El artista del cartel más célebre de Obama critica su presidencia

Shepard Fairey considera que el mandatario ha sido "demasiado suave" en sus ocho años en el poder

Shepard Fairey, con uno de sus carteles a favor de Obama, en mayo de 2008. JONATHAN ALCORN (BLOOMBERG NEWS)

Fue el símbolo más célebre del triunfo de Obama. La mirada segura hacia el futuro, su rostro coloreado de azul y rojo, y cuatro letras debajo: “Hope [Esperanza]”. Con un cartel que ya es historia, el artista Shepard Fairey condensó en 2008 lo que significaba el ascenso del que sería el primer presidente negro de EE UU. Un entusiasmo reflejado en las encuestas: el 29 de diciembre, poco antes de asumir el cargo, Barack Obama alcanzaba su mejor valoración de siempre, con un 68,1% del país de su lado, mientras que solo un...

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Fue el símbolo más célebre del triunfo de Obama. La mirada segura hacia el futuro, su rostro coloreado de azul y rojo, y cuatro letras debajo: “Hope [Esperanza]”. Con un cartel que ya es historia, el artista Shepard Fairey condensó en 2008 lo que significaba el ascenso del que sería el primer presidente negro de EE UU. Un entusiasmo reflejado en las encuestas: el 29 de diciembre, poco antes de asumir el cargo, Barack Obama alcanzaba su mejor valoración de siempre, con un 68,1% del país de su lado, mientras que solo un 21% le rechazaba, según The Huffington Post.

Dos mandatos después, el 2 de febrero de 2016, las cosas han cambiado: el presidente saliente recibía el aprobado del 48,5% de los estadounidenses, mientras que un 45,8% ya no le respalda. Y entre los escépticos ahora está incluso el propio Fairey. Tanto que acusó al presidente de haber sido “demasiado suave” y de haber podido “hacer más” en al menos seis de sus ocho años en el poder, en una ceremonia celebrada el domingo en el museo de arte contemporáneo de Los Ángeles.

“Se ha quedado corto en unos cuantos asuntos. Trabajé muy duro por él así que tenía esperanzas muy altas. Creo que acabó muy frustrado con muchas cosas que se encontró. Pienso que la historia será justamente amable con su presidencia, pero quiero que las cosas se muevan hacia la dirección que prometió cuando solo era un candidato”, añadió Fairey, que ahora apoya a Bernie Sanders contra Hillary Clinton, en las primarias democráticas.

Por otro lado, eso sí, el creador subraya también varios aspectos positivos de la gestión Obama, le defiende como ser humano y considera que en los últimos 18 meses ha hablado de manera más atrevida. Antes, sin embargo, “estuvo muy suave en muchas cosas. Y eso fue desafortunado”.

El artista reitera así un balance ambivalente que ya había empezado a trazar hace un año. A la sazón, en una entrevista con Esquire, se dijo directamente “decepcionado” con la presidencia de Obama. “Ha tenido que afrontar tiempos muy duros, pero ha llegado a soluciones de compromiso en muchas cosas que nunca me habría esperado. El uso de drones y el espionaje doméstico son los últimos proyectos que me hubiese esperado que apoyara alguien como él”.

El propio Obama ha bromeado últimamente sobre la diferencia entre el hombre ambicioso que lucía en aquel cartel y el tipo con canas, más delgado y cansado que ahora deja la presidencia. “Había gente que creía que Obama no tenía altura presidencial, y yo sabía cómo contrarrestarlo visualmente”, relató Fairey sobre su obra, cuando presentó su exposición en Málaga el año pasado. “Era un outsider, aun siendo senador, alguien que podía parecer al estadounidense común poco presidencial”. Así que el artista imprimió 300.000 pegatinas y medio millón de pósteres y consiguió dar un empujón probablemente clave a la campaña de Obama, además de convertirle en icono. Aunque él no se sorprendió de la repercusión de su creación: “Sabía de la potencia de mi obra”.

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