Ni acción ni pasión

Assayas no acaba de componer el puzle de un 'thriller' político y drama coral sobre un grupo de espías cubanos en Miami

Después de películas tan fuera de lo común como las inteligentes Viaje a Sils María (2014) y Personal Shopper (2016), el cineasta francés Olivier Assayas vuelve con La red avispa al cine de acción en la línea de su celebrada miniserie Carlos. Pero la nueva película del francés solo se encamina a ratos por la senda que instauró aquella serie estrenada hace ya una década y que convertía la vida del terrorista internacional Ilich Ramírez Sánchez, alias Chacal, en un trepidante thriller cuya mezcla de hechos y drama daba en el clavo de una fórmula de cine para te...

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Después de películas tan fuera de lo común como las inteligentes Viaje a Sils María (2014) y Personal Shopper (2016), el cineasta francés Olivier Assayas vuelve con La red avispa al cine de acción en la línea de su celebrada miniserie Carlos. Pero la nueva película del francés solo se encamina a ratos por la senda que instauró aquella serie estrenada hace ya una década y que convertía la vida del terrorista internacional Ilich Ramírez Sánchez, alias Chacal, en un trepidante thriller cuya mezcla de hechos y drama daba en el clavo de una fórmula de cine para televisión que no se ha dejado de imitar.

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Pero todo lo que en Carlos resultaba fresco y novedoso en La red avispa acaba con un regusto añejo y mal encajado. El desmantelamiento a finales de los años noventa de una red de agentes cubanos infiltrados entre los opositores castristas de Miami es la nota histórica de la que parte Assayas para reconstruir la aventura de los Miami Five, nombre que recibieron los infiltrados desenmascarados por el gobierno estadounidense. La historia arranca en La Habana, donde vive René González, el espía interpretado por el venezolano Édgar Ramírez, un actor que desde que protagonizó Carlos ha demostrado su elasticidad para interpretar a intensos hombres de acción. Casado con el personaje al que da vida Penélope Cruz (actriz que ya coincidió con Ramírez en la serie sobre el asesino de Gianni Versace), la película se abre con una despedida familiar que presagia aquella frase tan anticuada de “mi marido se fue a por tabaco” para desembocar en un vuelo en avioneta rumbo a Little Habana.

Toda la película se mueve entre los vericuetos del thriller de acción y los del drama coral, con momentos brillantes, pero sin lograr anclarse bien ni uno ni otro. La red avispa funciona cuando se eleva por los aires, elemento fundamental en esta trama de espionaje. La secuencia de la avioneta que sobrevuela La Habana pilotada por “gusanos” o la persecución entre varios de estos artefactos aéreos es, junto a los atentados en La Habana, lo mejor de una película errática que no acaba de componer el puzle de sus múltiples personajes principales. Frente a la historia de Cruz-Ramírez se presenta la de otro de los espías, interpretado por el brasileño Wagner Moura, quien como en el biopic sobre el diplomático Sergio Vieira de Mello repite romance con Ana de Armas. Un baile de parejas cuya desacompasada coreografía se queda en la superficie y sin profundizar en ninguna de las dos tramas. Dos viajes de ida y vuelta, de amor y traición, cuyo trasfondo político acaba resultando tan indiferente como su pasión.

LA RED AVISPA

Dirección: Olivier Assayas.

Intérpretes: Penélope Cruz, Édgar Ramírez, Wagner Moura, Gael García Bernal, Ana de Armas, Leonardo Sbaraglia.

Plataforma: Netflix.

Género: suspense. Francia, 2019.

Duración: 123 minutos.

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