Un Shakespeare ‘queer’ con música de Nathy Peluso inaugura el Festival de Teatro Clásico de Mérida

La inclasificable actriz argentina Moria Casán rompe todos los estereotipos en el papel de Julio César en un espectáculo que llega a España tras arrasar en Buenos Aires

Moria Casán, en una escena de 'Julio César'.

Hay que estar frente a Moria Casán para comprender la dimensión del personaje. Alta ―mide 1,74 metros―, corpulenta, los labios siempre semiabiertos ante las cámaras y mirada felina, Moria, como se la llama en Argentina, es un imán sobre el escenario. A los 75 años, se proclama una “star woman”; también “una outsider dentro del sistema estelar” que ha sobrevivido a todas las batallas posibles durante más de medio siglo. Este viernes cambiará de sexo para ser el Julio César de Shakespeare que ab...

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Hay que estar frente a Moria Casán para comprender la dimensión del personaje. Alta ―mide 1,74 metros―, corpulenta, los labios siempre semiabiertos ante las cámaras y mirada felina, Moria, como se la llama en Argentina, es un imán sobre el escenario. A los 75 años, se proclama una “star woman”; también “una outsider dentro del sistema estelar” que ha sobrevivido a todas las batallas posibles durante más de medio siglo. Este viernes cambiará de sexo para ser el Julio César de Shakespeare que abrirá el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Imposible ser menos clásica que Moria Casán.

“Después de debutar desnuda en un escenario puedo hacer cualquier cosa”, cuenta Moria Casán por teléfono. Su carrera comenzó luego de un examen de Derecho en la Universidad de Buenos Aires. Desde allí fue directamente al teatro de revistas. Entre plumas y los números de variedades, apareció Moria Casán sin ropa. “Me preguntaron si sentía pudor y no, sentía ardor, porque me fui a comprar una maquinita de afeitar para depilarme mi pussy”, dice, y se ríe a carcajadas. Modula la voz, piensa sus respuestas y se sabe un icono. ¿Le dio miedo Shakespeare? Moria no le teme a nada. Y a los que no la ven sobre un escenario de teatro clásico les recuerda que lleva más de 30 años como una de las protagonistas de Brujas, la obra del español Santiago Moncada que no deja de agotar localidades en la mítica calle Corrientes de Buenos Aires.

Esta mezcla de estrella televisiva y popular puso a Moria en la cabeza del director argentino José María Muscari. A sus 45 años, Muscari es una máquina de producir. Llega a España con más de 70 estrenos sobre sus espaldas, muchas veces simultáneos, siempre transgresores y siempre muy mediáticos. Esta es su primera gira internacional.

Otra imagen de Moria Casán en 'Julio César'.

“La puesta en escena es como un apareamiento entre Versace y Andy Warhol, y en eso tiene mucho que ver Moria”, dice Muscari. Porque el Julio César que llega a Mérida es una versión queer, donde los personajes masculinos están representados por mujeres y viceversa. “En este momento donde está tan en tensión qué es ser hombre o mujer, si el poder es femenino o masculino, me pareció interesante que el espectáculo hable de eso sin tener que nombrarlo. Tuve la intuición de que trastocar los géneros y no poner nada relacionado con la sexualidad de los personajes iba a hacer mella”, explica el director.

La escenografía se reduce a unas enormes pantallas de vídeo y el vestuario recuerda a esas películas clase B que en los sesenta pretendían representar el futuro. La música de la cantante Nathy Peluso completa un cuadro tan inverosímil como potente: no olvida que es una obra del circuito oficial del Complejo Teatral Buenos Aires, donde se estrenó el pasado 7 de mayo. Junto a Moria están sobre el escenario figuras de primera línea en la escena argentina, como Marita Ballesteros, Alejandra Radano, Malena Solda, Mario Alarcón, Mariano Torre y Mirta Wons. “El contexto me posibilitó esta fantasía, que era armar un elenco donde lo único disonante sea Moria, que ya es en sí muy rupturista y desafiante”.

El experimento fue un éxito sin precedentes en Buenos Aires. La idea de ver a Moria en un teatro oficial fue irresistible para el público argentino. Intelectuales, críticos y actores se mezclaron en el Cine Teatro El Plata, reabierto para la ocasión, con gente que conocía a la actriz por la televisión o las revistas del cotilleo y que jamás había pisado una sala. El resultado fue una euforia sin matices y localidades que se agotaban en pocas horas. En el barrio fue una conmoción. El Cine Teatro El Plata está en Mataderos, una zona donde hasta hace solo un mes funcionaba el mercado donde se faenaba el ganado vacuno. En los años noventa, Moria tenía un personaje que llamó Rita Turdero, la pantera de Mataderos, una mujer de peluca chillona y vestido ajustado que hacía gestos obscenos a cámara. Y la gente no olvida; fueron dos meses a sala llena.

El equipo de 'Julio César' al completo, con Moria Casán en el centro de la segunda fila y José María Muscari a la izquierda.Jero Morales (EFE)

Moria Casán es consciente del riesgo que asumió ante el público y los críticos cuando le dijo que sí a Muscari. “Quiero hacer un Julio César dragqueeniano, vamos a romper reglas. A los puristas les digo que se abstengan. Si les gusta, muy bien, y si no les gusta me da igual. Yo la voy a pasar bien”, desafía la actriz. El director cuenta que cuando le propusieron abrir el Festival de Mérida le preguntaron si se consideraba a la altura de las circunstancias. No lo dudó. Ya llevaba en la maleta una versión de Electra, de Sófocles, que llamó Electra Shock. En 2013 estrenó La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, y cinco años después Madre Coraje, de Bertolt Brecht. Pero esta es la primera vez que sale de casa con una de sus obras.

“La versión que hago es sobre el texto y los personajes originales, lo que impulsa la trama y las situaciones son del original”, explica Muscari. “Pero hice una pasteurización que concentra la acciones y las disputas en solo diez papeles, ocho femeninos y dos masculinos. Y sobre todo mezclé el concepto histórico con algo del orden de lo contemporáneo, vinculado a los mass media”. Hay pases de comedia, referencias constantes al barrio de Mataderos y frases que con picardía hablan de la política local. En la versión que llega a Mérida se ha adaptado el guion para no perder la espontaneidad local. “En vez de nombrar la pizzería El Cedrón, hablaremos de un lugar de allá”, dice Moria Casán. No habrá problema con la música de Nathy Peluso, conocida en ambas orillas.

Muscari ha sido siempre un transgresor y hoy como ayer confía en sus productos. “Claro que me encantaría que a España, al público y a los críticos los atraviese la obra, los emocione y los movilice como aquí en Argentina”, dice. Ahí estará Moria Casán, al frente del hechizo.

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