Albert Serra, el cineasta que triunfa en Francia pero es ignorado en los Goya

Desde su estreno en la sección a Competición del pasado festival de Cannes, Pacifiction, de Albert Serra, se ha llevado los parabienes de la crítica internacional. Recibido con entusiasmo en el certamen en mayo, este drama —que cuenta el devenir del Alto Comisario de la República Francesa en la isla de Tahití, donde la población local siente miedo ante la posible realización de pruebas nucleares— ha ido acumulando reconocimien...

Desde su estreno en la sección a Competición del pasado festival de Cannes, Pacifiction, de Albert Serra, se ha llevado los parabienes de la crítica internacional. Recibido con entusiasmo en el certamen en mayo, este drama —que cuenta el devenir del Alto Comisario de la República Francesa en la isla de Tahití, donde la población local siente miedo ante la posible realización de pruebas nucleares— ha ido acumulando reconocimientos: en los premios Lumière de la prensa extranjera en Francia se llevó los galardones a mejor dirección, fotografía y actuación protagonista masculina; en los Gaudí de la Academia catalana de cine, los trofeos a mejor película en lengua no catalana, fotografía y diseño de producción (tenía otras ocho candidaturas); ha sido escogida por la publicación Cahiers du Cinèma como una de las 10 mejores películas del año, y ha logrado nueve candidaturas a los César, los premios del cine francés. Sin embargo, en los Goya, que se celebran el próximo sábado, Pacifiction no estará presente en ningún apartado. ¿Vale para los César pero no para las Goya? ¿Es por la apuesta arriesgada del filme o por las declaraciones habituales de Serra sobre el cine español?

La Academia española de cine, a preguntas de EL PAÍS, tiene una respuesta clara: no comenta posibles nominaciones ni premios, y subraya que cada académico es dueño de su voto, un acto individual que además es absolutamente secreto y que han podido realizar en esta edición 2.030 personas (hay también integrantes de la Academia sin derecho a voto). En las últimas ediciones de los premios Goya, sí ha ido entrando poco a poco un cine más radical, el que representa a España en los festivales internacionales, lo cual no siempre ha tenido eco en estos galardones. Isaki Lacuesta ganó la Concha de Oro en San Sebastián en 2011 con Los pasos dobles, y esa película no logró ninguna nominación a los Goya. Con su segunda Concha de Oro, Entre dos aguas (2018), sí fue candidato a mejor película y dirección. Este hueco también lo han ocupado otros cineastas como Oliver Laxe, Jonás Trueba o Luis López Carrasco. Pero no Serra.

Para Judith Colell, presidenta de la Academia catalana de cine y exvicepresidenta de la española cuando la encabezaba Enrique González Macho, “es desde luego llamativo”, como explicaba hace dos semanas, tras los premios Gaudí. “También es cierto que puede que poca gente haya visto Pacifiction, un tipo de cine que no atrae al académico medio, más cercano a un cine de autor más industrial. Entiendo que la situación nace de esto, no de inquinas personales o de declaraciones de Serra”.

Cuando la película compitió en Cannes, la noticia se celebró en el cine español como un éxito. Sin embargo, ahora algunos académicos (tres consultados por este diario) la consideran francesa. Según la base de datos del ministerio de Cultura y Deporte, Pacifiction, que se rodó íntegramente en Tahití, en la Polinesia francesa, nace de una producción entre cuatro países y con este porcentaje: Francia (42,78%), España (37,22%), Alemania (10%) y Portugal (10%).

Albert Serra, desde Róterdam, donde pasaba unos días en su festival la semana pasada, explicaba: “No sé qué ha pasado. Sí, es exagerado. Yo pienso que cada votante es responsable de su acción, y que no hay decisiones... colegiadas. No hay estados de opinión. Sospecho que pocos han visto la película, a pesar de que han podido. Paradójicamente, el primer preestreno en Madrid se realizó en la Academia. Bueno, este tipo de cine no encuentra eco en los Goya, y sí en otras academias. Puede que porque el votante español es más... clásico, y poco conocedor de las tendencias del cine contemporáneo. No siento que me ninguneen personalmente”. Y confirma que hubo proyecciones de la película en la sede madrileña de la Academia cuando se desarrolló la primera ronda de las votaciones (para elegir las candidaturas que se anunciaron el 1 de diciembre).

En cuanto a su devenir comercial, en España Pacifiction ha recaudado 79.129 euros con 13.070 entradas vendidas. La gran favorita en los Goya, As bestas, de Rodrigo Sorogoyen, con 17 nominaciones, también empezó su andadura en el certamen francés (en su caso en la sección Cannes Première), es candidata al César a mejor película extranjera, ganó el Forqué —que entregan los productores españoles— a mejor película y a mejor actor (para el francés Denis Ménochet) y lleva en taquilla, según datos del 29 de enero, 4.304.421 euros con 677.140 entradas vendidas tras 12 semanas en cines, donde aún sigue en casi 90 pantallas. Si en Francia As bestas fue vista por 327.386 espectadores, Pacifiction, que aún se mantiene en alguna sala, ha vendido a 1 de febrero 54.003 entradas, según la web Allociné.

Una apuesta atrevida

Con todo, es cierto que las declaraciones habituales de Serra, que suele asegurar que él sí hace cine de autor, y no como otros directores españoles que se acogen a esta corriente creativa, calan entre los académicos. En el pasado Cannes, en su entrevista con EL PAÍS, dijo de sí mismo: “¡Pero si soy el más sensato! Yo voy haciendo, modestamente, lo que puedo. Si luego eso suena provocador... Si otros cineastas están obsesionados con el éxito o quieren ser amados por el público porque su padre les pegaba, ellos sabrán”. Y sobre el audiovisual español, apuntilló: “No vale ser autor a medias. Ese cine español de pseudoautoría no tiene ningún sentido, consume muchos recursos públicos para nada. Que se vayan a las plataformas a hacer series, y que no molesten a los autores de verdad. Es que cualquiera de las pelis malas de esta edición de Cannes es más original que la totalidad del cine español”.

Por eso, en un coloquio en EL PAÍS hace unos días entre los directores de los cinco filmes candidatos al Goya a mejor película, Alberto Rodríguez, responsable de Modelo 77, comentó: “La primera vez que oí estas declaraciones pensé que eran un bulo. No sé por qué lo hace. Así, fácil no lo tiene”. Y Sorogoyen confirmaba: “Efectivamente tiene que ver con cosas extracinematográficas. No sé si mucha gente ha visto su película, y de esos muchos no tienen ganas de verla por sus declaraciones”.

Serra está en mitad de un documental sobre el mundo taurino, Tardes de soledad, y anunciará en el próximo mes más datos de su proyecto en inglés: “A mediados de febrero podré contar más, aunque por lo caro del proyecto no tengo claro que se ruede en EE UU”. Sobre sus frases en Cannes, apostilla: “Yo quería centrarme no en si son buenas o malas, sino en que no son suficientemente de autor”. Y sobre su aparición en los Gaudí, explica: “Es que en Cataluña me conocen más”. ¿Se siente más querido en los César? “Creo que la francesa es una industria mayor, que da cabida por ello a más voces distintas”. De la ausencia de nominaciones a los Goya, sí echa en falta el nombre de Pacifiction en algunas categorías: “Desde luego, en actor protagonista, fotografía y dirección de arte, trabajos objetivos que van más allá de si no entienden mi apuesta más atrevida”.