Aires de guitarra española para la Filarmónica de Berlín
El guitarrista Pablo Sáinz Villegas debuta con la Filarmónica de Berlín como solista invitado en su tradicional Concierto de Nochevieja, este año con la sala vacía y por ‘streaming’.
Hay sueños que se hacen realidad en un instante, otros toman forma en días o semanas, pero algunos tardan años. Lo dice Pablo Sáinz Villegas (Logroño, 1977) por teléfono desde Berlín. El guitarrista riojano habla a EL PAÍS de sus años como estudiante en la capital alemana. “Había pasado poco tiempo desde la caída del muro y la ciudad estaba explotando culturalmente”, recuerda. También rememora conciertos de la Filarmónica de Berlín...
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Hay sueños que se hacen realidad en un instante, otros toman forma en días o semanas, pero algunos tardan años. Lo dice Pablo Sáinz Villegas (Logroño, 1977) por teléfono desde Berlín. El guitarrista riojano habla a EL PAÍS de sus años como estudiante en la capital alemana. “Había pasado poco tiempo desde la caída del muro y la ciudad estaba explotando culturalmente”, recuerda. También rememora conciertos de la Filarmónica de Berlín con Claudio Abbado o Simon Rattle sobre el podio. “Experiencias inolvidables de las que salías transformado por dentro”, asegura. Fue entonces cuando albergó el ansia de tocar algún día con esta orquesta. Y ese día ha llegado.
Sáinz Villegas será la estrella invitada en el tradicional Concierto de Nochevieja de la orquesta berlinesa bajo la dirección de su actual titular, Kirill Petrenko. Un honor que, en pasadas ediciones, han tenido la soprano Diana Damrau, Daniel Barenboim como solista y director, la mezzo Joyce DiDonato, el pianista Daniil Trifonov o la violinista Anne-Sophie Mutter. La gala podrá verse en directo a través del Digital Concert Hall, la plataforma de streaming de la orquesta, a las 18.00, y también en el canal Arte, a partir de las 18.35.
El programa tendrá un pronunciado color español, con obras de Manuel de Falla y Joaquín Rodrigo, pero también de Rimski-Kórsakov. Habrá también un guiño iberoamericano, con Villa-Lobos, y una leve referencia a Italia, con un fragmento de la música de Shostakóvich para la película El tábano, de Faintsimmer. Y se abrirá con algo de Beethoven para despedir su 250º aniversario. Pero la situación sanitaria impedirá que haya público en la sala.
“En principio iban a ser tres conciertos, con el último televisado, pero la pandemia nos ha obligado a cancelar los dos primeros”, aclara Sáinz Villegas que considera la presencia del público un elemento básico del proceso creativo. “Para mí es un reto tocar sin público en la sala, pues es un testigo y un espejo en que verse reflejado”, admite. Pero la covid-19 le ha obligado, como a tantos artistas, a adaptarse. “Durante el confinamiento realicé varios conciertos desde mi casa a través de las redes sociales. Y descubrí que era posible encontrar cierta retroalimentación con el público”, asegura.
Tocará la obra fetiche de su repertorio, el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, que le ha acompañado en su debut con muchas grandes orquestas por todo el mundo. Una composición que la orquesta berlinesa tocó con John Williams en el Waldbühne, en 1998, y con Cañizares en el Teatro Real, dentro del Concierto de Europa de 2011, pero que no suena en la Philharmonie berlinesa, desde 1983, entonces con Narciso Yepes.
“Espero que el público encuentre en esta música un mensaje de esperanza y consuelo, con ese bellísimo adagio, que es una reconciliación emocional tras la pérdida de un ser querido”, asegura Sáinz Villegas. Alude al origen de la obra, que Rodrigo escribió en un ático de la rue Saint-Jacques de París, en 1939, tras perder a su primer hijo. El guitarrista riojano es hoy uno de sus principales valedores. La grabó en el sello discográfico de la Orquesta Nacional y Juanjo Mena, en 2015, y también lo filmó ese mismo año con la Orquesta de RTVE y Adrian Leaper.
Pero su carrera ha sido meteórica desde que descubrió la guitarra. “Mi vida cambió a los siete años cuando participé en la sala Gonzalo de Berceo de Logroño en una audición. Y sentí por vez primera la magia de compartir música”, recuerda. Tras estudiar en su ciudad natal y en el Real Conservatorio de Madrid, emprendió una sólida formación internacional con Thomas Müller-Pering, en Weimar, y David Starobin, en Nueva York. Destacó, desde sus inicios, con obras contemporáneas de enorme virtuosismo, como Secuencia XI, de Luciano Berio, que grabó en 2003 para Naxos. Pero fue su debut con la Filarmónica de Nueva York, en 2008, con Rafael Frühbeck de Burgos, lo que catapultó su carrera internacional. Después recibió el impulso de Plácido Domingo, con quien grabó un disco en 2017.
Sáinz Villegas ejerce, como sus dos mentores en el pasado, de actual embajador de la música española. Es artista exclusivo de Sony Classical y acaba de lanzar un disco titulado Alma de la guitarra española con una exquisita selección de sus propinas favoritas. Una producción de Rafa Sardina, con obras de Albéniz y Tárrega, como Asturias o Recuerdos de la Alhambra. “Es el repertorio que han grabado todos los grandes maestros, como Andrés Segovia, Narciso Yepes y Pepe Romero, que escuchaba desde niño en disco, y me hacía soñar”. Pero el guitarrista español no olvida, entre sus planes venideros, ni el crossover ni la música contemporánea. “En febrero publicaré dos sencillos con música de Gustavo Santaolalla y me gustaría encargar un concierto a Osvaldo Golijov”, concluye.
La misteriosa ‘Romanza española’
Sáinz Villegas culminará su actuación en Berlín con una propina. “Propuse a Petrenko varias piezas de carácter íntimo, ante la situación que estamos viviendo, y él escogió ‘Romanza española’”, asegura. Se trata de una pieza más conocida como Romance anónimo, tan bella y popular como misteriosa. Se alude en el programa a su inclusión en la banda sonora de la película Juegos prohibidos (1952), de Clément, que toca Narciso Yepes, quien figura también como compositor. Pero mucho antes ya se había escuchado dentro de Sangre y arena (1941), de Mamoulian, con Vicente Gómez a la guitarra, que también aseguraba ser su autor. Lo más curioso es que esta obra fue grabada mucho antes de que ambos guitarristas nacieran. Y la encontramos en un cilindro registrado en Madrid, hacia 1900, por Luis y Simón Ramírez. Además, la pieza fue atribuida inicialmente a Sor, aunque es claramente más tardía. Los manuscritos más antiguos son de finales del siglo XIX y atribuyen la obra a Antonio Rubira. Y, precisamente, a Rubira se asigna la autoría en la edición más antigua conocida, publicada en Buenos Aires en torno a 1920. En cualquier caso, hay teorías que vinculan la pieza con David del Castillo y Francisco Tárrega, entre otros. Hablamos del equivalente a Para Elisa entre los guitarristas, cuya melodía ha sido versionada por muchos artistas populares, como Raphael, Julio Iglesias y Al Bano & Romina Power.