Valeria Castro: “No estamos acostumbrados a habitar en la ternura”

La cantante, que reivindica el lado humano de la vida, estará en el festival Alma de Madrid

La cantante Valeria Castro, retratada en una calle de Malasaña, Madrid.Moeh Atitar

Valeria Castro (La Palma, 25 años) es una de las nuevas voces más interesantes de la música española. Su universo sugerente reivindica el lado humano de la vida y el folclore canario aliado con la canción de autor. Este lunes 10 de junio estará en el festival Alma de ...

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Valeria Castro (La Palma, 25 años) es una de las nuevas voces más interesantes de la música española. Su universo sugerente reivindica el lado humano de la vida y el folclore canario aliado con la canción de autor. Este lunes 10 de junio estará en el festival Alma de Madrid, que se celebra en el parque de Tierno Galván. Una figura emergente que crece a velocidad de vértigo: su nombre figura en el festival junto al de Vetusta Morla, Jorge Drexler o Jamie Cullum.

Pregunta. En su canción Costura canta: “Todo lo que yo he aprendido de mi madre”. ¿Es una hija agradecida?

Respuesta. Eternamente. También soy una hija con suerte de tener la madre que tengo. Me ha educado en valores y ha tratado siempre de que los baches y las caídas me pillen al menos prevenida, y para mí eso es algo de que lo que estar muy agradecida.

P. ¿Influyó en su dedicación a la música?

R. No vengo de una familia de artistas ni nada que se le parezca, pero sí me apuntaron con cuatro años a una escuela de música. Trato de ser consciente y agradecida con todo los que ha pasado en mi vida para llegar hasta aquí, y calculo que, sin esa decisión, quizás no hubiese desarrollado la pasión que hoy tengo por la música.

P. También canta en Techo y paredes a su hermana. ¿Las mujeres en su casa son más que importantes?

R. Son la evidencia de que no estoy sola, espejo donde mirarse un poco. Para mí son como esa compañera a la que miras de reojo para aprender cómo se hacen las cosas, de la que aprendes a vivir.

P. Su último disco desprende mucho de amor propio.

R. Supongo que gracias a un año y medio de terapia. Desde el principio empecé a escribir para canalizar las cosas que me tenía que decir a mí misma, y así poder seguir hacia adelante y las que tenía que soltar para que no me pesaran tanto dentro. Al final te das cuenta de que muchas de esas cosas van ligadas a un cariño propio al que es difícil llegar, pero siento que las canciones llegan más rápido a ese punto.

P. A raíz de este disco, también ha hablado de ternura como revolución. ¿A qué se refiere?

R. Habitar desde lo tierno creo que es algo a lo que no estamos acostumbrados y a mí me ha resultado siempre más efectivo a la hora de luchar las cosas, con una misma o con lo ajeno. La vulnerabilidad entiende más del cariño que del reproche. Ahí creo que la ternura es una buena bala para acoger ese lado humano.

La cantante Valeria Castro, en Lolina Vintage Café, en Madrid.Moeh Atitar de la Fuente

P. Reivindica las raíces sonoras canarias. ¿En qué consisten esas raíces?

R. Tengo presente los ritmos, los instrumentos, lo que sonaba en casa, para que no llegue un día en el que se olvide. Soy conocedora y respeto la herencia (y el pulso siempre ternario).

P. Recomiende algo de esa música.

R. Los sabandeños creo que son ese grupo del que todo canario tiene un disco en casa y siempre los recomendaría, pero ‘Nube de hielo’, de Benito Cabrera, uno de los mejores timplistas de Canarias. Es la melodía que más me recuerda a mi infancia canaria, y creo que es de las melodías más tiernas que he escuchado nunca.

P. ¿Le preocupa que la encasillen en la música folclórica canaria y se pueda ver como que forma parte de una moda de reivindicación de música folclórica?

R. No me preocupa, ni lo uno ni lo otro. Soy consciente que bebo del folclore, pero no hago música folclórica. Si lo encasillaran ahí sería bonito en caso de generar interés por el género. Y ojalá eso fuese moda.

P. Como canaria, ¿siente que España considera a las islas como algo muy lejano?

R. Creo que existe cierto desconocimiento de la realidad e idiosincrasia isleña, que se reduce a una imagen simple, vuelta exótica y comercializada de lo que supone vivir y ser de aquí. Pocas veces se habla de los pueblos, de nuestras tradiciones, de la riqueza de nuestra multiculturalidad. Parte de la inercia que me mueve a hablar de mi tierra viene de querer poner eso en valor.

P. Usted reflejó lo sucedido en el volcán de La Palma en su música y apoyó iniciativas de ayuda. ¿Cómo le afectó a su familia y a su tierra? ¿Cómo le canta?

R. Mi abuela perdió la casa familiar en el barrio de las Manchas como muchos otros vecinos. Siento que la gente todavía mantiene algo de tristeza, yo misma incluida. Trato de cantarle con honestidad, desde el punto de vista de alguien que lo ha vivido en sus carnes y que, como todos, solo quiere tirar para adelante.

La cantante Valeria Castro, en Lolina Vintage Café, en Madrid. Moeh Atitar

P. El turismo se ha convertido en un verdadero problema en su tierra. Ya hay movilizaciones.

R. Son la respuesta a un descontento generalizado que existe desde hace años aquí, estamos cansados de ver todas las casas convertidas en viviendas vacacionales como en el resto del país, que destruyan espacios naturales protegidos o no poder trabajar donde hemos nacido.

P. Ha colaborado con Vetusta Morla, Tanxugueiras y ha compartido escenario con Silviana Estrada. ¿Con quién le gustaría colaborar?

R. Jorge Drexler, Sílvia Pérez Cruz o Natalia Lafourcade siempre han sido de los nombres que más me rondan en la mente. La que me cambió la manera de mirar la música y sentirla fue Sílvia Pérez Cruz. Aunque la que siempre ha dictado un poco mi gusto musical y, por tanto, también cómo vivirla ha sido mi hermana Paulina.


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