La conexión de Nueva York y Vélez Blanco a través de un patio renacentista

La artista estadounidense Melissa Marks expone en el castillo de este pueblo almeriense

La artista Melissa Marks, dibujando en el castillo de Vélez Blanco (Almería).VICENTE CARIDE

La artista neoyorquina Melissa Marks nunca sospechó que este verano iba a conectar su ciudad con Vélez Blanco, un remoto pueblo almeriense. En el patio de honor —hoy vacío— del espectacular castillo del siglo XVI que corona este pueblo entre montañas, la pintora ha dibujado un lienzo de 100 metros cuadrados que evoca a la decoración original: arcos y columnas de este patio con ornamentos renacentistas italianos que en 1904 fueron vendidos por el dueño del castillo a un marchante francés y que en 1945 acabaron en el Museo Metropolitano de Nueva York.

Cuando era una cría, Marks acudía con...

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La artista neoyorquina Melissa Marks nunca sospechó que este verano iba a conectar su ciudad con Vélez Blanco, un remoto pueblo almeriense. En el patio de honor —hoy vacío— del espectacular castillo del siglo XVI que corona este pueblo entre montañas, la pintora ha dibujado un lienzo de 100 metros cuadrados que evoca a la decoración original: arcos y columnas de este patio con ornamentos renacentistas italianos que en 1904 fueron vendidos por el dueño del castillo a un marchante francés y que en 1945 acabaron en el Museo Metropolitano de Nueva York.

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Cuando era una cría, Marks acudía con su familia a ver el patio ubicado en el célebre museo y esta semana inaugura una obra de gran tamaño justo donde hace más de un siglo se ubicaban esos dos mil bloques de mármol de Macael que disfrutó en su infancia. “Una vez que te has mudado, vives en sitios distintos pero para siempre conectados con su contexto original (…) Cuando algo se echa de menos, siempre creamos algo”, comenta respecto a la idea inspiradora de la doble vida de este patio a ambos lados del Atlántico. A esta instalación, denominada Double Self Split, le acompañan otros 16 grandes dibujos en color y blanco y negro, exhibidos hasta el viernes en el convento del pueblo.

La coincidencia de las visitas de Marks al traje renacentista del patio en Manhattan y décadas después al enclave original desnudo, le inspiró para su enorme dibujo repleto “de naturaleza y criaturas del imaginario renacentista” que reinterpreta los motivos originales creados por artesanos italianos en el siglo XVI. “Sin piel ¿representa el patio vacío los huesos del castillo? ¿O fue el patio despojado de su alma? ¿Añade valor artístico e histórico esa separación de sus partes? ¿O, por el contrario, lacra su historia?”, se pregunta la artista norteamericana.

La rareza —cada vez más frecuente— de poder disfrutar de arte internacional en un clima semidesértico del norte de Almería se debe a la unión de extranjeros. El matrimonio británico Simon y Donna Beckmann fundó en 2009 la residencia de artistas Joya: arte+ecología, en la que Marks dejó huella. Hace tres años los tres hablaron de poner un “gesto recíproco contemporáneo en el patio vacío”, en palabras del artista y promotor inglés. Al hablarlo con el concejal de Cultura de Vélez Blanco, el alemán Dietmar Roth, llamaron a las puertas del castillo, en este caso la Junta de Andalucía, propietaria de la fortaleza desde hace una década a cambio de tres millones.

¿El secreto para mantener el pulso artístico en un municipio pequeño? “Hay que concienciar a los vecinos, aunque es un pueblo muy dado a la cultura, con un festival de música renacentista y barroca como referente y asociaciones culturales muy activas. La cultura es un derecho pero también es una inversión ¿Qué diferencia a España de otros destinos turísticos? La riqueza cultural. Aquí vivimos con autenticidad, no somos un tablado para turistas, sino que tenemos la conciencia de un patrimonio”, subraya Roth, que llegó a Vélez Blanco hace 23 años.

Simon Beckmann buscó y buscó por la Península un enclave inspirador para su residencia, donde ya ha recibido a más de 500 artistas. Y lo encontró en el corazón del Parque Natural Sierra María-Los Vélez, desde donde colabora con universidades españolas y británicas. Allí dice que se ha topado con una sensibilidad inesperada hacia sus proyectos por parte de las instituciones. Como artista y gestor, revela que el aspecto más duro es contarle al mundo, Internet mediante, su labor en un sitio tan aislado de los circuitos habituales del arte. "Nunca pensé que pasaría tantísimo tiempo intentando comunicar lo que hacemos". Esta semana sin embargo, al margen de la lucha contra el viento para fijar el lienzo al patio del castillo junto a Marks, todo alrededor de esta muestra de arte contemporáneo estadounidense le ha dejado un excelente sabor de boca.

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