El refugio de los lugares recónditos

El artista Antonio Girbés encuentra el camino para que sus fotografías viajen por Venecia

Agora, de Andrea Palladio. ANTONIO GIRBÉS

La arquitectura como base para encontrar aspectos artísticos que lleven a otros lugares y se encuadren en otros contextos. Entre estos elementos se esconde Antonio Girbés (Tabernes de Valldigna (Valencia), 1952) para presentar en Venecia Refugios et Misericordia, una muestra en la que una docena de fotografías surge del deseo del artista de crear lugares con los que imaginar una realidad diferente. En el espacio de la Oficina de Arte Espiritual de la Abadía de San Giorgio Maggiore están obras comulgan con ...

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La arquitectura como base para encontrar aspectos artísticos que lleven a otros lugares y se encuadren en otros contextos. Entre estos elementos se esconde Antonio Girbés (Tabernes de Valldigna (Valencia), 1952) para presentar en Venecia Refugios et Misericordia, una muestra en la que una docena de fotografías surge del deseo del artista de crear lugares con los que imaginar una realidad diferente. En el espacio de la Oficina de Arte Espiritual de la Abadía de San Giorgio Maggiore están obras comulgan con 64 rostros que vagan errantes como si fueran personajes de Pirandello en busca de su autor.

Calma y tranquilidad

Son los viajes de Girbés y los miles de disparos los que han dado como resultado doce fotografías de gran tamaño que componen la muestra Refugios. Surgen a partir de la serie Delirious City y presentan imágenes construidas con elementos arquitectónicos, entre otros, de La Lonja de Valencia, un templo de Félix Candela o los frescos recientemente restaurados de la Iglesia valenciana de San Nicolás. “Con esos fragmentos, lo que quiero es crear nuevos edificios y nuevos espacios a modo de refugios, como un remanso de calma y tranquilidad, como una protección frente a la vorágine del mundo actual”, señala el artista. El comisario Javier Molins añade que el artista “ha encontrado su propio camino personal, desarrollando un lenguaje propio, enriqueciéndolo, transformando sus gigantescas fotografías en diálogos con la arquitectura, la naturaleza, la espiritualidad y la esencia misma de la humanidad”. Las imágenes obligan al espectador a descubrir los detalles reales a partir de un juego hipnótico de formas y colores que propone el artista. "La búsqueda de Girbés se centra en unos lugares donde poder huir del ruido de la vida cotidiana, de la violencia, de la vulgaridad, de la ignorancia que tanto abunda en las sociedades occidentales”, explica Javier Molins, quien agrega que el artista valenciano, “crea una serie de espacios caracterizados por la tranquilidad, el sosiego y la meditación”.

Para el cartel de la exposición de Antonio Girbés, en la que colabora la Fundación Hortensia Herrero, se ha recurrido al emblemático rótulo queseñala las guaridas antiaéreas en la Guerra Civil, todavía presentes en las calles Alta y Serranos del centro histórico de Valencia. Los refugios reelaborados por Girbés a través del fotomontaje con fragmentos de otros ya existentes, mantienen el nombre del arquitecto original en el título de cada obra. Se trata de un homenaje a grandes arquitectos como Antoni Gaudí, Fritz Wotruba, Pere Compte, Félix Candela o Andrea Palladio. Para cada una de las obras, algunas de ellas tridimensionales, ha realizado cientos de disparos, con su Leica. Una cámara de fotos de un tiempo diferente, muy distinta de las que se contemplan a diario en la plaza de San Marcos, en la que miles de turistas fotografían, más que observar, los lugares en los que se encuentran.

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