Tiziano durmió en el cuartel de Basauri donde pernocta el arte
350 traslados de obras como los dos cuadros del pintor italiano que viajaron en marzo a Londres se realizan cada año en España. Todas paran en el mismo sitio a su llegada o salida
Un camión cruza casi cada día las carreteras de la Península cargado con obras de las colecciones del patrimonio español. Al menos, hasta que llegó la pandemia. Viaja escoltado por agentes de la Brigada Central de Protecciones Especiales de la Policía Nacional. “Se suelen realizar 350 traslados de obras de arte al año”, precisan fuentes policiales a EL PAÍS. En marzo le tocó a Venus y Adonis (1554) de Tiziano, perteneciente a la colección del Prado. Viajó a Londres en un blindado que trasladó un lote de obras valorado en 75 millones de euros. Su destino era la muestra de la National Gal...
Un camión cruza casi cada día las carreteras de la Península cargado con obras de las colecciones del patrimonio español. Al menos, hasta que llegó la pandemia. Viaja escoltado por agentes de la Brigada Central de Protecciones Especiales de la Policía Nacional. “Se suelen realizar 350 traslados de obras de arte al año”, precisan fuentes policiales a EL PAÍS. En marzo le tocó a Venus y Adonis (1554) de Tiziano, perteneciente a la colección del Prado. Viajó a Londres en un blindado que trasladó un lote de obras valorado en 75 millones de euros. Su destino era la muestra de la National Gallery Titian: Love, Desire, Death que la crisis sanitaria interrumpió en un primer momento y que permanecerá abierta hasta enero. Si no hay nuevas alteraciones, se podrá ver en el museo madrileño a partir de marzo, ampliada y bajo el título Pasiones mitológicas: de Tiziano a Velázquez.
El camión también trasladaba el retrato que el pintor italiano hizo en 1551 de Felipe II (igualmente del Prado), para quien Tiziano creo aquella atrevida escena, en la que dejó a Venus con las nalgas al aire. Una patrulla circuló delante y otra detrás del vehículo hasta la frontera de Irún, tras hacer noche en las inmediaciones de Bilbao, en el cuartel de la Policía Nacional de Basauri, donde descansan las obras de arte cuando salen de España para participar en exposiciones y cuando regresan.
El vehículo quedó aparcado toda la noche con el motor encendido para mantener bajo control la temperatura y la humedad del remolque. Las obras eran transportadas en cajas a medida, rígidas, impermeables e indeformables. El embalaje llevaba rotulado los signos de posición y los pertinentes números en clave, pero “nunca se incluyen indicaciones sobre su contenido o propietario”, precisan fuentes de la pinacoteca.
No hay lugar más seguro ni más barato para garantizar la seguridad de esas obras de arte en sus desplazamientos que el cuartel de Basauri. Todos los transportes de patrimonio aprovechan las instalaciones del acuartelamiento, cuya actividad de cara al público es mínima: tramitaciones del DNI y el pasaporte. El vehículo fue estacionado frente a uno de los tres pabellones en los que trabajan unos 220 funcionarios, y junto a un muro de ladrillo de unos cuatro metros de altura. Allí lo custodiaron los dos agentes de la garita de la entrada. Al lado del camión del arte estaba otro incautado en una operación antidroga en la que fueron decomisados 1.400 kilos de cocaína.
Los cuatro agentes que protegieron el camión de los tizianos, sus dos conductores y un especialista en patrimonio que les acompañaba no durmieron en el cuartel. En este tipo de desplazamientos suelen pernoctar en algún hotel cercano.
Ese muro fue levantado después del ataque que sufrió el cuartel en noviembre de 1978, cuando un comando de ETA ametralló desde la autopista, que discurre a unos 50 metros, a 33 policías que estaban jugando al fútbol en el campo de deportes. Murieron dos agentes y otros 16 y un chaval que se encontraba en una parada de autobús cercana resultaron heridos.
El campo de fútbol está hoy ocupado por hierbajos, matorrales y dos porterías roñosas. En el antiguo patio, que fue también cancha de cemento y hoy es aparcamiento para residentes, entrenan miembros de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad de la Policía. También se hallan allí, entre otras instalaciones del cuerpo, dependencias para una unidad de especialistas en desactivación de explosivos (los Tedax) o medio centenar de agentes de la Unidad de Intervención Policial.
El relevo en la custodia del cargamento artístico de marzo lo tomaron en Francia miembros de una empresa de seguridad privada.
Las peticiones de custodia abarcan a museos de titularidad estatal, autonómica o local, así como los 1.500 centros inscritos en el Directorio de Museos y Colecciones de España, dependiente de Cultura. Una vez concedida la escolta, la policía decide, en función de la valoración de las piezas trasladadas, “los medios humanos y los recursos materiales adecuados”, comentan fuentes del cuerpo. Existen tres niveles de seguridad y el transporte de los lienzos de Tiziano fue de “nivel máximo”.
Los cuatro agentes de la Policía Nacional viajan armados con los fusiles de asalto de dotación del cuerpo, armas “muy sofisticadas, propias de los grupos operativos de respuesta a incidentes terroristas. Nunca ha habido un intento de asalto en España, pero estas armas disuaden cualquier tentativa”, indican fuentes de la Unidad Central de Protección de la Policía Nacional. A la salida y la llegada de los transportes se monta un segundo cinturón de seguridad con agentes de paisano.
Antes de que el transporte partiese del Prado, los policías determinaron de forma exhaustiva el itinerario que se iba a realizar, con las paradas técnicas y la pernocta para el convoy. Nunca se improvisa en ruta, porque supone “un riesgo extremo”, dicen los agentes.
La Brigada Central de Protecciones Especiales cuenta con más de 300 funcionarios, que no solo asumen la escolta y seguridad de los traslados de obras de arte, sino también la de los testigos protegidos o de personalidades extranjeras de visita en España.
Una gran inversión
El traslado de los 'tizianos' fue una colaboración con la National Gallery de Londres, las National Galleries of Scotland de Edimburgo y el Isabella Stewart Gardner Museum de Boston. El Prado compartirá con estos centros los gastos del complejo movimiento que ha reunido a las seis “poesías”, cuadros inspirados en las 'Metamorfosis de Ovidio' que Tiziano pintó para Felipe II.
El transporte le costará al Prado 175.000 euros, pero pagará otros 300.000 para un traslado de más obras destinadas a la muestra en su sede. Habitualmente, el transporte supone el 75% del coste; el gasto en correos (los especialistas que certifican el estado de conservación de las obras al inicio y el final del traslado) se llevan el 15% y la construcción de los embalajes absorbe el 10% restante.