¿Hay que reducir el consumo de carne? La ciencia dice que sería más sano y sostenible

Diversos expertos se sorprenden de la polémica por las palabras del ministro Garzón, basadas en las recomendaciones de la OMS, la ONU e investigadores en los últimos años, mientras el sector cárnico se siente atacado

Un puesto de distribución de carne en Mercamadrid, en una imagen de archivo.Kike Para

La evidencia científica respalda desde hace décadas, pero sobre todo en los últimos años, que reducir el consumo de carne es mejor para nuestra salud y más sostenible para el planeta. Sin embargo, las palabras de este miércoles del ministro de Consumo, Alberto Garzón, trasladando a los españoles esta recomendación ...

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La evidencia científica respalda desde hace décadas, pero sobre todo en los últimos años, que reducir el consumo de carne es mejor para nuestra salud y más sostenible para el planeta. Sin embargo, las palabras de este miércoles del ministro de Consumo, Alberto Garzón, trasladando a los españoles esta recomendación han generado una polémica con el sector, con la oposición y hasta dentro del Gobierno. Varios expertos en cambio climático y nutrición recuerdan que esta idea es la misma que defienden la Organización Mundial de la Salud (OMS), el IPCC (el panel de expertos en cambio climático de la ONU) y que respaldan trabajos de investigación publicados en prestigiosas revistas científicas como The Lancet ya desde 1997 por la relación de la carne roja con el cáncer, además de aportaciones posteriores, incluida una en 2020 que ya unía la salud con la huella medioambiental de la ganadería intensiva.

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Marta G. Rivera, profesora de investigación en el centro Ingenio del CSIC, considera que “la evidencia científica es muy clara y nos muestra que hay que reducir el consumo de carne”. Rivera participó —junto a más de un centenar de científicos— en la elaboración de un informe del IPCC publicado en 2019 que proponía cambiar el sistema alimentario para reducir la crisis climática, que ya apostaba por aumentar los alimentos de origen vegetal. “En el plano ambiental, la producción de carne, sobre todo la intensiva, está vinculada a la deforestación, el incremento de los monocultivos y el uso de fertilizantes para fabricar piensos”, dice la investigadora. “Este modelo es insostenible para el planeta. Por eso es necesario reducir el consumo de carne en lugares, como Europa, donde el consumo está por encima de lo deseable tanto en lo ambiental como en salud humana”, añade Rivera. Por contraposición, la ganadería extensiva “es mucho más sostenible, porque previene incendios y contribuye al secuestro de carbono”. En su opinión, “meterse con la carne genera mucha polémica porque hay muchos intereses económicos de la industria cárnica”.

Fernando Valladares, director del grupo de Ecología y Cambio Global del CSIC, aporta otro dato: “Garzón ha pisado un callo. Es un tema que nos incomoda. Pero comer menos carne es una medida concreta que teníamos que haber empezado a abordar hace 15 años. Ha sido valiente en proponer algo impopular. Es una medida necesaria pero incómoda”. El científico apunta que, a pesar de ser solo una recomendación, “es un adelanto de lo que está por llegar. Con el cambio climático vendrán cosas igual de incómodas o más en cuanto a movilidad, vuelos… Si no lo hacemos, se acabará imponiendo la realidad y no tendremos margen para tomar decisiones”.

Efecto en la salud

Algo similar ocurre respecto a la salud. El nutricionista y popular divulgador Juan Revenga (autor de libros como Adelgázame, miénteme) explica que numerosos organismos internacionales llevan años recomendando reducir la ingesta de carne. “La escuela de salud pública de Harvard ya dijo en 1990 que había relación entre el consumo de carne y la incidencia del cáncer. La OMS sacó su informe 25 años después, en 2015, y apuntaba lo mismo, que la carne procesada es cancerígena y la carne roja probablemente también. La relación entre el consumo de carne y el cáncer es muy consistente, por mucho que le moleste al sector”. Mientras, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer y el Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer han publicado varios informes de expertos que van en la misma dirección. El dietista continúa: “La evidencia científica muestra que consumimos más carne de la que deberíamos para nuestra salud, y esto es algo que se sabe, pero solo se crea polémica cuando se pueden tomar medidas que cambien el statu quo”.

Ascensión Marcos, del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición del CSIC, aboga por “no demonizar ningún alimento”, pero reconoce que conviene comer carne solo de vez en cuando. “Lo importante es seguir una dieta mediterránea, que supone un gran consumo de verdura, fruta, legumbres… y hay que comer proteína de carne y pescado, y tomar pescado tres veces por semana. Es conveniente comer más carne blanca que roja, y no comer carne roja más de una vez a la semana”, añade.

La revista científica The Lancet publicó en 2019 un completo trabajo —realizado por 37 expertos durante tres años— con un modelo de dieta saludable para el ser humano y para el planeta. Entre sus conclusiones estaban la conveniencia de reducir el consumo mundial de carnes rojas y azúcar y duplicar la ingesta de frutas, verduras y legumbres, además de reducir las emisiones y la contaminación producidas por los sectores agrícolas y ganaderos, así como limitar el uso que hacen del agua.

Gases de efecto invernadero

El vídeo de Garzón aporta numerosos datos científicos sobre los efectos de la producción y consumo de carne en la salud y en el planeta, como que la ganadería representa el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global o que para tener un kilo de carne de vaca hacen falta 15.000 litros de agua. Las seis organizaciones interprofesionales del sector, aglutinadas en la plataforma Carne y Salud, han lanzado un comunicado para matizar o desmentir algunas de sus afirmaciones. En cuanto al agua, señalan que el 90% de la que se usa procede de la lluvia, mientras que en las emisiones atribuibles a la ganadería apuntan que en España solo son el 7,8% (según datos del Ministerio de Transición Ecológica). “Nuestros sistemas productivos son más eficientes que en otros lugares del mundo, por eso producimos menos emisiones por unidad de producto”, dicen.

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, opina sobre el consumo excesivo de carne.Vídeo: El ministro de Consumo, Alberto Garzón, opina sobre el consumo excesivo de carne.

El ministro explica que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria recomienda comer entre 200 y 500 gramos semanales de carne —la OMS aconseja no superar los 500 gramos—, pero el consumo medio en España es de más de un kilo (como muestra el Informe de Consumo Alimentario de España 2020), y que este consumo excesivo ha llevado a un aumento de enfermedades cardiovasculares. Los ganaderos responden que España es el país más saludable del mundo según la clasificación de Bloomberg y el país con más esperanza de vida del mundo, según The Lancet. Además, las seis interprofesionales acusan al ministro de “crear una confrontación artificial con el sector que aporta 2,5 millones de empleos y casi 9.000 millones de euros en exportaciones a la balanza comercial de España”.

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