El Real Alcázar de Sevilla vuelve a colgar los tapices de ‘La conquista de Túnez’
El palacio Gótico reabre la sala dedicada a la hazaña de Carlos V tras la reparación y limpieza de las seis obras de lana y seda del siglo XVIII
El fragor de la batalla de Túnez, la empresa de la que más orgulloso estaba el emperador Carlos V y que él mismo comandó en 1535, brilla de nuevo en todo su esplendor en los 340 metros cuadrados de tapices que vuelven a colgar desde este miércoles en el palacio Gótico del Real Alcázar de Sevilla. Los seis tapices de lana y seda realizados en 1730 en la ...
El fragor de la batalla de Túnez, la empresa de la que más orgulloso estaba el emperador Carlos V y que él mismo comandó en 1535, brilla de nuevo en todo su esplendor en los 340 metros cuadrados de tapices que vuelven a colgar desde este miércoles en el palacio Gótico del Real Alcázar de Sevilla. Los seis tapices de lana y seda realizados en 1730 en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara pertenecen a la serie La conquista de Túnez y son una copia exacta del conjunto del siglo XVI encargada por Felipe V para seguir ensalzando la gloria de su antecesor, quien logró expulsar de Túnez al pirata Barbarroja, al servicio del sultán turco Solimán El Magnífico.
“Los tapices se descolgaron a principios de noviembre de 2019, se limpiaron y han sido reparados sin salir del Alcázar por cuatro costureras especializadas en tapices históricos”, ha explicado Llanos Castellanos, presidenta de Patrimonio Nacional, institución a la quien pertenecen las obras. “El que podamos ver en todo su esplendor este relato hilado de la gran hazaña del emperador es el resultado de la colaboración entre Patrimonio Nacional y el Ayuntamiento de Sevilla [propietario del monumento], una colaboración entre instituciones que tenemos que reforzar especialmente en estos momentos que necesitamos atracciones turísticas de calidad para salir de la crisis”, ha añadido Castellanos. La presidenta ha adelantado también que Patrimonio Nacional restaurará en breve dos retablos, el situado a la entrada del patio de Banderas y el del Apeadero, una actuación presupuestada en unos 30.000 euros.
El trabajo de las restauradoras ha consistido en coser zonas deterioradas para dar solidez a unos paños que pesan unos 50 kilos cada uno. Las reparaciones se han realizado entre el 6 y el 17 julio y han supuesto una inversión de 18.000 euros.
Durante el tiempo que ha permanecido cerrada, el Real Alcázar ha acometido obras de consolidación de los muros, de la linterna y ha realizado catas para recuperar los tonos originales, ocre y tierra, con los que se pintó este salón del palacio Gótico en el siglo XVIII, cuando tuvo que ser reconstruido tras el terremoto de Lisboa de 1755. “Además se ha dotado a la sala de un nuevo sistema de iluminación que no genera calor, no daña los tejidos ni altera los colores”, ha explicado Isabel Rodríguez, directora del monumento. El presupuesto para el acondicionamiento del salón de los Tapices ha sido de unos 25.000 euros.
Después de que los operarios terminaran este miércoles de colgar La carta de marear, el mapa en el que aparece el pintor y cartógrafo Jan Cornelius Vermeyen, a quien Carlos V se llevó en su séquito para que tomara apuntes al natural de la contienda, la sala de los Tapices volverá a abrir al público este jueves.
La Conquista de Túnez es una crónica tejida encargada por la hermana del emperador, María de Hungría, al taller de Willem de Pannemaker en Bruselas para mayor gloria de la corona. Los 12 tapices que componían la serie estaban deteriorados porque la monarquía los paseó con frecuencia y por eso Felipe V encargó que se copiaran todos en el siglo XVIII. Posteriormente se perdieron dos de los originales, por lo que actualmente se conservan en el Palacio Real los 10 de la serie original y seis de la segunda que se hizo en el XVIII.
Además del gran mapa, también pueden verse en la sala La toma de La Goleta, Toma de Túnez, El ejército acampa en Rada y El reembarque de La Goleta. Para narrar en lana y seda la epopeya de Carlos V, quien al frente de 300 naves y 25.000 soldados liberó a Túnez de Barbarroja, 42 tejedores trabajaron 12 horas diarias durante seis años, entre 1548 y 1554.