Desarmados ante la peor pandemia animal de la historia: la peste porcina africana irrumpe en España sin ninguna vacuna a la vista
No existe medicina contra esta enfermedad ni llegará en un futuro próximo, así que las autoridades tendrán que recurrir a las medidas medievales frente a una plaga
La peor pandemia animal de la historia, la mortífera peste porcina africana, acaba de entrar en España. El principal sospechoso de la introducción es un hipotético bocadillo de embutido foráneo contaminado por el virus, arrojado a una papelera y devorado por los jabalíes que se alimentan de las basuras humanas en la zona del parque natural de Collserola (Barcelona). Por el momento solo se han confirmado ...
La peor pandemia animal de la historia, la mortífera peste porcina africana, acaba de entrar en España. El principal sospechoso de la introducción es un hipotético bocadillo de embutido foráneo contaminado por el virus, arrojado a una papelera y devorado por los jabalíes que se alimentan de las basuras humanas en la zona del parque natural de Collserola (Barcelona). Por el momento solo se han confirmado nueve casos en animales silvestres, pero el sector porcino español tiembla con razón. En España hay más cerdos que personas: 49 millones de ciudadanos frente a los 54 millones de gorrinos sacrificados el año pasado. Y el veterinario José Ángel Barasona lanza una advertencia: ni existe una vacuna ni llegará en un futuro próximo. Las autoridades y los ganaderos tendrán que recurrir a las medidas medievales ante una peste: aislar a los enfermos y eliminar sus cadáveres.
Barasona camina con prisa por el laboratorio de alta seguridad del Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (Visavet) de la Universidad Complutense de Madrid. En sus congeladores, a 80 grados bajo cero, su equipo custodia muestras de algunos de los virus de peste porcina africana que han puesto a países enteros contra las cuerdas. Aquí está el protagonista de la plaga que arrasó China. Tras una epidemia desencadenada en agosto de 2018, el país asiático perdió casi el 1% de su producto interior bruto, unos 100.000 millones de euros, en apenas un año, según un cálculo de economistas de la Universidad de Wuhan. En aquellos meses, el virus mató u obligó a sacrificar a 200 millones de cerdos en China, según una estimación del banco internacional Rabobank. Un simple bocadillo de chorizo puede poner a un país de rodillas.
Un consorcio europeo coordinado desde la Complutense recibió 10 millones de euros de la UE en 2019 para intentar crear una vacuna contra la peste. El proyecto terminó el año pasado sin un éxito definitivo, pero con un candidato: un prototipo vacunal derivado de un virus obtenido de un jabalí que caminaba tranquilamente por un bosque de Letonia en 2017, sin síntomas de la enfermedad. Aquel caso era una rareza. La peste puede alcanzar una letalidad del 100%, como explica el patólogo Antonio Rodríguez Bertos, que sale del laboratorio de Visavet tras diseccionar un jabalí infectado. Lo que ha visto en las vísceras no le sorprende. El virus, con unos síntomas parecidos a los del ébola, provoca unas inconfundibles hemorragias internas. Si entra en una granja, puede matar a todos los cerdos en apenas unos días.
Los primeros ensayos del consorcio fueron prometedores. La vacuna experimental, administrada en sabrosos cebos de maíz con esencia de trufa, protegió al 92% de los jabalíes en el laboratorio en 2019. Sin embargo, aquella era una primera versión con el virus natural atenuado. El mayor miedo es que una vacuna viva sufra un fenómeno conocido como “reversión a la virulencia”, por el que el virus debilitado recupere su poder destructor. El consorcio se dedicó entonces a pulir genéticamente al patógeno, para eliminar sus principales factores de virulencia, pero entonces la eficacia caía al 50%, según reconoce Barasona.
“Uno de los obstáculos para la obtención de una vacuna contra esta enfermedad es el muy limitado equilibrio que hay entre eficacia y seguridad. Si queremos una seguridad muy elevada, vamos a tener una eficacia relativamente reducida”, reflexiona el veterinario, nacido en Córdoba hace 39 años. Todos los expertos recuerdan el error de Vietnam. Asediadas por una peste que provocó la muerte de seis millones de cerdos (el 20% del total), las autoridades vietnamitas decidieron en 2022 aplicar una vacuna desarrollada con urgencia por una empresa local, pero cancelaron la vacunación cuando los cerdos inyectados comenzaron a morir.
