Antonio López vuelve a pintar en la Puerta del Sol
El pintor ha retomado el cuadro que empezó a pintar en 2010 y que se vio ralentizado por la expectación que causaba su presencia en la plaza
El pintor Antonio López volvió este jueves a la Puerta del Sol de Madrid para concluir el cuadro que dejó inacabado en 2010. El artista se situó en el mismo ángulo que aquel año, en la zona central de la plaza, desde donde se aprecia la Real Casa de Correos, sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid, y la calle Mayor. Y a diferencia de entonces, ayer no había demasiados curiosos a su alrededor y pudo gozar de cierta intimidad para desarrollar...
El pintor Antonio López volvió este jueves a la Puerta del Sol de Madrid para concluir el cuadro que dejó inacabado en 2010. El artista se situó en el mismo ángulo que aquel año, en la zona central de la plaza, desde donde se aprecia la Real Casa de Correos, sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid, y la calle Mayor. Y a diferencia de entonces, ayer no había demasiados curiosos a su alrededor y pudo gozar de cierta intimidad para desarrollar su trabajo.
Vestido con pantalón corto, camisa de rayas, zuecos y gorra roja, el pintor se mostró contento con el trabajo de la tarde, que, pese al calor de la jornada en Madrid, consideró “muy bonita y con buena luz”, en declaraciones a Efe. Antonio López anunció el pasado mes de abril que quería volver este verano al centro de la capital para terminar ese paisaje que comenzó a pintar y abandonó en 2010: “Este verano, si Dios quiere, me gustaría seguir la pintura que empecé hace años, en la Puerta del Sol, así que vendré por las tardes”.
Hace 11 años el pintor trabajó siempre entre las 19:00 y las 20:30 de la tarde en una obra a la que inicialmente pensaba dedicar tres veranos. Decidió ese horario y esa estación por “la luz especial”. Los centenares de curiosos que se acercaban para ver su obra llegaron a ralentizarle el trabajo. También los medios de comunicación, que trataban de captar cada gesto suyo. Se convirtió prácticamente en un atractivo turístico más de la ciudad. “Que me miren no, pero hablar me resulta violento”, decía el pintor entonces.