la intolerancia respecto a la inmigración en ‘Entre sueños V3.0′
Parecía complicado que las decenas de personas que deambulaban entre el conjunto de ocho cabezas en alabastro —siete de ellas mujeres jóvenes y un joven varón— que Jaume Plensa ha creado para el estand de EL PAÍS en Arco se apartaran a tiempo para que pudiera pasar la comitiva que encabezaban los Reyes en la inauguración oficial este miércoles de la feria de arte contemporáneo madrileña. Cada pocos segundos, alguien se acercaba al artista para pedirle una foto o preguntarle por sus figuras. Lo más parecido a una estrella del rock, en este caso del arte, en una cita de este tipo en la que solo unos pocos expertos reconocen a sus ídolos o creadores. Con la aparición del equipo de protocolo de Casa Real, la gente se organizó sin soltar sus teléfonos y Plensa, acompañado de Pepa Bueno, directora del periódico, Juan Cantón, director general de Prisa Media, y Pilar Gil, vicepresidenta del Consejo de Administración del Grupo PRISA, no pudo disimular los nervios. No por recibir a Felipe y Letizia —”Los conozco y ellos conocen bien mi obra”, confesaba el autor—, sino porque el artista, explicaba a este diario, no quería que los Reyes se perdieran la que consideraba la mejor perspectiva para observar el conjunto de esculturas que ha bautizado como Entre sueños V3.0: justo delante de algunas de sus figuras.
Ya en ese lugar preciso, el rey Felipe le preguntó a Plensa si se podían tocar las cabezas. “Le he respondido que se pueden acariciar o abrazar”, relataba el artista momentos después de la visita al espacio de EL PAÍS. “Aunque no lo han hecho, al final”. Lo que le quedó al creador fue el abrazo simbólico que, de alguna manera, ya había recibido en otras ocasiones de la Familia Real. “Sus hijas visitaron mi estudio recientemente”, decía Plensa en referencia a la princesa Leonor y la infanta Sofía. “Los Reyes tampoco me han hecho muchas preguntas porque ya nos hemos visto en otras ocasiones. Hoy se han interesado por mi trabajo con el alabastro”, continuó el autor.
Diecisiete años después de su primera intervención en el estand de EL PAÍS en Arco, el artista (Barcelona, 69 años) ha regresado con figuras, como acostumbra, con los ojos cerrados. Una recostada sobre las manos de otra y algunas dispuestas sobre grandes bloques rectangulares con forma de túmulo. El título, Entre sueños V3.0, hace referencia a Entre sueños, la obra que presentó en el mismo espacio en 2008 y que consistía en una cabeza de una inmigrante dominicana llamada Irma, de 2,35 metros, con las palabras “hambre”, “enfermedad” e “insomnio” grabadas en su rostro y rodeada de 600 kilos de zapatos usados, en lo que Plensa denominó entonces “un homenaje a los extranjeros”. Como entonces, el artista vuelve a aludir directamente a los problemas migratorios a través de rostros de diferentes orígenes geográficos.
El busto de ese joven varón rodeado de mujeres es la primera gran cabeza masculina que ejecuta Jaume Plensa. Junto a él, el rostro callado de una niña hija de madre vietnamita y padre catalán. Más allá, la cara ovalada de una muchacha dominicana de rasgos achinados. Y una chica valenciana, y otra de Aragón, y otra hija de padre catalán y madre japonesa. Una propuesta en nombre de la diversidad, el cruce y el mestizaje. El conjunto se ha convertido en una de las atracciones de la feria. La comitiva siguió hacia la zona dedicada al Amazonas, el proyecto principal de la 44º edición de Arco que se celebra del 5 al 9 de marzo. El público volvió a rodear a estas figuras, a hacerse fotos, compartirlas y, de alguna manera, abrazar a las mujeres y el hombre de Plensa.