‘¡La leche!’, una revista diferente para que los niños no se queden al margen

"Si nos detenemos a pensarlo, la mayor parte de las cosas que hacemos durante el día las damos por supuestas. Nos despertamos, nos aseamos, desayunamos. En Venezuela no sucede lo mismo. Los chicos no pueden contar con que al levantarse haya agua o electricidad, con poder comer o volver a casa después del colegio debido a la inseguridad que hay en las calles", escribe Gustavo Puerta Leisse, el editor de la revista ¡La leche! sobre la situación en aquel país. Destinada a niños entre 8 y 13 años, esta publicación infantil ...

"Si nos detenemos a pensarlo, la mayor parte de las cosas que hacemos durante el día las damos por supuestas. Nos despertamos, nos aseamos, desayunamos. En Venezuela no sucede lo mismo. Los chicos no pueden contar con que al levantarse haya agua o electricidad, con poder comer o volver a casa después del colegio debido a la inseguridad que hay en las calles", escribe Gustavo Puerta Leisse, el editor de la revista ¡La leche! sobre la situación en aquel país. Destinada a niños entre 8 y 13 años, esta publicación infantil se aleja de la idea de la sobreprotección de la infancia y del ñoñerío para abordar en sus coloridas páginas temas tremendamente actuales, de calidad y muy periodísticos. Este jueves se publica la séptima entrega, dedicada a la homosexualidad.

¡La leche! es el sueño de Gustavo Puerta, Inés Puig, Juliana Salcedo y Alejandra Fernández que hace ya casi tres años pusieron en marcha para darles a los más pequeños un conocimiento real de la situación que les ha tocado vivir y de la que habitualmente se les deja al margen. Cuántas veces se escucha aquello de "calla que no tienes edad para opinar" o "tú ver, oír y callar". Lo que esta revista busca es justamente lo contrario. Que vean, que oigan, pero que no callen. Darle voz al niño o niña que tenga ganas de saber, darle armas para pensar, debatir, reflexionar y preguntar, sobre todo eso, preguntar y preguntar, las preguntas más incómodas que se puedan imaginar para despertar en los adultos la necesidad de hablar de ciertos temas que en casa se suelen evitar por inseguridad, comodidad o por no saber cómo abordarlos.

"¿Sabes que Ana Frank y su familia pidieron asilo a Estados Unidos y se lo denegaron? ¿Qué hubiera pasado si efectivamente hubieran cruzado el charco alejándose del terror nazi para comenzar una nueva vida en tierras norteamericanas?", razona Puerta para explicar cómo introduce a los niños el gran tema estrella de los últimos años: los refugiados. "No pueden desconocer algo que conforma su realidad, los refugiados están entre nosotros, van al colegio con ellos y todos hemos sido refugiados en otras épocas. Si nadie les explica esto, se convertirán en seres volátiles y los líderes o los fanatismos podrán hacer con ellos lo que quieran", apunta.

En cada edición, buscan a los expertos más adecuados para hablar de los temas que abordan en esta revista que se publica cada trimestre por el precio de 9 "eurines", como se puede leer en la portada, y que se puede conseguir en librerías o por suscripción. Cada número tiene dos temas principales: uno de actualidad y otro de curiosidades. El proceso de paz en Colombia, las FARC, el Brexit o la situación en Corea del Norte son algunos de ellos. Colaboran periodistas, corresponsales o expertos de todo el mundo que suelen verlo como un reto. "Les explicamos que tienen que volver a los orígenes de su profesión, tienen que ser claros pero profundizando, partir de elementos cercanos, captar el interés desde el primer momento, usar ejemplos, pero, sobre todo, no subestimar a los niños", concluye Puerta.

Las ilustraciones son algo primordial en la revista. No decoran, explican y acercan aún más los temas. Tanto Juliana Salcedo como Alejandra Fernández se encargan de las mismas, aunque de vez en cuando tienen firmas invitadas como Charo del Cura o Fermín Solís. Las páginas se convierten en auténticos tesoros en sí mismas que esperan a ser devoradas por las pequeñas mentes. Sin embargo, más de un adulto hará también uso de ¡La leche!