Peter Dinklage: “Todos hemos vivido los miedos de Cyrano. Por eso triunfan las redes sociales”
El actor, que encarnó a Tyrion Lannister en ‘Juego de tronos’, da vida al pendenciero y enamorado Cyrano de Bergerac en una adaptación al cine con canciones de The National. “Si Tyrion es valentía, Cyrano es temor”, dice
Hace muchos años Peter Dinklage fue el amo durante unos días de San Sebastián. El aludido estalla en carcajadas cuando lo recuerda. No solo del festival, sino del día y de la noche donostiarras. En 2003 en el certamen se proyectó The Station Agent (Vías cruzadas), y para presentarla estuvieron Dinklage, en el que era su primer gran trabajo, el director y actor Tom McCarthy (debutaba como realizador, faltaban años para que ganara en los ...
Hace muchos años Peter Dinklage fue el amo durante unos días de San Sebastián. El aludido estalla en carcajadas cuando lo recuerda. No solo del festival, sino del día y de la noche donostiarras. En 2003 en el certamen se proyectó The Station Agent (Vías cruzadas), y para presentarla estuvieron Dinklage, en el que era su primer gran trabajo, el director y actor Tom McCarthy (debutaba como realizador, faltaban años para que ganara en los Oscar por Spotlight) y el otro protagonista, el también entonces desconocido Bobby Cannavale. The Station Agent venía de ganar en Sundance y en medio circuito festivalero, pero a aquel trío no le movía solo el espíritu fílmico. “Qué tiempos, ¿eh?”, responde por videollamada desde Londres Dinklage (Morristown, Nueva Jersey, 52 años). Lo de San Sebastián no fue tan desmedido como las fiestas que se montaba su Tyrion Lannister de Juego de tronos, “pero lo pasamos bien”. Tras preguntar al periodista desde dónde llama, recuerda diversos puntos de España donde ha filmado, y añora “algo, no mucho, aquellos tiempos en San Sebastián; sí querría mantener aquella energía”.
En aquel festival, en la pantalla y fuera de ella, quedó claro que a Dinklage pocos le podían rechistar, que haría de sus 1,35 metros un arma a su favor. De ahí a Cyrano, su último estreno, un musical con canciones de la banda The National que ha dirigido Joe Wright, han pasado muchas cosas. El actor ha hecho bastante cine indie, con títulos tan conocidos como Tres anuncios en las afueras o I Care a Lot, taquillazos como X-Men: días del futuro pasado o Vengadores: Infinity War; incluso llegó a filmar una comedia inglesa, Un funeral de muerte, y cuando se rodó la versión estadounidense solo repitió él de todo el equipo. “¿Te digo cómo ha sido todo este camino? Cansado”, y suelta otra carcajada. “En serio, he tenido el privilegio de participar en alguna increíble experiencia audiovisual”. Da igual su currículo: siempre será Tyrion, el personaje más inteligente de Juego de tronos. “Ha formado parte de mi vida una década. Adoro la serie, hice amigos, creamos una familia... Convirtió mi vida y mi carrera casi en lo mismo”. Para alguien tan pudoroso, que defiende su vida privada fuera de los focos, tuvo que ser un shock. “Al inicio, sí. De repente, atrajo hacia mí una atención desmesurada. Por otro lado, los fans son respetuosos, aunque echo de menos algo de intimidad”.
En Cyrano, Wright ha llevado la obra Cyrano de Bergerac (1897), de Edmond Rostand, a escenarios de Sicilia para lograr una rotunda ambientación de época. No hay nariz, sino acondroplasia. Y con canciones. El guion se basa en el musical de la dramaturga Erica Schmidt, que ya se representó en los escenarios con Dinklage como protagonista. En la vida real, Schmidt y Dinklage son matrimonio y tienen dos hijos. “Ha sido muy distinto. El lenguaje cinematográfico y teatral en algunos momentos caminan muy separados, así que hubo que empezar de cero. Cuando llegó Joe Wright con la idea de hacer la película, sentí que por su filmografía era el adecuado”.
