Javiera Mena: “Debe haber muchas mujeres en la música fingiendo que son heterosexuales”
La cantante chilena afincada en Madrid habla de su nuevo disco, dedicado al sexo explícito entre mujeres, de su paso por Benidorm Fest, de la meditación y de su amigo Nacho Cano
Javiera Mena (Santiago, Chile, 37 años) vive sola con su gata Lea en un piso de Lavapiés, en el centro de Madrid. Allí tiene un pequeño altar donde medita todos los días “al menos 10 minutos”. “Me gusta vivir en pareja, pero ahora estoy disfrutando de una libertad absoluta. Nadie me molesta en mis rutinas y tengo más concentración para componer”, cuenta en una terraza próxima a la estación de Atocha ...
Javiera Mena (Santiago, Chile, 37 años) vive sola con su gata Lea en un piso de Lavapiés, en el centro de Madrid. Allí tiene un pequeño altar donde medita todos los días “al menos 10 minutos”. “Me gusta vivir en pareja, pero ahora estoy disfrutando de una libertad absoluta. Nadie me molesta en mis rutinas y tengo más concentración para componer”, cuenta en una terraza próxima a la estación de Atocha y a su local de ensayo. En esta atmósfera de ensimismamiento ha creado su nuevo disco, Nocturna, el quinto de una carrera desprejuiciada que lo mismo le lleva a encabezar un festival indie que a participar en Benidorm Fest.
Pregunta. Ha grabado un disco, Nocturna, explícito sexualmente desde el punto de vista… lesbiano o lésbico, no sé qué expresión le gusta más.
Respuesta. Lesbiano. Me encanta la palabra lesbiano. De hecho, a mi guitarrista, que es una chica lesbiana, la llamamos lesbiano.
P. Llama la atención que todavía resulte rompedor componer un disco de temática sexual entre mujeres. No hay apenas casos.
R. Es verdad, sí. Y creo que lo va a seguir siendo un tiempo. No hay muchas artistas lesbianas que hablen de sexo desde un lugar poético o espiritual.
P. ¿Por qué no es más común?
R. Creo que en la industria de la música a los artistas les da miedo decir “soy lesbiana” porque igual pierden público masculino. A mí me lo han dicho: “Oye, tienes que ser un objeto de deseo para todo el mundo, no solo para las mujeres”. Y me dicen que no me declare lesbiana, por si pierdo público heterosexual. Pero no va por ahí la cosa: va por mostrarte cómo eres y transmitir honestidad, independientemente de las normas. Debe haber un montón de mujeres en la música que están fingiendo que son heterosexuales.
Nadie dice que es homófobo o lesbiófobo, pero en la oscuridad hay manos que te sacan y te excluyen. Y eso es peor, porque no se puede denunciar
P. ¿Declararse lesbiana le ha cerrado alguna puerta?
R. Estoy segura de que sí. Una amiga me dijo que estuvo en una reunión creativa en la que dijeron: “No, Javiera Mena no, porque es muy camionera”. Lo que ocurre con la homofobia y la lesbofobia es que están en la oscuridad. Nadie dice que es homófobo o lesbiófobo, pero en la oscuridad hay manos que te sacan y te excluyen. Y eso es peor, porque no se puede denunciar. En el arte hay una consigna como de ser progresista, pero está lleno de gente que no quiere que estemos ahí las lesbianas.
P. ¿Cuál fue su objetivo cuando se declaró lesbiana?
R. La verdad es que lo hice para conocer a otras lesbianas y ligar [risas]. ¡Es que no había! Tengo una familia abierta que lo aceptó con toda la naturalidad. Yo me juntaba con gais, todos hombres, y solo había una mujer, que era la amiga de los gais y heterosexual. Ese fue el primer impulso, ligar; pero, claro, luego se fue convirtiendo en un activismo para luchar por la visibilidad de las lesbianas.
P. “La perversidad peligrosa es cuando la gatilla el instinto de mujer”, canta usted en la canción Peligrosa, de su nuevo disco. ¿Qué quiere decir?
R. Esa canción es un poco polémica. Porque siempre se habla de la perversidad de los hombres, y las mujeres también pueden ser perversas. De eso habla la canción. La perversidad no tiene género y cuando alguien te tiene agarrado estás perdido. Los perversos son grandes encantadores y también son grandes folladores [risas]. Así que es difícil salir de ahí. Están las relaciones brócoli, que son las saludables; y las chocolate, que sabes que te van a hacer daño, pero son irresistibles. La canción trata de cosas magnéticas que no te hacen bien y que pueden ser peligrosas y hay que saber ponerle límites. Cuando te tiene agarrado un perverso te puede llevar a la locura.
P. ¿Es autobiográfica?
R. Sí, lamentablemente [risas]. Pero supe ponerle límites y hacer una buena canción.
P. ¿Lo tóxico es una buena fuente para la creación?
R. Creo que sí. Pero se trata de que los artistas aprendamos a crear sin tener que buscar situaciones horribles. Yo no quiero estar toda la vida rodeada de personas que me chupen la energía y me hagan daño para andar buscando canciones.
P. Escuchando sus temas se intuye un punto de espiritualidad. ¿Es usted muy mística?
R. Me gustan muchos las religiones. Cojo un poco de cada una. Con el budismo me conecté porque lo estaba pasando mal y mi hermano me lo recomendó. Me vino muy bien. Lo primero que dice el buda es: “Estar vivo es sufrir”. Y a partir de ahí entré en un centro de meditación y me encantó. No me considero budista 100%. Voy picando de todas las religiones. Pero el budismo me hace sentir muy bien.
P. ¿Por qué estaba tan mal?
R. Mal de amores. Fue hace años. Ya llevo 12 años de meditadora. En aquella ocasión me salvaron las Cuatro nobles verdades, los fundamentos del budismo. También fui a una psicóloga, pero ella también es budista, así que está todo conectado.
P. ¿Cuándo medita? Porque con el ritmo de vida que llevamos hasta se hace complicado encontrar tiempo.
R. Yo practico el budismo tibetano. Medito con los ojos abiertos. Pero sí, cuesta más meditar que salir a correr. Es muy difícil sentarte y no hacer nada, porque este mundo te exige estar haciendo cosas todo el rato. Quedarte 10 minutos al día sin hacer nada y siendo consciente de tu respiración resulta complejo en una sociedad llena de estímulos.
P. ¿Ha pensado en ir otra vez al Benidorm Fest [participó en 2021]?
R. Sí, este año me lo pensé también, pero al final opté por no ir. Pero me encantó la experiencia del año pasado. Es un espacio musical en la cultura pop televisiva. Y eso es maravilloso: música en televisión. Y es importante que haya presencia de la escena alternativa española. Veo ahí a grupos como Cariño o Ladilla Rusa.
P. Creo que es amiga de Nacho Cano, un tipo singular.
R. Soy muy amiga de una muy amiga de él. Hemos salido a comer y a cenar varias veces. Tengo buena onda con él y lo admiro como compositor. No estoy muy al tanto de sus devaneos políticos [risas]. Pero me cae súper bien. Es muy deportista. Vi en Wikipedia que era vegetariano, pero yo le he visto comerse unos bistec así de grandes [hace un gesto abriendo mucho los brazos]. Está más metido en el bikram yoga.
Javiera Mena está de gira con su disco ‘Nocturna’. Ver fechas de conciertos pinchando aquí.