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Nicanor, antipoesía nuestra de cada día

La Biblioteca Nacional ofrece una panorámica del transgresor acercamiento del autor chileno al universo poético

Un admirador se acercó a Parra en La Reina (un municipio de Santiago) para pedirle un autógrafo, cuando este esperaba en un puesto de empanadas. A falta de papel, usó una de las bandejas y se dio cuenta de que funcionaban como un cuadro con su marco.
Estos artefactos con los que estalla la antipoesía reciben el nombre de las clases a las que asistía el poeta los miércoles cuando estudiaba Física en la Universidad de Santiago.
'Los rollos del Marx Muerto' también pertenece a la serie Trabajos prácticos. El primero de ellos fue 'La mamadera mortífera' de 1969. Se asocia un breve texto —por lo general una frase hecha— a un objeto cualquiera.
A partir de tres cráneos y una leyenda, Parra realiza una interpretación crítica de la llegada de Cristóbal Colón a América.
A Nicanor Parra se le ha comparado con Joan Brossa y con Marcel Duchamp por la utilización de cosas, aunque se diferencia en el uso de la palabra para activar un aspecto nuevo del objeto.
Parra huyó del corsé convencional del libro para crear su antipoesía. En ocasiones, utilizó soportes como bandejas de repostería, tablas de madera, piedras y objetos cotidianos.