Cuando Brian de Palma filmó el arte que quiso empezar de cero tras la Segunda Guerra Mundial
La exposición del IVAM ‘Lejos del vacío’ incluye un documental del cineasta de 1966 entre las obras de artistas como Yves Klein, Lucio Fontana, Jean Tinguely, Piero Manzoni o el Equipo 57
Fueron visionarios arcaicos. Plantearon la necesidad de empezar “desde cero” tras el horror de la Segunda Guerra Mundial. Querían romper con el expresionismo y la gestualidad del arte de posguerra, trabajar en grupo y emplear las tecnologías del momento, la luz, los efectos ópticos, la investigación científica, dar la vuelta la pintura, como se puede comprobar en la exposición Lejos del vacío. ZERO y el arte de posguerra en Europa.
Organizada por el...
Fueron visionarios arcaicos. Plantearon la necesidad de empezar “desde cero” tras el horror de la Segunda Guerra Mundial. Querían romper con el expresionismo y la gestualidad del arte de posguerra, trabajar en grupo y emplear las tecnologías del momento, la luz, los efectos ópticos, la investigación científica, dar la vuelta la pintura, como se puede comprobar en la exposición Lejos del vacío. ZERO y el arte de posguerra en Europa.
Organizada por el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), la muestra exhibe obras de artistas como Yves Klein, Jean Tinguely, Piero Manzoni, el Equipo 57 o Lucio Fontana, el padre espiritual de a mayoría de ellos. Y también incluye una rareza que revela la influencia que ejercieron estos creadores reunidos en ciudades como Düsseldorf, Milán, Ámsterdam, París o Zagreb.
Se trata del documental dirigido en 1966 con 25 años por un cineasta entonces desconocido, Brian de Palma, sobre la exposición The responsive eye que montó el MoMA de Nueva York un año antes. Exhibía obras de estos creadores europeos y de sus referentes, así como de otros artistas norteamericanos que habían seguido la estela de los primeros, explorando el mundo de las ilusiones y los efectos ópticos, de los avances de la ciencia, en la producción del movimiento en la pintura. El director de películas tan populares como Carrie, que dejó de estudiar ciencias para dedicarse al cine, donde destacó por su capacidad visual, entrevista con cámara en mano a los protagonistas y muestra ejemplos de estas obras abstractas, alentadas por los precedentes de las vanguardias de entreguerras, de la experimentación con la luz y la ingeniería de Moholy-Nagy o con las formas geométricas y la composición de los constructivistas rusos.
El documental se puede ver en la última sala de la muestra que, comisariada por Bartomeu Marí, revisa algunos de estos movimientos que tuvieron lugar en Europa entre 1957 y 1966 tomando como referente el grupo ZERO, conformado por Heinz Mack, Otto Piene y Gunter Uecker, cuyas ideas difundieron a través de la revista del mismo nombre. Reúne un total de 175 obras, entre pinturas, esculturas, documentos y películas, procedentes de la colección del IVAM, de la Fundación Zero y de numerosos museos y galerías. La muestra se inaugura este jueves y se prolonga hasta el 12 de febrero.
“La exposición permite entender la posición de bisagra que estos grupos ejercieron entre las vanguardias históricas y el posterior arte relacional, al tiempo que nos acerca a la larga década de 1960, con episodios críticos como la Guerra Fría, el desarrollismo capitalista y tantas otras utopías y distopías que terminan desplazando el foco hacia otras formas de arte como el pop o el minimal”, según explicó este miércoles Nuria Enguita, directora del IVAM.
Organizada en torno a cinco salas, la exposición muestra las propuestas estéticas de esta generación de artistas, alejadas del expresionismo imperante. “En la primera sala de introducción recordamos la veneración que los jóvenes artistas del momento tuvieron por Lucio Fontana”, según el comisario. El italoargentino Lucio Fontana (1899-1968) fue el fundador en 1946 del espacialismo, que pretendía erradicar el arte del caballete en al pintura e intentar captar el movimiento y el tiempo.
Una segunda sala contrapone las escenas de Düsseldorf, donde se publica la revista ZERO, y la de Milán, donde la Galeria Azimuth y la revista del mismo nombre animaron durante un corto año el panorama europeo. La siguiente galería contrasta la escena de los Países Bajos con influyentes artistas como Yves Klein y Jean Tinguely.
La muestra continúa con el grupo de artistas italianos más jóvenes “que investigan con el movimiento, los efectos ópticos y los primeros experimentos con el mundo cibernético, la interactividad entre espectador y obra, antes de que se llamara digital”, destacó Marí. La exposición concluye con instalaciones que incluyen luz y movimiento.
También hay una sala dedicada a las obras de los artistas españoles del Equipo 57 (Luis Aguilera, Ángel Duarte, José Duarte, Juan Serrano y Agustín Ibarrola), que participaron en diversas exposiciones relacionadas con la nueva tendencia con propuestas que casaban con los debates del momento, al igual que hicieron jóvenes artistas italianos que crearon lo que hoy denominamos instalaciones inmersivas.
Marí apuntó que la experimentación con la luz, los espejos y el movimiento en la obra de aquellos artistas fue aplicada con posterioridad en actividades lúdicas y festivas, en el ocio nocturno, en las discotecas que vivían su época dorada.
“Fueron una generación que, habiendo vivido la guerra siendo niños, quisieron alejarse del vacío para proponer un arte nuevo, en el espíritu de la más pura vanguardia, un arte que alejado de la idea de genio planteaba ya un arte accesible a todos”, afirmó Nuria Enguita.