Bienvenidos al pop sinfónico

Tras su exitoso paso por el Barbican de Londres, These New Puritans presentan esta noche su extraordinario ‘Field of reeds’ en el Festival Día de la Música

These New Puritans, grupo pop ingles.LUIS SEVILLANO

El viernes por la mañana, en la entrada del hotel donde se hospedan en Madrid, los hermanos Barnett se encuentran con los componentes de The Horrors. Hay un momento de sorpresa, después unos saludos corteses. George Barnett se para a intercambiar unas palabras, su hermano Jack sin embargo continúa su camino.

Es una casualidad inesperada. The Horrors actuaban ayer en el Festival Día de la Musica, que se celebra en Matadero Madrid, pero el concierto de These New Puritans, la banda de los Barnett está programado para esta...

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El viernes por la mañana, en la entrada del hotel donde se hospedan en Madrid, los hermanos Barnett se encuentran con los componentes de The Horrors. Hay un momento de sorpresa, después unos saludos corteses. George Barnett se para a intercambiar unas palabras, su hermano Jack sin embargo continúa su camino.

Es una casualidad inesperada. The Horrors actuaban ayer en el Festival Día de la Musica, que se celebra en Matadero Madrid, pero el concierto de These New Puritans, la banda de los Barnett está programado para esta noche y la llegada de las dos almas centrales del cuarteto un día antes no se decidió hasta última hora, como una forma de aprovechar el viaje para promocionar su recién editado tercer álbum, Field of reeds. “Empezamos juntos”, dice George. “Teníamos un club en nuestro pueblo, Southend. Es extraño pensar lo distintos que han resultado nuestros caminos”.

Y tanto. Mientras The Horrors optaron por ser musical y estéticamente revisionistas del garage rock y la psicodelia, These New Puritans empezaron en 2008, con Beat pyramid, como una formación de pospunk. Migraron en 2010 con Hidden hacia un lugar inexplorado, que les valió la admiración del director de orquesta André de Ridder, que puso a su disposición a la Britten Sinfonia, una formación británica de vientos y cuerdas, con la que interpretaron el disco en el Barbican londinense, en un par de noches extraordinarias.

Soy autodidacta. No he dado una lección de música jamás.
Jack Barnett

No está mal para un músico que entonces tenía 22 años y que aprendió composición por su cuenta. “Soy autodidacta, no he tomado una lección de música en mi vida”, dice Jack Barnett. “Pero básicamente, si quiero que lo que hay en mi cabeza se pueda comunicar a otros, tengo que estudiar. No soy de esos que entran en el estudio y silban la melodía. Hay quien lo hace, pero yo no funciono así. Aprendí a escribir partituras para violines, o tubas. Me gusta controlarlo todo. Busco algo específico. Soy así para todo. Me puedo pasar un mes para encontrar un determinado golpe de tambor. Y un año para comprar unos zapatos si no encuentro exactamente lo que busco”.

Aquel segundo disco, y aquellos conciertos, les consagraron como el grupo más importante de su generación. El único capaz de buscar los caminos que conectan la energía del rock y la electrónica entendida como un marco, con el jazz y la música contemporánea.

Nadie lo diría, viendo a estos dos mellizos, que no gemelos. Son físicamente distintos, a pesar de llevarse solo un minuto de diferencia. George, batería, es más alto y fuerte. “La verdad es que nunca pensé que sería músico. Me veía más en el mundo del diseño. Y tampoco Jack. Siempre creí que sería pintor, o escritor”, dice. George trabajó de modelo y fue durante un tiempo asistente de Hedi Slimane en Dior. “Después de Beat pyramid, yo entraba y salía del grupo. Veía a Jack componer. Le visitaba en el estudio. Estuvo un año trabajando solo en ese disco. Hasta que no terminó no me integré del todo”. De hecho se dice que fue George quien financiaba con lo que ganaba en el lucrativo mundo de la moda los experimentos en el estudio de su hermano, aunque él no lo confirma. Pero sí que se unió finalmente cuando el diseñador abandonó la firma francesa. Eran un cuarteto que completa Tom Heim, bajista, y la misteriosa teclista Sophie Sleigh Johnson, que dejó silenciosamente el grupo y ahora ha sido sustituida por la portuguesa Elisa Rodrigues.

Jack es más poquita cosa, más menudo y tímido. El prototipo del geniecillo callado, que se expresa a través de su obra. Para este disco, que profundiza en el camino del anterior, y que les ha confirmado como la banda a seguir, ha vuelto a emplear un año. “Es más personal”, dice Jack. Desde fuera resulta, en general, igual de creativo pero más oscuro. Un adjetivo que parece poner a George a la defensiva . “No es así. Yo conozco a Jack más que nadie y sé que no es una persona oscura. Es más personal, cierto. Y en toda vida hay luz y hay oscuridad”.

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