Pamela Palenciano: “En España hay una violencia institucional contra las mujeres brutal”

Hace 20 años, Pamela Palenciano (Andújar, 41 años) empezó a representar No solo duelen los golpes, un ácido monólogo que disecciona la violencia machista que padeció —sin ser consciente— de los 12 a los 18 años. La obra, que ha evolucionado con la actriz, se ha representado miles de veces, sobre todo en institutos de todo el país como herramienta para denunciar el machismo cotidiano. Esa labor pedagógica le costó una campaña de acoso ...

Hace 20 años, Pamela Palenciano (Andújar, 41 años) empezó a representar No solo duelen los golpes, un ácido monólogo que disecciona la violencia machista que padeció —sin ser consciente— de los 12 a los 18 años. La obra, que ha evolucionado con la actriz, se ha representado miles de veces, sobre todo en institutos de todo el país como herramienta para denunciar el machismo cotidiano. Esa labor pedagógica le costó una campaña de acoso y tres denuncias, ya archivadas. Ahora, la activista explora el calvario judicial de las madres que denuncian abusos sexuales intrafamiliares contra sus hijos en Arrancamiento, que se estrena este miércoles en el Teatro del Barrio (Madrid).

Pregunta. ¿Cómo viven los adolescentes No solo duelen los golpes?

Respuesta. Casi todas las chicas lloran. Los chicos a veces se sienten incómodos, porque ven reflejadas sus actitudes machistas, pero luego algunos me escriben meses o años después y me dicen: “Ahora entiendo cómo soy como hombre”. Eso es la hostia.

P. ¿Algunos reaccionan mal?

R. Sí. Pero estoy curtida de estos años de odio y reacciono con humor. Ha ido a peor con la ultraderecha: llevo seis años padeciendo campañas contra mí, me han denunciado y he tenido que llevar protección policial. Eso me ha hecho perder trabajos. Me llaman a las tres de la mañana y me dicen “te vamos a matar”. En El Salvador he vivido ocho años con pandillas y tiros y no sentí el terror que he sentido aquí.

P. ¿Cómo surge Arrancamiento?

R. Hace 13 años, conocí el caso de una mujer víctima del falso Síndrome de Alienación Parental (SAP, en su acrónimo, la supuesta polarización de un hijo a favor de un progenitor y en contra del otro). Entonces, en mis charlas empecé a hablar de maltrato intrafamiliar, y cuando decía esas palabras a los niños les cambiaba la cara, porque había muchos que eran víctimas. Luego entré en contacto con asociaciones de madres protectoras que me contaron sus casos y me dieron permiso para llevarlos al teatro, con el apoyo del Museo Reina Sofía y de un crowdfunding.

P. ¿En España hay violencia institucional contra las mujeres?

R. Sí. Desde la ONU y la Unión Europea no paran de decirle a España que no se está protegiendo a las madres. Me cabrea que no sea agenda del movimiento feminista por la división que hay. En este país hay una violencia institucional contra las mujeres y las criaturas brutal.

P. ¿Por qué este título?

R. Es la parte más dolorosa, cuando le arrancan el niño a la madre. Cuando un menor dice “no me quiero ir con papá”, lo dibuja, cambia su actitud en el colegio, suspende, se hace autolesiones, intentos de suicidio... Luego ves pruebas, informes psicosociales, pediátricos, compruebas las barbaridades que la criatura cuenta de su padre, que tiene lesiones físicas... Después de eso, si lo denuncias, empieza el calvario. En este país no escuchamos a la infancia. Miles de mujeres se enfrentan esto.

P. ¿Se atiende a las víctimas de este tipo de violencia?

R. Estamos fallando en muchas cosas porque se sigue avalando el SAP, que la OMS ya ha dicho que es una teoría pseudocientífica que inventó Richard Garner —quien defendía la pedofilia— para generar un pensamiento patriarcal: “Las mujeres mentimos por naturaleza, somos malas, manipulamos a los niños contra sus padres”.

P. ¿Se protege a los niños?

R. En este país violan a niños y niñas todos los días —hasta un 20% han sufrido abusos, según Save the Children— y no se les atiende bien. La ONU denunció que el sistema judicial no les protege de padres abusivos, algo que comparte el Ministerio de Igualdad, que también critica la aplicación del falso Síndrome de Alienación Parental. ¿Por qué no estamos hablando más de esto?

P. ¿Teme nuevas denuncias?

R. Sí. Por eso mi abogada está filtrando todo el texto, porque seguramente van a venir a atacarme y denunciarme. Pero estamos listos para lo que venga, la obra está justificada. Por eso digo frases como “no todos los jueces” y “podría ser cualquier tipo de hombre, pero no todos los hombres”.

P. ¿De quién son las voces grabadas en la obra?

R. Hay voces ficcionadas de casos reales, y las dos últimas voces son reales: la última es una niña de 16 años que vivió una tortura y le dice a los niños abusados “tú eres más fuerte que tu padre”.

P. Al acabar el ensayo una mujer le ha dicho que sufrió el mismo caso.

R. En mi anterior monólogo me pasó cientos de veces. Y ahora va a pasar cada vez que haga la obra, porque hay una necesidad de hablar de esto, y mujeres que van a querer contar sus casos porque llevan muchos años calladas. Y niñas que sufrieron abusos y ya son mayores, que incluso grabaron lo que les decían sus padres, pero eso no sirve como prueba en un juicio. O niños que dibujan lo que les hace su padre y el juez no lo admite como prueba porque dice que está manipulado. Y si pones “madre protectora” en Google salen resultados terroríficos.

P. ¿Sigue el mito de la mala mujer?

R. Eso sostiene Arrancamiento, que al final parece que la madre es mala por naturaleza, manipuladora y mentirosa. Y denuncia la violencia contra los niños. Una joven me dijo: “La violencia vicaria me hace sentirme víctima de segunda, porque la violencia era contra mi madre, pero también contra mí”. En este país hay mucho que revisar todavía. En la obra represento el interrogatorio en un juzgado a una niña pequeña, sin sensibilidad y como si fuera una terrorista. Espero que vengan a ver la obra muchos jueces para que entiendan qué hay detrás de todo esto.

P. Habla también de edadismo. ¿Tiene que ver con el sistema patriarcal?

R. El edadismo es la punta del iceberg de la pederastia. Cuando un hombre de 50 se enamora de una mujer 20 o 30 años más joven que él, es la continuación de esto. Pero si una tía de 50 se enamora de uno de 20, es una asaltacunas o una guarra. Hay una infantilización de las mujeres que también tiene que ver. No se ha hablado de esto con una mirada estructural.