A Dinklage no le tiembla el pulso —en realidad, la lengua— para meterse en varios charcos artísticos. Como cuando reafirma en la entrevista el concepto de Cyrano de que todo el mundo puede amar y ser amado. “Fíjate en el cine clásico, el terreno de gente guapa y blanca. Y ha costado redefinir ese modelo, porque parecía que el amor era solo de y para ellos. Todo el mundo esconde una historia de amor”. Días después de la entrevista, en el podcast WTF de Marc Maron, expuso sobre la nueva versión de Blancanieves y los siete enanitos que prepara Disney: “Vuelven a esta puta historia retrógrada sobre siete enanos que viven juntos en una cueva. ¿Qué diablos están haciendo?”. Lo mismo le pasa a la hora de definir para EL PAÍS la interpretación: “Mejores o peores, todos los actores somos Christian, el protegido de Cyrano. Decimos los textos que otros han escrito”. Es decir, Dinklage es Christian y su esposa, Cyrano. “Ella es brillante y, por suerte, más sincera que Cyrano. Nos conocemos y al trabajar tomamos atajos. Fue todo muy familiar”, apunta, ya que Haley Bennett, que encarna a Roxanne, es la pareja de Wright.
Para el actor, “después de dos años de pandemia, de encarar qué somos y cómo afrontaremos el futuro, de entender que tenemos que reestructurar nuestras sociedades, Cyrano es pertinente, porque aporta ese matiz de reflexión sobre lo que realmente necesitamos como individuos; además, viene bien algo de entretenimiento que nos alivie”. E insiste: “¿Qué mejor que una película con bellas canciones de amor y ambientación de época?”. Eso sí, la rodaron justo al levantarse el confinamiento “y con todos los protocolos sanitarios del mundo, aunque nos cebamos con la comida siciliana. Mis hijos aprendieron a decir: ‘¡Granita!’ [sorbete típico de la zona]”.
“Nos hemos quitado de en medio la nariz. A mí me gusta, pero muchas veces siento que la nariz tapa el resto de la producción”
Si la obra original de Rostand apostaba por una proposición intelectual, el filme juega las bazas sentimentales. “Cierto, aunque en el corazón sigue el mismo tipo incapaz de decirle a una mujer que la ama por complejos y miedo al rechazo. Hemos tomado las notas, la melodía del mensaje. Y sí, Erica quitó de en medio la nariz. A mí me gusta, pero muchas veces siento que la nariz tapa el resto. Al final, la obra no va sobre la nariz, sino sobre temores interiores. Todos hemos vivido esos miedos, entendemos a Cyrano. Por eso triunfan las redes sociales: te parapetas tras una identidad construida a tu antojo. ¿Qué puede nacer de eso? Solo decepción y falta de honestidad”.
Dinklage no canta, sino que susurra y recita, y alguna vez entona. No le ha servido ni que su madre fuera profesora de música, ni que hubiera un piano en casa, ni que su hermano sea violinista, ni que hace décadas formara parte de Whizzy, un grupo de punk. “Nada de nada. Y la banda era más un divertimento punk que algo artístico. Hay muchas noches de Whizzy que no soy capaz de recordar [risas]. Nos hemos juntado alguna vez más. Es muy distinto cantar en un escenario que ante la cámara. En el teatro te beneficias de sentir al público, y allí entendí que los músicos prefieran los directos... y que The Beatles, de los que mi madre era seguidora, dejaran de dar conciertos porque los gritos de las fans les impedían entenderse. En un filme como este no debes proyectar, sino centrarte en la intimidad”.
¿Es Cyrano el personaje más opuesto que ha encontrado a Tyrion Lannister? “Puede, aunque ambos son muy inteligentes, en una reunión serían los más listos. Tyrion disfruta más de la vida, se ríe más de sí mismo, y no tiene complejos en declarar su amor a quien le apetece. Jamás se esconderá detrás de nadie. Si Tyrion es valentía, Cyrano es temor”.