Ni vídeo, ni fotografía, ni arte performativo o conceptual: Ibiza apuesta por el renacimiento de la pintura basada en la figuración

La segunda edición de la Feria de Arte Contemporáneo (CAN) multiplica el mercado de la nueva figuración, con coleccionistas en los que predominan europeos que han hecho fortuna en el sector tecnológico

Asistentes a la Feria de Arte Contemporáneo (CAN), en Ibiza.ESTUDIO YASMIN ART VISUAL (CAN

Cuando el visitante traspasa las puertas del Recinto Ferial de Ibiza se da de bruces con un inmenso plató en el que se podría estar rodando El mago de Oz. Pero la saturación del color que ocupa el espacio no viene de la genial película de Victor Fleming, sino de la mayor parte de las 148 obras que protagonizan la segunda edición de la Feria de Arte Contemporáneo (Contemporary Art Now, CAN) que se celebra en Ibiza desde el miércoles 12 hasta este domingo. En una feria que se podría situar en la estela de Untitled Art de Mia...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Cuando el visitante traspasa las puertas del Recinto Ferial de Ibiza se da de bruces con un inmenso plató en el que se podría estar rodando El mago de Oz. Pero la saturación del color que ocupa el espacio no viene de la genial película de Victor Fleming, sino de la mayor parte de las 148 obras que protagonizan la segunda edición de la Feria de Arte Contemporáneo (Contemporary Art Now, CAN) que se celebra en Ibiza desde el miércoles 12 hasta este domingo. En una feria que se podría situar en la estela de Untitled Art de Miami, la pintura reina sobre todas las otras formas de expresión y de soportes artísticos. A diferencia de Arco, en Madrid, aquí no hay vídeo, ni fotografía, ni el menor rastro de arte performativo o conceptual. El crítico y comisario de la feria, Saša Bogojev augura un nuevo renacimiento de la pintura basado en la figuración real o fantástica. Las 38 galerías participantes provienen de Hong Kong, Sídney, Londres, Nueva York y Los Ángeles. Entre las siete firmas españolas hay tres mallorquinas. Ninguna es ibicenca.

En la tarde noche del miércoles, con 34 grados de temperatura y una humedad del 64%, artistas, galeristas y coleccionistas se movían dentro del hangar como si disfrutaran de un microclima específicamente creado para lucir sin agobios sus modelos de Gucci, Chanel, Louis Vuitton o Hermès. Como suele ocurrir en las Baleares, los perros son bienvenidos en la feria y también ellos parecían acicalados para lucir impecables y no lanzar ladridos que impidieran escuchar la música electrónica que los DJ se ocupaban de hacer sonar.

Obras expuestas en la galería The Hole del artista australiano Jonny Niesche.SAYANA CAIRO (CAN)

Sergio Sancho (Madrid, 1978) inventor de la feria y de Urbanity Art Fair, que se celebra en paralelo a Arco, define quiénes son estos coleccionistas que exudan riqueza en cada movimiento. Son profesionales del ámbito tecnológico, de entre 40 y 60 años, que tienen un pasado vinculado con la isla. Disfrutaban de una segunda vivienda o sencillamente venían a pasar su tiempo libre. Son austriacos, alemanes, franceses y europeos del norte. “El coronavirus lo cambió todo hasta el punto de que muchos convirtieron su segunda vivienda ibicenca en residencia principal”.

Añade Sancho que es gente adinerada y muy culta, con una gran afición al arte en general. “Un empresario amigo, Marc Rahola, me propuso reactivar la isla con alguna propuesta estrictamente cultural. Yo arrastraba la experiencia de Urbanity, pero no se podía exportar tal cual porque es arte exclusivamente urbano. La primera edición fue un éxito. Se vendió más del 80% de la obra expuesta y los acuerdos siguieron después de la feria, porque aquí, como en todas, se viene a hacer contactos y a conocer”. Sancho precisa que no quieren una feria inabarcable y cree que el máximo de galerías debería de estar en 60. También es contenido en cuanto a los precios. Sabe que hay alguna obra que puede alcanzar los 200.000 euros, pero afirma que es una excepción que no le agrada. La media está en los 20.000, con un techo (modificable) de 50.000 por lo alto y 3.000 por lo bajo.

