El disco que une a 90 músicos de nueve ciudades

Los mexicanos Camilo Lara y Toy Selectah buscan nuevos sonidos

Los músicos Toy Selectah y Camilo Lara en Nueva York.TAPE MUSIC

En 1997 un demo llegó a las manos de Camilo Lara, un pinchadiscos de 22 años con un apetito voraz por toda la música. Mientras más rara, mejor. Las canciones de Control Machete, un grupo de Monterrey, una ciudad industrial al norte de México, hilvanaban ritmos latinos con letras de hip hop en español. La mezcla fue lo suficientemente novedosa para ese entonces y Lara lo reprodujo en su programa en una popular estación de radio, lo que ayudó a catapultar al Machete y a su DJ, Toy Selectah, al éxito.

En casi dos décadas los caminos de Lara y Toy Selectah se han cruzado varias veces “tocan...

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En 1997 un demo llegó a las manos de Camilo Lara, un pinchadiscos de 22 años con un apetito voraz por toda la música. Mientras más rara, mejor. Las canciones de Control Machete, un grupo de Monterrey, una ciudad industrial al norte de México, hilvanaban ritmos latinos con letras de hip hop en español. La mezcla fue lo suficientemente novedosa para ese entonces y Lara lo reprodujo en su programa en una popular estación de radio, lo que ayudó a catapultar al Machete y a su DJ, Toy Selectah, al éxito.

En casi dos décadas los caminos de Lara y Toy Selectah se han cruzado varias veces “tocando, pinchando y emborrachando”. En 2013 se encontraron bajo circunstancias muy diferentes. Toy cargaba sobre los hombros la fama de lo que él llama “startupero musical”, un productor de tendencias y descubridor de talentos. Los días de Lara en la radio quedaban lejos. Se había convertido en un alto ejecutivo de EMI Music para América Latina, trabajo que dejó en 2011 para comenzar a hacer música como el Instituto Mexicano del Sonido.

Ambos trabajaron en Cómo te voy a olvidar (2013), un disco que puso en boga a Los Ángeles Azules, una veterana agrupación de cumbias originaria de Iztapalapa, una populosa zona de la ciudad de México. La grabación, una colaboración entre el grupo y rockeros afamados, fue uno de los éxitos más rotundos recientes en México logrando una nominación al Grammy y más de 70 semanas en el número uno.

Ambos prometieron trabajar juntos de nuevo. Se imaginaron una ambiciosa gran obra con alma vagabunda en la que reunirían amigos y músicos que los influyeron. Comenzaron a hacer una lista de todos aquellos que podían echarles una mano. “Fue el momento ideal para hacerlo. Antes no nos hubieran tomado la llamada, no hubieran respondido el mail o llegado al estudio”, dice Lara.

Se imaginaron una ambiciosa gran obra con alma de vagabundo en la que reunirían amigos y músicos que los influyeron

Toy y Camilo se instalaron en los estudios de Red Bull en Los Ángeles y Nueva York. Comenzó entonces un desfile de músicos que respondían a sus mensajes de texto. “Las ideas salen en los bares y en los estudios, pasar tiempo allí es vital”, dice Lara. Así inició una extravagante experiencia que se extendió por 18 meses y los llevó a dar una vuelta al mundo.

“No es un disco de cumbias, pero sí uno con denominación de origen. Un paisaje sonoro de lo que Camilo y yo hemos hecho. Comenzamos en Nueva York, nos fuimos a Jamaica. Estuvimos en Los Ángeles, Londres, Sao Paulo, Japón y China”, dice Toy.

Compass —que además de compás es el diminutivo de compadres (amigo en México)— reunió en total a 90 músicos en 9 ciudades del mundo. Su escala en Kingston fue, según Camilo, “muy emocionante”. Trabajaron con leyendas como Toots & the Maytals, que inventó la palabra reggae hacia finales de la década de los sesenta. También pudieron grabar a los legendarios músicos Sly & Robbie, maestros del dub, que han participado en más de 200.000 canciones. “Nos ayudó un fixer que nos llevó afuera de un centro comercial armados con audífonos y un reproductor de CD para conocer a otros músicos”, explica Camilo.

Compass logró una “alquimia” entre músicos de diferentes géneros y culturas. “Hay quienes necesitaban un proceso creativo más íntimo. Hubo raperos que llegaban y en dos minutos soltaban las rimas”. Rob Birch, de los Stereo Mc’s asegura en uno de los vídeos de las sesiones, que después se convertirán en un documental, que “había que probar las ideas frente a un montón de personas”, lo que lo llevaba a centrarse y trabajar bajo presión.

El resultado de este túrmix sonoro sigue siendo un misterio aunque un par de pistas se han publicado ya en Spotify para abrir apetito. Los autores aún están por decidir si dividen el disco en dos volúmenes en los que figuran decenas de artistas como Boy George, estrellas del indie como Crystal Fighters; Eugene, de Gogol Bordello; integrantes de Roxy Music, Sepultura, Cypress Hill y Los Planetas además de músicos de culto como el japonés Cornelius y Money Mark. Camilo Lara asegura que otros “momentos épicos” protagonizados por un coro de Gospel, otro de 30 niños y una orquesta de samba también serán escuchados.

La prueba de fuego para cumplir con las altas expectativas que han generado será este domingo, cuando presenten el disco en el Vive Latino, uno de los festivales más importantes de México.

“A nuestro mercado le va a súper mega encantar. Es un producto fuera de serie”, presume Toy Selectah. “Es una enciclopedia de sonidos, básicamente”, asegura Lara. Su compañero matiza. “Es un glosario, mejor dicho. Una enciclopedia es demasiado”.

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