La NASA exige a SpaceX un cambio de nave para que no retrase más el regreso de los astronautas ‘atrapados’ en el espacio
Una cápsula Dragon ya usada, en lugar de la nueva que estaba prevista, permitirá a la tripulación que va a sustituir a Suni Williams y Butch Wilmore llegar a la estación espacial internacional a partir del 12 de marzo
SpaceX no ha logrado tener lista a tiempo una nueva cápsula espacial de su modelo Dragon, con la que planeaba mandar a la estación espacial internacional la misión Crew-10, destinada a relevar a Suni Williams y Butch Wilmore, los astronautas estadounidenses que permanecen allí desde junio de 2024. Ese vuelo estaba previsto para este mes de febrero y, tras haber concedido una prórroga de varias semanas, ahora la NASA ha decidido no esperar más y le impone a la empresa espacial de Elon Musk el uso de una nave que ya ha realizado antes otras misiones espaciales con éxito. Así, Williams y Wilmore podrán regresar a partir de mediados de marzo.
El relevo llegará a bordo de la Endurance, que previamente ya había llevado a tres tripulaciones completas a la ISS, como parte del servicio regular de transporte espacial que SpaceX presta a la agencia espacial estadounidense. Con el cambio que acaba de anunciar la NASA, la primera fecha posible para el despegue de la Crew-10 será el 12 de marzo.
Los cuatro integrantes de esa misión —las estadounidenses Anne McClain y Nichole Ayers, el japonés Takuya Onishi y el ruso Kirill Peskov— llegarán a la ISS en cuestión de horas tras el despegue. Pasarán unos días hasta que hayan recibido el traspaso de tareas y responsabilidades por parte de Williams —actual comandante de la ISS—, Wilmore y sus dos compañeros de la tripulación Crew-9, el estadounidense Nick Hague y el ruso Alexander Gorbunov. Estos dos últimos llegaron a finales de septiembre en otra Dragon de SpaceX, con dos asientos vacíos para que pudieran regresar en esa nave los conocidos en todo el mundo como los astronautas atrapados en el espacio. Finalmente, los cuatro emprenderán su regreso entre mediados y finales de marzo, si no hay imprevistos, una vez completado el traspaso de poderes entre ambas tripulaciones.
Suni Williams y Butch Wilmore habían alcanzado la ISS el pasado 6 de junio a bordo de una nave Starliner, que estaban estrenando. Esa primera misión tripulada de la cápsula de Boeing era solo un vuelo de prueba, con una estancia de ocho días prevista en estación. Sin embargo, los fallos observados en el vuelo de ida llevaron a la NASA a poner en pausa su regreso hasta que, hacia el final del verano, la agencia decidió que el vehículo regresase solo —lo hizo sin problemas— y que Wilmore y Williams se integraran en la rotación habitual de tripulantes del complejo espacial internacional. Cada seis meses, aproximadamente, se produce un relevo.
Fue entonces cuando se planeó que Williams y Wilmore regresarían en febrero, al concluir la estancia normal de sus compañeros Hague y Gorbunov. En este tiempo transcurrido, los dos atrapados en el espacio han tenido la ocasión de volver a realizar una larga estancia en la ISS; algo con lo que no contaban, pues son astronautas veteranos que ya habían estado allí varias veces. Además de tareas rutinarias de mantenimiento e investigación científica, han salido a realizar varias intervenciones en el exterior y, así, Suni Williams se convirtió el 30 de enero en la mujer que ha pasado más tiempo en el espacio fuera de una nave, superando las 62 horas de paseos espaciales.
El retraso de SpaceX
Ese plan de regreso trazado por la NASA dio prioridad a maximizar la seguridad de los dos astronautas por encima de traerlos de vuelta a la Tierra lo antes posible. En caso de necesidad propia o de emergencia en la ISS podrían haber vuelto en todo momento. Primero, en la propia Starliner durante el verano —pero la agencia prefirió evitarlo, pues el nivel de riesgo no acababa de estar claro—; luego, desde finales de septiembre, han tenido la nave de SpaceX de la Crew-9 a su disposición para regresar.
Y si no están ya haciendo las maletas para volver, ha sido por el retraso en la llegada de la tripulación de reemplazo. En diciembre de 2024, la agencia espacial concedió a SpaceX un tiempo extra para acabar la fabricación y pruebas de una cápsula Dragon completamente nueva, que quería utilizar en la Crew-10. La empresa de Musk dispondría así hasta finales de marzo para lanzar esa misión. Sin embargo, en las últimas semanas empezó a extenderse el rumor en la comunidad espacial de que la cápsula nueva tampoco estaría lista en marzo.
En medio de esa incertidumbre, a finales de enero llegó el sorprendente anuncio de Elon Musk de que Trump le había encargado rescatar cuando antes a los astronautas que, según él, la administración Biden había dejado abandonados en la estación espacial. La realidad es que problemas técnicos propios han obligado a SpaceX a aparcar su nueva cápsula Dragon C-213: en principio, queda reservada para la misión privada Axiom-4 que iba a realizar la nave que la sustituye, la Endurance. Esta ya ha probado su fiabilidad en vuelos espaciales anteriores y debería estar lista en menos tiempo.
El cambio podría permitir a Musk reducir un par de semanas el retraso provocado en el regreso de Williams y Wilmore, pero ya es oficial que no podrá cumplir el encargo que le hizo la NASA de traerlos de vuelta en febrero.
La agencia espacial estadounidense ha evitado la polémica que abrieron Musk y Trump cargando contra Biden y se ha mostrado conciliadora. “Los vuelos espaciales humanos están llenos de desafíos inesperados. Nuestra flexibilidad operativa está habilitada por la tremenda asociación entre la NASA y SpaceX, y por la agilidad que SpaceX continúa demostrando para satisfacer de manera segura las necesidades emergentes de la agencia”, dijo Steve Stich, gerente del Programa Vuelos Comerciales Tripulados de la NASA.