CÁMARA OCULTA

Para tiempos grises

El año comienza con zozobra generalizada pero con una cartelera cinematográfica excelente

El año ha comenzado con zozobra generalizada frente al oscuro porvenir que casi todos compartimos, con desazón y desconfianza. Pero, paradójicamente, con una cartelera cinematográfica excelente, que irá aún a mejor cuando la semana que viene se sepa cuáles son las películas candidatas a los premios Goya y Oscar. En el primer caso las que sean nominadas disfrutarán probablemente de una revisión en salas comerciales; en el de los Oscar la mayoría de las candidatas inician precisamente en estas fechas su carrera europea, algo habitual en la estrategia comercial de Hollywood. Y como los títulos qu...

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El año ha comenzado con zozobra generalizada frente al oscuro porvenir que casi todos compartimos, con desazón y desconfianza. Pero, paradójicamente, con una cartelera cinematográfica excelente, que irá aún a mejor cuando la semana que viene se sepa cuáles son las películas candidatas a los premios Goya y Oscar. En el primer caso las que sean nominadas disfrutarán probablemente de una revisión en salas comerciales; en el de los Oscar la mayoría de las candidatas inician precisamente en estas fechas su carrera europea, algo habitual en la estrategia comercial de Hollywood. Y como los títulos que anuncian son apetecibles y las campañas de publicidad serán enormes, el éxito en taquilla está asegurado. Incluso el cine español presume eufórico de haber obtenido el año pasado la mejor cuota de pantalla de los últimos tiempos, gracias especialmente a tres películas muy taquilleras, dirigidas a niños y adolescentes. Es como si el cine hubiera vuelto a ser –parecido a aquellos tiempos de pobreza de posguerra– el compañero ideal para mantener vivas algunas ilusiones… aunque las películas cuenten con frecuencia temas deprimentes y los precios de las entradas hayan subido de forma escandalosa.

Quizás no se trate más que de un espejismo, y volvamos pronto al lamento. Hay gentes que así lo creen y tratan de plantar cara a ese síndrome, haciendo campaña para invitar a comprender y amar el cine a espectadores incipientes. Es el caso de Cero en conducta, grupo dedicado a la exhibición de películas en centros educativos españoles (ceroenconducta.ning.com), ocupación que debería corresponder a nuestro Ministerio de Cultura. Otra actividad de promoción del cine entre los adolescentes proviene del ministerio de Educación y Cultura italiano, que desde el 1 de enero colabora en la reducción de un 40% en el precio de las entradas a los poseedores de la tarjeta de estudiante, que conforman un público potencial superior a los dos millones y medio de espectadores. Cierto es que dicha rebaja solo se practicará de momento de lunes a miércoles, pero no deja de ser –aunque solo sea– un primer paso. Ejemplos a copiar hay. De lo que se trata, en definitiva, es de no dormirse en los laureles una vez más.

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