La maga Despeyroux y la casa muy habitada
La dramaturga vuelve a montar ‘Ternura negra’, para abrir temporada en el Fernán-Gómez, y encarnará a Paloma, la protagonista
Denise Despeyroux habita tantos mundos como obras escribe luego. “¿Sabes que vuelvo a montar Ternura negra, cinco años más tarde?”, me dice. “Abrirá temporada en la sala grande del Fernán-Gómez, del 8 al 18 de octubre. ¡La novedad es que voy a ser Paloma, la protagonista, y está en escena todo el rato!”, ríe, entre feliz y nerviosa. Tiene pasajes en los que también es María Estuardo, cuyo fantasma anda buscando Andreas (Fernando Cayo), un cineasta que dirige a Paloma y a Hugo (Joan Carles Suau) a través d...
Denise Despeyroux habita tantos mundos como obras escribe luego. “¿Sabes que vuelvo a montar Ternura negra, cinco años más tarde?”, me dice. “Abrirá temporada en la sala grande del Fernán-Gómez, del 8 al 18 de octubre. ¡La novedad es que voy a ser Paloma, la protagonista, y está en escena todo el rato!”, ríe, entre feliz y nerviosa. Tiene pasajes en los que también es María Estuardo, cuyo fantasma anda buscando Andreas (Fernando Cayo), un cineasta que dirige a Paloma y a Hugo (Joan Carles Suau) a través de Skype, instalado en una tienda de campaña junto al castillo de Turégano… que pasa por ser Tutbury, donde la reina estuvo prisionera. “Lo de Tutbury es cierto. Y lo de que rodamos en Turégano también: lo filmó un equipo dirigido por Jorge Sánchez-Cabezudo. El reto es que el vídeo parezca vivo en escena” dice, orgullosa, la imparable Despeyroux. Y sigue: “Lo primero que estudié de teatro fue actuación. No es la primera vez que interpreto: me hice toda la gira de Un tercer lugar, en el rol de Matilde. Fue más o menos sencillo, porque era un personaje muy cercano a mí. Ternura negra la estrenó Ester Bellver como protagonista”. Denise me cuenta que se ve capaz de actuar, pero solo en obras que ya tenga montadas: “Actuar y dirigir al mismo tiempo es para volverse loco. En mi caso, loca. La gran suerte ha sido la ayuda de Laila Ripoll, a la que le hizo mucha ilusión abrir temporada conmigo, y nos lo propuso antes de la pandemia. Segundo regalo, el Fernán-Gómez tiene un aforo mucho más grande que el de una sala alternativa”. Más ilusión: con Ursula Marini, guionista brasileña que trabaja en Globo, está escribiendo una serie, La vida no lo es todo, a partir de varias obras de la dramaturga (“Sobre todo Tríptico del Más Allá, aunque aparecen también personajes y aventuras de otras”. Marini es una especie de hermana guionista, por así decirlo. En 2013 vio En un infierno sin fronteras, y empezó a darle vueltas a la serie. Ha pasado el tiempo y las historias han ido creciendo: “Tenemos muchísimas tramas. Hicimos cinco biblias y hemos previsto 10 episodios por temporada. Y cuatro temporadas ya esbozadas. Es como armar un juego fascinante. El cruce de dos personajes de dos obras mías, y esto es un hallazgo de Marini, ha dado lugar a un tercer personaje… pero contar esa trama nos llevaría demasiado rato. Me quedo ahora en la idea central. La protagonista, Graciela, es una psicóloga a la que se le suicida una paciente, Cordelia, con la que tuvo un vínculo muy profundo. Y Graciela, por azar o por destino, va a vivir a una casa habitada por espíritus. La psicóloga no es que sea una medium, pero– se embala Despeyroux – los espíritus de la casa empiezan a usar a la muerta como intermediaria. Ahora estamos en la fase de sacar adelante el proyecto. Tenemos en puertas una reunión con una productora en Portugal, aunque la idea es que las localizaciones sean españolas”.