Nadie ha logrado una vacuna eficaz y segura en más de medio siglo de búsqueda. El virus hemorrágico porcino es excepcional, el único conocido de su género (Asfivirus), y tiene una complejidad endiablada. Posee casi dos centenares de genes, 20 veces más que el virus de la covid. La bióloga molecular Carmina Gallardo lo compara con el virus del sida, porque no induce anticuerpos que lo neutralicen. Por eso es tan complicado conseguir una vacuna.
El reservorio natural del virus son los jabalíes verrugosos, típicos de África y conocidos popularmente por el personaje de Pumba en la película El rey león. La actual crisis mundial comenzó en 2007, cuando, presuntamente, la tripulación de un barco procedente del sureste africano dejó residuos alimentarios contaminados en el puerto de Poti, en Georgia. La peste entró en la UE a comienzos de 2014, a través de Lituania y Polonia. Desde entonces, la enfermedad se ha expandido de manera imparable de este a oeste, a una velocidad de unos 66 kilómetros al mes, según un estudio encabezado por la epidemióloga Marta Martínez Avilés, del Centro de Investigación en Sanidad Animal, en la localidad madrileña de Valdeolmos.
La llegada de la peste a España era cuestión de tiempo, pero se ha adelantado. El virus, que todavía no ha entrado en Francia, ha aterrizado en Barcelona por un salto puntual, por culpa de ese hipotético bocadillo de embutido traído desde un país infectado. En el mejor de los escenarios, la lucha contra el brote, que incluye el despliegue de más de un centenar de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias en Collserola, impedirá que el virus se extienda en esta ocasión. Pero esas medidas tradicionales no bastarán para contener la futura llegada del “frente de la ola” que avanza inexorablemente desde el este de Europa, como advierte Barasona. Alemania, que era el mayor productor de porcino del continente, fue incapaz de detener la multitudinaria entrada de jabalíes infectados por su kilométrica frontera oriental a partir del verano de 2020.
El equipo de Barasona ha iniciado este año otro proyecto, denominado WildASF-Vax, para mejorar la estabilidad de su vacuna experimental, evaluar su seguridad y diseñar estrategias para “una potencial vacunación de emergencia en el Pirineo en un futuro en el que llegase ese frente de ola que le llegó a Alemania”. No es el único proyecto para desarrollar una vacuna. Otro consorcio europeo, liderado por la empresa española Hipra, pretende probar su candidato el año que viene. Y en un tercer proyecto europeo, coordinado desde Alemania para mejorar las vacunas de Vietnam, participa el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, en Ciudad Real. Otros países, como China y Estados Unidos, tienen sus propias iniciativas.
Carmina Gallardo coordina el laboratorio de peste porcina africana del Centro de Investigación en Sanidad Animal, considerado el de referencia en la Unión Europea. Su equipo participó en el mismo consorcio que la Complutense ―denominado Vacdiva― y lleva dos años solicitando, sin éxito, financiación estatal para continuar desarrollando su mejor prototipo. El fracaso de la vacunación en Vietnam, explica, frenó las investigaciones con vacunas vivas atenuadas, que hasta ahora han sido las únicas eficaces. Las vacunas de virus inactivados o las basadas en fragmentos no parecen proteger a los cerdos y jabalíes.
“En Vietnam han ocurrido dos cosas: reversión a la virulencia y, por otro lado, recombinación de la vacuna viva con virus que ya están circulando en el campo. Es decir, que dos virus, el vacunal y el de campo, se unen y crean un monstruo, un virus mutante que otra vez mata a los animales y es inmune frente a la vacuna”, señala Gallardo, también experta de la Organización Mundial de Sanidad Animal. Esta institución, autoridad internacional en la materia, exigió en mayo que no se usen vacunas sin seguridad demostrada. “Hoy por hoy, no existe vacuna eficaz y segura frente a la peste porcina africana, ni se espera en un futuro inmediato”, lamenta la investigadora.