Cine nacional para regresar a las salas en México
La Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica reclama la apertura de los cines en todo el país, mientras las cadenas de exhibición mexicanas se aventuran a estrenar películas a pesar de la baja asistencia en las salas que ya están abiertas
El 25 de marzo, cuando los contagios de la covid-19 en México se acercaban a los 500 y los muertos apenas se contaban con los dedos de las manos, las salas de cine en todo el país cerraron. Cuatro meses después, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), Fernando de Fuentes, reclama la reapertura total. “Nos tienen confundidos los criterios frente a qué determina que un negocio abra. En un centro comercial todo está abierto, menos el cine”. De Fuentes dice que de las 7.600 salas que hay en todo el país, 1.200 han vuelto a funcionar, pero...
El 25 de marzo, cuando los contagios de la covid-19 en México se acercaban a los 500 y los muertos apenas se contaban con los dedos de las manos, las salas de cine en todo el país cerraron. Cuatro meses después, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), Fernando de Fuentes, reclama la reapertura total. “Nos tienen confundidos los criterios frente a qué determina que un negocio abra. En un centro comercial todo está abierto, menos el cine”. De Fuentes dice que de las 7.600 salas que hay en todo el país, 1.200 han vuelto a funcionar, pero Ciudad de México, que suele registrar más del 30% del total de asistencia, sigue sin recibir luz verde.
“En el primer semestre de 2019 se vendieron 185 millones de entradas, este año la cifra apenas llega a los 50 millones. Las cadenas de exhibición han intentado mantener las plazas de trabajo, pero ahora resulta insostenible. Al menos 40.000 empleos están en riesgo”, advierte el presidente de Canacine. Si se revisan las otras cifras —más de 47.000 muertos por la covid-19 en todo el país, casi 9.000 en la capital— se explicaría por qué todavía hay salas cerradas, sin embargo, desde Canacine aseguran que en la capital están listos para reabrir con el 30% del aforo, entre una larga lista de medidas que incluye cambiar al aire hasta ocho veces en una función y controlar el movimiento de los asistentes, incluso para ir al baño. Pero no está siendo fácil que la gente decida meterse en un cine. La respuesta en las 14 entidades que ya han abierto no ha sido buena. Según Canacine, en los primeros días de la reapertura hubo películas con apenas dos personas en el público y se estima que en la mayoría solo se está ocupando entre el 5% y el 10% de su capacidad. Ante los retrasos de grandes producciones de Hollywood, la apuesta en las próximas semanas será lo nacional. Entre el primero de mayo y el 26 de julio, la película que más vieron los mexicanos en cine fue Veinteañera divorciada y fantástica, una comedia nacional dirigida por Noé Santillán-López.
Andrés Almeida, uno de los protagonistas de Amores Modernos, distribuida por Cinépolis y que se estrenó este viernes en varias ciudades del país —la capital tendrá que esperar—, cree que el regreso a las salas, a pesar de las dificultades del momento, es una oportunidad para el cine nacional. “No es el escenario que nos hubiera gustado, pero a pesar del miedo y entendiendo que el público mexicano es muy allegado a su cine, lo encuentro beneficioso. Es un momento en donde no hay competencia con una industria ajena a la nuestra, las salas reabren con un cine mexicano que es maduro y honesto”, dice por teléfono desde Miami, donde regresó hace un par de semanas para continuar con la grabación de la serie para Telemundo 100 días para enamorarnos.
Retomar grabaciones en las que ahora se exigen pruebas de la covid-19 casi a diario, el contacto físico está prohibido y las escenas han tenido que modificarse para que haya menos gente en un set no ha sido fácil, mucho menos lanzarse al estreno de una película con la incertidumbre de estos días. “No me atrevería a decir cuál será la respuesta del público, pero hay que seguir avanzando”, dice Almeida. El equipo de Amores Modernos, dirigida por Matías Meyer, esperaba verse en pantalla el 27 de marzo, pero justo dos días antes los cines cerraron. La película, en la que también participan Leonardo Ortizgris, Ilse Salas, David Angulo y Raúl Briones, es una historia que habla del encuentro de una familia y lo que se descubre teniéndose frente a frente, una reflexión sobre el aislamiento y los vínculos familiares, como si hubiera sido pensada para este momento. “Que el cine ahora sea una oportunidad para soltar todo lo que llevamos adentro después de estos cuatro meses”, dice el actor.