El campo no es para mí

El programa Historia de nuestro cine de TVE dedica esta semana su atención al cine de ambiente rural. Cinco estupendas películas nos han venido ilustrando sobre el acercamiento del cine español al mundo del campo, lo que, desde luego, materia de estudio. En los últimos años el cine español parece haberlo olvidado, prefiriendo el ambiente de las grandes o pequeñas. ciudades. Sin duda por cuestiones económicas pero probablemente también por cierto desinterés de los cineastas jóvenes por ambientes que les son ajenos.. Citando una película reciente, la divertida ...

El programa Historia de nuestro cine de TVE dedica esta semana su atención al cine de ambiente rural. Cinco estupendas películas nos han venido ilustrando sobre el acercamiento del cine español al mundo del campo, lo que, desde luego, materia de estudio. En los últimos años el cine español parece haberlo olvidado, prefiriendo el ambiente de las grandes o pequeñas. ciudades. Sin duda por cuestiones económicas pero probablemente también por cierto desinterés de los cineastas jóvenes por ambientes que les son ajenos.. Citando una película reciente, la divertida Las ovejas no pierden el tren, de Fernández Armero, los personajes se trasladaban al campo, eso sí, pero para vivir allí peripecias similares a las que podían haberles sucedido en la ciudad. Si la memoria no me falla hace ya tiempo que las películas españolas no se adentran en los problemas que actualmente hay en el campo. Y ello a pesar de que algunos de los grandes maestros han narrado dramas rurales, generalmente bañados en sangre –Los santos inocentes, de Camus, La vida que te espera, de Gutiérrez Aragón, El séptimo día, de Saura…-, sin olvidar la nostalgia por la vida en el campo que late en varias películas de Almodóvar.

En las comedias españolas del franquismo se solía ridiculizar al paleto, despistándolo en la gran urbe –La ciudad no es para mí, u otras de Martínez Soria- pero elogiando de camino su sabiduría aldeana, su moral conservadora y su religiosidad a prueba de bomba, lejos del mundanal ruido. Y en ocasiones hacían que los campesinos regresaran a su idílico lugar de origen hastiados de las malas costumbres urbanas, aunque allí volvieran a pasar hambre. Todo lo cual ha ido desapareciendo en la realidad o lo ha hecho ya del todo, como mostró Mercedes Alvarez en su excelente documental El cielo gira. El campo es hoy una cosa bien distinta aunque el cine español no parece prestarle la atención suficiente. De hecho, en el programa de TVE han debido de tener dificultades para ilustrar en la actualidad la vida campestre vista por el cine de hoy en día. Esta noche, tras la emisión de Tierra, de Julio Medem, habrá un coloquio sobre el tema. Estaremos atentos.