Los artistas de la feria cuentan todos con exposiciones personales en su currículo. Tienen en común jugar con un tipo de figuración que se inspira en las redes sociales, los videojuegos o los cómics. Una de las creadoras más conocidas es Ana Barriga (Jerez de la Frontera, 1984). Desde la galería inglesa Carl Kostyál, el espacio que comparte con otros artistas emergentes, ella destaca como uno más de los personajes coloristas e inventados de su personal mundo fantástico. Barriga, la más popular entre muchos de sus colegas, se resiste a reconocerse bajo cualquier etiqueta, incluida la de la nueva figuración. “Tenemos una forma de entender la pintura como algo renovado, algo fresquito, no encorsetado. Pero prefiero no definirme y que sean los otros quienes expliquen lo que sienten ante un cuadro o una escultura”.

Obra de la artista Ana Barriga en la galería Carl Kostyál.CAN

Muy cerca de Barriga está Jaime Urdiales (Losar de la Vera, Cáceres, 1994) pintor residente en Londres desde hace siete años, pero que anuncia que se vuelve a España porque la era postBrexit está resultando invivible para extranjeros y locales. “No sé si volveré a Madrid o a Ibiza porque aquí se está creando un ambiente artístico muy interesante para las nuevas generaciones”.

Entre mucho retrato, abundante reino vegetal y primeros planos de penes y escrotos, hay un único rincón ocupado por el informalismo. Son obras del australiano Jonny Niesche (Sídney, 1972) que cuelgan en la galería The Hole. Son trabajos que contienen grandes círculos bicolores, en los que combina materiales reflectantes como la brillantina, los espejos y telas transparentes. Todo procede de las secciones de cosméticos de los grandes almacenes.

Una de las novedades de esta edición consiste en un programa paralelo gracias al cual varios artistas baleares protagonizan exposiciones temporales. Sancho detalla que dos de estas exposiciones se podrán visitar en Ibiza, en torno a la bahía de Sant Antoni. La primera, en el faro de ses Coves Blanques, es una muestra conjunta de los artistas mallorquines Julià Panadès (Palma de Mallorca, 1980) y Bel Fullana (Palma de Mallorca, 1985). Las piezas escultóricas de Panadès investigan conceptos como la trascendencia o la transitoriedad. Fullana, quien utiliza el cuerpo —especialmente el femenino— como si de un alter ego se tratara, dando rienda suelta a su imaginario de chicas liberadas, gamberras y hedonistas. La cantante Rosalía inspira algunas de sus últimas obras: Mano reptiliana (2019) o Reptiliana Kisses (2020). Las uñas desmesuradas de la cantante sostienen criaturas monstruosas y extraterrestres.

Obra del artista Julià Panadès en el espacio Faro de ses Coves Blanques.MARÍA SANTOS (CAN)

En el otro extremo de la bahía, en el Espacio Cultural Sa Punta des Molì, expone el artista residente en Ibiza Jesús de Miguel (Palencia, 1975), que combina pintura y escultura en sus obras, en las que trata el origen de las cosas, la mística, la genialidad, el pensamiento, la alienación tecnológica, la vorágine contemporánea, la contemplación, la introspección y el hedonismo.

Obra del artista Jesús de Miguel en el Espacio Cultural Sa Punta des Molì, en Ibiza.MARÍA SANTOS (CAN)

Todos estos jóvenes artistas baleares están representados en el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza (MACE), que dirige Elena Ruiz desde hace 32 años. La sala de Armas del espectacular edificio está ocupada este verano por una gigantesca instalación de la portuguesa Joana Vasconcelos.

Una visitante en la Feria de Arte Contemporáneo de Ibiza.ESTUDIO YASMIN ART VISUAL (CAN)

Ya fuera del museo y ante la pregunta sobre el futuro de la feria en 2024, Sancho responde que el reto consiste en “perfeccionar” lo que ya tienen. “No queremos ferias desmesuradas. Esta feria es casi perfecta, no la vamos a estropear”.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Más información

Archivado En