Estas obras son la monda

Las piezas de Dan Cretu no se inspiran en la naturaleza, sino que la toman como material artístico

Eso de que la naturaleza es la mejor fuente de inspiración está muy pero que muy manido. Vale. Pero es que ante obras como las que realiza el rumano Dan Cretu no queda otra que regresar al lugar común. Porque la interpretación es literal. Él lo describe así: “Tengo el privilegio de trabajar con los materiales perfectos. Utilizo las creaciones de la naturaleza para realizar objetos que normalmente son artificiales o inorgánicos”. Aunque lo de la inspiración, asegura, no le hace falta. “No la necesito. Todos los objetos que nos...

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Eso de que la naturaleza es la mejor fuente de inspiración está muy pero que muy manido. Vale. Pero es que ante obras como las que realiza el rumano Dan Cretu no queda otra que regresar al lugar común. Porque la interpretación es literal. Él lo describe así: “Tengo el privilegio de trabajar con los materiales perfectos. Utilizo las creaciones de la naturaleza para realizar objetos que normalmente son artificiales o inorgánicos”. Aunque lo de la inspiración, asegura, no le hace falta. “No la necesito. Todos los objetos que nos rodean son posibles sujetos de mi obra. El reto es transformar algo a lo que no solemos prestar atención en algo inusual, vivo y llamativo”.

Apostado hace un par de años frente al frigorífico, pensando con qué llenar el estómago, este graduado en Bellas Artes de 31 años, apasionado de la fotografía, se lamentaba de no encontrar temas que inmortalizar. “Estaba cansado de salir a la caza de nuevos contenidos en las calles”. Y se le ocurrió realizar su primera pieza ecoartística, como él las denomina: una bicicleta hecha a base de cáscaras de naranja. “Ahora, cada vez que voy al mercado me paso un buen rato en frente de los mostradores de frutas y verduras, imaginándome mi próximo trabajo”. En cuanto entra en faena, toca darse prisa. Es lo que tiene utilizar materiales con fecha de caducidad: "Se deshidratan bastante rápido, y si pierdo demasiado tiempo corro el riesgo de que se estropee la belleza de las formas y los colores. De media, no creo que me lleve más de tres o cuatro horas terminar cada objeto".

Cretu, por el momento, no ha expuesto en ninguna galería ni ha vendido ninguna obra. Pero tiene grandes expectativas, sobre todo porque sus fotografías se han propagado con fuerza por la Red. “Últimamente varios agentes me han ofrecido representarme, así que creo que tengo buenas razones para ser optimista”, asegura. Entretanto, sigue materializando sus cámaras fotográficas de verduras y sus casetes de salchichón. “Me encanta ver las reacciones: ‘¡Guau!, ¿cómo ha hecho eso? ¿Con Photoshop? ¿Es en 3D?’ A la gente le gusta ver un trabajo minucioso. Creo que es la naturaleza humana”.

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