El reto titánico de adaptarse a los tiempos digitales

Expertos, académicos y empresarios debaten en un curso en la Universidad Complutense el futuro del derecho de autor y la creación en la era de Internet

José Luis Sáinz, consejero delegado de PRISA, y José Manuel Gómez Bravo, director de Propiedad Intelectual de PRISA, ayer durante el curso. SAMUEL SÁNCHEZ (EL PAÍS)

Era otra época, pero el lema sigue válido. “La oportunidad no se repetirá”, cantaba Bob Dylan en 1964, en The Times they Are a Changin’. Y su canción fue la escogida para acompañar las dos jornadas del curso La re-evolución en los derechos intelectuales del Conocimiento, la Creación y la Comunicación, celebrado el martes y ayer en Madrid y organizado por el grupo PRISA (editor de este diario), la Universidad Complutense, Google y Telefónica. Se trataba de que expertos, académicos y empres...

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Era otra época, pero el lema sigue válido. “La oportunidad no se repetirá”, cantaba Bob Dylan en 1964, en The Times they Are a Changin’. Y su canción fue la escogida para acompañar las dos jornadas del curso La re-evolución en los derechos intelectuales del Conocimiento, la Creación y la Comunicación, celebrado el martes y ayer en Madrid y organizado por el grupo PRISA (editor de este diario), la Universidad Complutense, Google y Telefónica. Se trataba de que expertos, académicos y empresarios analizaran posibilidades y desafíos que la revolución digital plantea al mundo cultural y al derecho de autor.

Internet corre hacia el cambio a ritmos vertiginosos. Y lleva de la mano a la sociedad, la industria y las costumbres. Desde el año pasado, la música ya recauda más en la Red que con los CD. Cada minuto se visualizan por el mundo 400 horas de vídeos en YouTube, según Google. La palabra streaming, antaño desconocida, ya está en la boca de todos. Y los seguidores de los youtubers colapsan los aeropuertos y superan por número a los de diarios históricos. ¿Cómo crear una Cultura sostenible en este entorno?

Un indicio estaba en una de las presentaciones mostradas en el encuentro: lucía de fondo la imagen de los Vengadores, como para decir que el desafío es para superhéroes. Y José Luis Sainz, consejero delegado de PRISA, ofreció un análisis muy gráfico: “Asistimos a un cambio de paradigma. En 2008 los medios de comunicación descubren que tienen pies de barro. De repente el mundo se les da la vuelta y se acaban enfretando a una tormenta perfecta”. Además, destacó "el cambio es fuera del sistema, continuo y exponencial", lo que complica la respuesta. Frente a ello, los medios buscan alcanzar a sus usuarios con todo tipo de canal de distribución y "contenidos personalizados".

Avances y dudas

En los encuentros quedó claro que la Red crece y tal vez fagocite a los medios tradicionales, pero también que los formatos de toda la vida se defienden con uñas y dientes: el libro electrónico solo supone el 5% de la recaudación del mercado editorial, según el último informe de la Federación de Gremios de Editores, el visionado de cine online aumenta pero su recaudación es aún marginal, los ingresos por los conciertos llevan dos años subiendo (de 173 a 194 millones en 2015) y la radio mantiene sus millones de fieles oyentes.

Todo ello aumenta la incertidumbre. A la vez, muchos ponientes señalaron que tantas novedades precisan de un marco regulatorio apropiado. Y que los cambios traen consigo también elementos inquietantes, como los algoritmos que escogen qué búsqueda, película o canción recomendar a un determinado usuario.

Como paraguas ante este complejo diluvio, a lo largo de los dos días se ofrecieron más datos –por ejemplo, España es el primer país al mundo por penetración del streaming musical- e ideas. Cómo captar a los usuarios y monetizar por ellos; cómo compartir las investigaciones en la Red para un mayor conocimiento global; cómo garantizar un reparto de la recaudación online que beneficie más a los artistas, como lamentó Carlos Galán Pascual, Director General de la discográfica Subterfuge Record; cómo crear un modelo que conjugue el respeto de la propiedad intelectual con los intereses de usuarios e industria.

Para enseñar el camino, se alternaron ponientes como el dibujante Antonio Fraguas Forges, Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, Sonia Gumpert Melgosa, decana del Colegio de Abogados de Madrid, José Miguel Fernández Sastrón, presidente de la SGAE, José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura en funciones, o Jorge Rivera, director adjunto de EL PAÍS. De la radio a la prensa, del derecho al cine, de la música a la literatura, pasando por la economía, todos los sectores implicados estuvieron representados.

Se discutió sobre el modelo de suscripción como futuro para la televisión, sobre “la defensa del conocimiento como bien social común”, como destacó José Manuel Gómez Bravo, director de Negocios de Derechos y Propiedad Intelectual de PRISA, o sobre los matices del streaming musical. Ya cuenta con unos 70 millones de usuarios, recaudaciones millonarias pero sus colosos siguen registrando cuentas en rojo.

En un tal océano de propuestas, hubo espacio también para la autocrítica. Guillermo Mercader, director de Desarrollo de Negocio de Movistar, admitió: “La evolución se ha notado sobre todo en el consumo de los usuarios más que en cómo la hemos acompañado desde el lado del negocio”. He aquí el mayor de los desafíos.

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