Esther Merino arrasa en el concurso de Cante de las Minas de La Unión

La cantaora pacense obtiene la Lámpara Minera y otros cuatro premios importantes del certamen

La cantaora pacense Esther Merino posa con la Lámpara Minera tras proclamarse vencedora del LXI Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión.Marcial Guillén (EFE)

Esther Merino, una cantaora extremeña (Gévora, Badajoz, 1984), se situó la pasada madrugada del sábado al domingo como uno de los concursantes, hombre o mujer, más laureados del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión al obtener el máximo galardón, la prestigiosa Lámpara Minera (dotada con 15.000 euros) y varios premios más entre los más importantes. En concreto, además de la Lámpara logró los premios por Mineras, Tarantos, Cartageneras y cantes bajoandaluces. Y todo ello ocurrió en una n...

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Esther Merino, una cantaora extremeña (Gévora, Badajoz, 1984), se situó la pasada madrugada del sábado al domingo como uno de los concursantes, hombre o mujer, más laureados del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión al obtener el máximo galardón, la prestigiosa Lámpara Minera (dotada con 15.000 euros) y varios premios más entre los más importantes. En concreto, además de la Lámpara logró los premios por Mineras, Tarantos, Cartageneras y cantes bajoandaluces. Y todo ello ocurrió en una noche que cerraba la 61 edición del certamen unionense con un público entregado que la llevó en volandas durante toda la fase de concurso. Esther Merino pasa así a integrarse en un grupo exclusivo de artistas que también fueron premiados largamente en su día, como Fernández Del Moral, Miguel Poveda o Luis de Córdoba, nada menos.

Ya el año pasado estuvo a punto de ganar la Lámpara, y solo se vio superada por otra excelente y veterana cantaora, Amparo la Repompilla. Esta noche arrasó, y de no haber obtenido ese premio, probablemente se habría producido un problema de orden público, porque el público reclamaba el máximo galardón para ella desde la semifinal del concurso.

Tradición y ortodoxia

Con Esther no estamos ante una jovencísima cantaora desconocida —como muchas veces se ha premiado en los últimos años en este festival—, sino ante una artista veterana, forjada en mil batallas en concursos y peñas (incluso una lleva su nombre en su tierra) con muchos premios, con algunos discos, con experiencia como profesora de flamenco. Y en este festival, además del año pasado, cuando rozó el triunfo, lo había intentado en otras ocasiones, y poseía ya algunos de los premios del certamen. Una ley no escrita dice que aquí no se triunfa en el primer intento, hay que insistir un año y otro, salvo raras excepciones. Tampoco estamos ante una cantaora vanguardista, rompedora de la tradición, al contrario, la propia Merino reivindica entre sus influencias la de Antonio Mairena, que es como reivindicar la más pura ortodoxia.

Con el triunfo la pasada edición de la Repompilla, parecería que el certamen unionense vuelve la mirada a la tradición más reconocible. En cualquier caso, Esther Merino es una cantaora rotunda, de voz voluminosa, potente y diversa en registros, que dejará la Lámpara Minera en buen lugar allá donde vaya a partir de ahora. Su conocimiento de los cantes es indiscutible.

El resto de premios importante se completa así: el Bordón Minero al mejor guitarrista, dotado con 6.000 euros, fue a parar a Álvaro Mora; el Desplante femenino, para la mejor bailaora y dotado con 6.000 euros, fue para Irene Lozano Ruiz; mientras que el mismo premio en categoría masculina, dotado con la misma cantidad, se concedió a David Romero. El premio El Filón para instrumentistas lo obtuvo el violinista Ángel Bocanegra. Este galardón está igualmente dotado con 6.000 euros. El resto del palmarés es el siguiente: Premio Jóvenes flamencos, para Lucía Beltrán; premios por malagueñas y murcianas, para Manuel Cuevas; Toná, para José Heredia; el premio a otros cantes de Málaga y Huelva lo obtuvo Virginia Gámez, mientras que Isabel Guerrero ganó el premio por Tangos.

Concluye así una edición del veterano festival que este año se ha visto reanimado y con mucho público tras dos ediciones marcadas por la pandemia. Como siempre, los triunfadores, especialmente la ganadora de la Lámpara Minera, despertará el interés y la curiosidad de aficionados y peñas de toda España, al menos durante un año. Esther Merino lo sabe, por ello en esta madrugada de éxito se la veía pletórica y agradecida.

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