‘El Príncipe de Bel-Air’ triunfa entre los detenidos de Guantánamo

La serie de Will Smith desplaza a los libros de Harry Potter en las preferencias de los internos para pasar el rato en la prisión que EE UU tiene en Cuba

El Príncipe de Bel-Air, la serie de principios de los 90 protagonizada por Will Smith, se ha convertido en el entretenimiento preferido de los 168 detenidos que están confinados en la prisión militar de Guantánamo. Los esfuerzos del joven rapero procedente de un barrio problemático de Filadelfia por adaptarse a la lujosa vida de sus primos y tíos en su mansión de California se han impuesto a las aventuras del mago Harry Potter, cuyos libros, hasta ahora, eran los que más demandaban los reclusos, según un artículo del diario ...

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El Príncipe de Bel-Air, la serie de principios de los 90 protagonizada por Will Smith, se ha convertido en el entretenimiento preferido de los 168 detenidos que están confinados en la prisión militar de Guantánamo. Los esfuerzos del joven rapero procedente de un barrio problemático de Filadelfia por adaptarse a la lujosa vida de sus primos y tíos en su mansión de California se han impuesto a las aventuras del mago Harry Potter, cuyos libros, hasta ahora, eran los que más demandaban los reclusos, según un artículo del diario The Miami Herald, escrito por Carol Rosenberg.

“He pedido las seis temporadas”, reconoció a The Herald, el responsable de la biblioteca de la prisión. Rosenberg, la única periodista de Estados Unidos que ha estado destinada de manera permanente en Guantánamo, explica que el centro de detención cuenta con 28.000 libros y vídeos en varias lenguas, mayoritariamente árabe, pastún, inglés y francés. Muchos de los reclusos escogen libros en inglés para mejorar sus conocimientos del idioma.

Desde que George W. Bush abriera la prisión en la base de EE UU en Guantánamo en 2002, se han hecho muchas mejoras en el centro de detención. Además de jugar en el nuevo campo de fútbol de 610.000 euros que se inauguró en febrero, los internos pueden ver televisión por cable, películas en DVD y vídeo, leer periódicos y sacar libros de la biblioteca. En el módulo que alberga a los detenidos menos peligrosos, las televisiones están ancladas en la pared, dentro de una urna de plástico, de las habitaciones comunales, con una capacidad para unas 20 personas. Los reclusos de máxima seguridad pueden ver la tele durante una y dos horas al día en una celda aislada, sentados en un sillón y con un tobillo sujeto con grilletes al suelo.

Los responsables de Guantánamo incentivan la lectura, el cine y otras actividades al aire libre, como el fútbol, como un mecanismo para mantener a los detenidos distraídos y reducir los roces con los guardas. El príncipe de Bel-Air no es la primera serie de televisión que triunfa entre los internos, Bill Cosby también tuvo su momento de popularidad, según el diario. Además de la saga de J. K. Rowling, en le centro de detención cubano la trilogía de Los Juegos del Hambre es la que más está circulando por las celdas de los reclusos durante este mes de Ramadán, en el que la demanda de libros y cintas de vídeo se ha reducido sensiblemente.

Antiguos bibliotecarios de la prisión han señalado que, en el pasado, varios detenidos se interesaron por las memorias de Barack Obama, La audacia de la esperanza. Los libros escritos por antiguos interrogadores en Guantánamo -como el del exagente del FBI Ali Soufan, Black Banners, o el exmiembro de la CIA, José Rodríguez, Hard measures [Medidas extremas]- aún no se han incluido en la colección del centro de detención, según The Herald. No se dice nada sobre si los que han publicado algunos de quienes estuvieron detenidos allí, como el británico Moazzam Begg o el australiano David Hicks, tienen un hueco en las estanterías.

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