El viaje que llenó a los Beatles de la espiritualidad de la India
Una exposición en Valladolid muestra cómo la estancia de los cuatro de Liverpool en 1968 en la excolonia británica influyó en su música y cambió la percepción occidental de la cultura asiática
Todo comenzó con los Beatles en un restaurante indio de Londres y terminó con un retiro en la India tres años después. Corría 1965 y la banda, en pleno apogeo, cenaba cerca de los estudios Twickenham, donde grababa el disco Help!, George Harrison escuchaba absorto la música de un sitar, emblemático instrumento de cuerda indio, y empezó a empaparse de una cultura que acabó interes...
Todo comenzó con los Beatles en un restaurante indio de Londres y terminó con un retiro en la India tres años después. Corría 1965 y la banda, en pleno apogeo, cenaba cerca de los estudios Twickenham, donde grababa el disco Help!, George Harrison escuchaba absorto la música de un sitar, emblemático instrumento de cuerda indio, y empezó a empaparse de una cultura que acabó interesando a los cuatro de Liverpool, que en febrero de 1968 viajaron a la excolonia británica. Esta fase de meditación y reflexión artística marcó el devenir de la formación y para John Lennon significó dejar de sentirse “monos en una jaula”. Entonces iniciaron una fuerte relación con Ravi Shankar, un virtuoso que les ilustró en la espiritualidad india y les fascinó de tal forma que terminó por influir en su música.
Todo esto se aprecia en la exposición The Beatles and India, que puede verse gratuitamente en la Casa de la India de Valladolid hasta el 7 de noviembre. La muestra recopila fotos, instrumentos, libros, cartas y discos cedidos por entidades relacionadas con los Beatles y hasta por personas como la fotógrafa Pattie Boyd, exesposa de Harrison, o Sukanya Shankar, viuda del mítico músico indio. Durante el recorrido, los visitantes escuchan versiones actuales de autores indios de los temas de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr.
Guillermo Rodríguez, director de la Casa de la India vallisoletana, explica que estas composiciones “cierran el círculo” abierto en 1968, que influyó en sus creaciones posteriores. Buena parte de ellas se incluyeron en uno de sus últimos discos, The Beatles, conocido como White Album. Rodríguez destaca que ese tiempo compartido entre los artistas y varias personas de su entorno en un ashram, una casa de retiro espiritual, supuso “un punto de inflexión” hacia la disolución del conjunto. La meditación y las fricciones fruto de tanto tiempo en la cúspide, detalla, propiciaron el “ocaso” dos años después.
El recorrido por las tres plantas del único museo de España dedicado a la India comienza con los detalles de la llegada de los Beatles a la región de Rishikesh para bautizarse en la meditación trascendental. Un año antes había muerto Brian Epstein, representante de la banda y apodado El quinto Beatle, cuya ausencia dejó “un vacío” en los artistas que fue otro de los motivos que les empujaron a viajar al país asiático. Allí consiguieron que la juventud urbana anglófila, desligada del Reino Unido tras la independencia de 1947, se reencontrara con la cultura occidental, impulsados por la radio y la incipiente televisión.
Blanca de la Torre, comisaria de la exposición, recalca el valor de esta estadía más en lo “metafórico” que en lo “físico”, pues el “diálogo entre Oriente y Occidente” que derivó de esa etapa de meditación solo lo pudo conseguir un fenómeno como la beatlemanía. La ministra de Estado de Asuntos Exteriores y Cultura de la India, Meenakashi Lekhi, ensalza por correo electrónico cómo los Beatles dieron brillo a la cultura de su país y transformaron el pensamiento occidental generalizado que reducía la capacidad cultural a la de “unos pocos estetas”. Asimismo, comenta que los músicos expandieron internacionalmente símbolos autóctonos como el sitar, el yoga o la vestimenta. “Las potencias coloniales presentaban a la India como una nación empobrecida que, de repente, era la respuesta a la crisis de identidad de la banda más codiciada de Occidente”, defiende.
Las imágenes, los sonidos y un documental que recoge contenidos audiovisuales de la época ilustran la expectación que generaron los músicos. Esta exposición se complementará durante el festival de cine de Valladolid, la Seminci, que en octubre celebrará un maratón cinematográfico sobre los de Liverpool que coincide con el 60º aniversario del primer concierto del grupo. El visitante puede acceder también a una parte “inmersiva” protagonizada por la réplica de un baiano, un árbol típico indio cuyas ramas llegan hasta el suelo y se pueden confundir con raíces. De él cuelgan banderolas blancas, en referencia al White Album, con las canciones que evidencian la influencia india en esta etapa. Un ejemplo es Dear Prudence, compuesta por Lennon para la hermana de la actriz Mia Farrow, dos de las personas que les acompañaron en el retiro, animándola a salir de la habitación donde meditaba durante horas.
El impacto de la experiencia fue distinto en cada miembro de la banda. Ringo Starr, que duró solo 10 días allí y se quejó amargamente de la comida y las moscas, y Paul McCartney, que aguantó cinco semanas, fueron los primeros en marcharse. George Harrison vivió entusiasmado por el descubrimiento y posteriormente emprendió otra travesía por el sur de Asia con Shankar, una figura clave para él y que protagoniza una planta entera de la galería. Lennon inició entonces una fase más política, con críticas a la guerra de Vietnam, y fue en Rishikesh donde escribió el himno Revolution. Otro de los temas icónicos de los Beatles, Across the Universe (1968), incluyó el mantra hindú de relajación Jai Guru Dev Om. El interés hacia esta cultura inundó a Harrison, que llegó a pegar el símbolo espiritual del “om” en sus aviones.
Uno de los objetos únicos de la exposición es el disco de oro conseguido en 1971 por el concierto que celebraron en Nueva York en favor de Bangladesh, considerado el primero benéfico internacional de la historia, para denunciar las hambrunas y penurias de esta nación. “Tiene un valor incalculable”, describe Rodríguez. Varios de los artistas que han reproducido el hilo musical que suena en las salas, confirma el director de la Casa de la India, acudirán a Valladolid para actuar en el festival de cine. Aún hay “una sorpresa” pendiente de llegar, desliza, pero todo dependerá de las aduanas que la retienen. Lo que no molestó en la India, zanja, fue aquella mala interpretación del “somos más famosos que Jesucristo” que pronunció Lennon en 1964: “Tienen hasta 30.000 dioses, no estaban muy preocupados por eso”.