La eterna promesa de una nueva ley de mecenazgo al fin se cumple
El Congreso tiene previsto aprobar la semana próxima la reforma impulsada por el PdeCat, la primera tras años de anuncios y pactos vacíos. El texto aumenta las deducciones para ciudadanos y empresas y regula la donación de servicios y las posibles contraprestaciones
Las promesas que se anuncian muchas veces pero nunca se cumplen van perdiendo credibilidad. Y una nueva ley de mecenazgo lleva años y años en boca de todos los Gobiernos y muchos partidos. Lo que explica la reacción que afrontó el diputado del PdeCat Sergi Miquel cuando impulsó a finales de 2020 el enésimo intento: “Me trataban como al Quijote”. Y, sin embargo, lo que imaginó hace más de dos años va a ser real: la reforma, al fin, sucederá. Y modificará una normati...
Las promesas que se anuncian muchas veces pero nunca se cumplen van perdiendo credibilidad. Y una nueva ley de mecenazgo lleva años y años en boca de todos los Gobiernos y muchos partidos. Lo que explica la reacción que afrontó el diputado del PdeCat Sergi Miquel cuando impulsó a finales de 2020 el enésimo intento: “Me trataban como al Quijote”. Y, sin embargo, lo que imaginó hace más de dos años va a ser real: la reforma, al fin, sucederá. Y modificará una normativa, la de “régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo”, en vigor desde 2002.
Está previsto que la Comisión de Hacienda y Función Pública del Congreso vote el próximo miércoles, con competencia legislativa plena, el texto cuya ponencia se aprobó este jueves, con algunas modificaciones, y que ya cuenta con apoyos más que suficientes, incluido el de los dos socios de Gobierno, PSOE y Unidas Podemos. La normativa pretende estimular las donaciones privadas hacia sectores como artes, medicina o investigación, a través de mayores deducciones fiscales, la ampliación de sus ámbitos de actuación e incluso la creación de nuevas opciones de mecenazgo. Miquel no descarta incluso que consigan la unanimidad a favor de su reforma. Y, entonces, solo hará falta el visto bueno del Senado. La ley, tras su publicación en el BOE, entrará el vigor el 1 de enero de 2024.
Toda una alegría para el año nuevo sobre todo para cultura y ciencia, las voces que más reclamaban mayores facilidades y nuevas opciones para los mecenas. Y que habían visto cómo, una y otra vez, las garantías que recibían de los políticos o de sus programas electorales se convertían en papel mojado a la hora de la verdad. “Tenemos un compromiso de actualizar la ley de mecenazgo en nuestro país, un propósito que ya fue anunciado y que también venía establecido en el Plan de Recuperación. Es importante atender la realidad de la ciudadanía y organizaciones que dedican su tiempo y dinero a causas de interés general, pues esta acción fortalece nuestra sociedad”, defiende el diputado socialista y miembro de la comisión de Hacienda Miguel Ángel González Caballero.
La reforma añade a la habitual donación, monetaria o de bienes, la de servicios. Es decir, por ejemplo, un despacho de abogados que proporcione gratuitamente una asesoría o un medio de comunicación que conceda una página de publicidad. Además, la deducción del 80% en el IRPF que antes cubría el micromecenazgo de particulares hasta 150 euros ahora lo hará hasta 250. Y, a partir de ese umbral, el porcentaje también crece, del 35 al 40%, el mismo que se establece en generales para las deducciones que puedan lograr las empresas. Y se agiliza otra opción, tanto para privados como compañías: antes, donar durante cuatro años la misma cantidad a la misma entidad ofrecía otro 5% adicional. Ahora, hará falta un año menos.
Se regula, además, la contraprestación, como ya sucede, por ejemplo, en Francia. Miquel lo explica con un ejemplo: “Si una empresa dona 500.000 euros al Real, actualmente el teatro no puede ni darle una entrada. Y lo que ocurría es que se hacía igualmente, a escondidas, o en lugar de mecenas debía haber patrocinadores, regidos por otra ley, la de publicidad. Ahora se fija un tope: el valor de lo que el beneficiario devuelva no puede superar 25.000 euros ni el 15% de lo que ha recibido”. Finalmente, también se amplían las actividades de organismos sin ánimo de lucro que estén exentas del impuesto de sociedades: entre las novedades, investigación en desarrollo e innovación, educación para estudiantes de altas capacidades o servicios de inserción sociolaboral de personas en riesgo de exclusión social.
Razones de peso para que Miquel considere que sí se puede calificar la reforma de “nueva ley de mecenazgo, ya que no solo se aumentan las deducciones, sino que se introducen otros conceptos. Por supuesto que se puede mejorar, pero es una normativa que puede durar perfectamente 10 o 15 años”. Entre otras cosas, el pacto con el Ejecutivo supuso para el PdeCat renunciar a un cambio de mayor calado, que tocara a otras leyes tangenciales, como la del IRPF o del patrimonio cultural. El diputado catalán señala que ceñirse solo a la normativa en cuestión fue una de las exigencias del Gobierno.
También pudo ser ese uno de los motivos que debieron de modificar el escepticismo inicial del Ministerio de Hacienda. Porque, el pasado noviembre, fuentes del organismo señalaban a EL PAÍS que “por tiempos” parecía “complicado” llegar a una ley antes del cierre de la legislatura, a finales de 2023. Y varios de los anteriores intentos fallidos a lo largo de los años naufragaron precisamente ante la resistencia de Hacienda.
“Se dieron cuenta de que iba a salir con o sin ellos, y decidieron que era mejor ponerse de buenas. Hubo un cambio de actitud”, afirma Miquel. Hace meses, algunos diputados de la oposición apuntaban a que el anuncio del presidente, Pedro Sánchez, el pasado julio, de que habría nueva ley de mecenazgo también podía jugar en contra de la reforma, en el caso de que los socialistas priorizaran una iniciativa que llevara su propia firma. Finalmente, sin embargo, el texto avanzó, y está a tan solo dos pasos de prosperar y desmentir los pronósticos.
Luego, habrá que medir los resultados. Desde la ley de 2002, las donaciones a la cultura pasaron de 1,3 millones de euros a cerca de cuatro millones en 2019, en cálculos que relató a EL PAÍS González Caballero. El mecenazgo, sin embargo, no pasa en España del 0,1% del PIB, según la Asociación española de Fundaciones.
Otra cosa, eso sí, es la opinión que se tenga del mecenazgo y el voluntariado. Porque una mayoría, y la reforma en marcha, los ven como un gesto tan altruista como beneficioso, que puede ayudar a distintos sectores de la sociedad. El problema, para los críticos, llega cuando las Administraciones, principales encargadas de velar por las artes o la ciencia, aprovechan la colaboración privada gratuita para reducir o incluso sustituir su obligación. He aquí un debate larguísimo. Más incluso que la propia reforma de la ley de mecenazgo. Porque esta por lo menos, aunque sea dos décadas después, ya tiene una respuesta.